Siempre que se acercan unas elecciones encuentro motivos de cabreo con la opción política, u opciones políticas, que más pueden acercarse al perfil de mis principios. Pero tengo claro que ese día voy a la urna a votar. Me inculcaron en casa que el derecho a votar se ganó en este país con muchos sufrimientos. Fueron muchos los que dieron su vida para que pudiéramos votar. Hay que ir a votar aunque sólo sea por ellos. Y por ellas.
También creo que la derechona histórica vive feliz con la apatía ciudadana ante las elecciones. Porque ellos sí van a votar. Son menos, pero no fallan nunca. Van a misa y votan.
También creo que estas elecciones al Parlamento Europeo se venden fatal. Aquí cada uno hace una lectura interna de estas elecciones y presentan unas listas organizadas desde la oscuridad de la burocracia de los aparatos de los partidos. Pienso que los partidos nacionales deberían ser los primeros en creerse Europa y explicar por qué hay que votarles en Europa, sin entrar en cuestiones que no son competencia de las instituciones europeas.
Incluso me gustaría votar a una lista de señores y señoras europeos y europeas, no exclusivamente de españoles y españolas. "¡Es que si son de fuera no sabemos quien son!". Me pueden decir. Pero la verdad es que tampoco sé quienes son los autóctonos. Incluso algunos sí sé quienes son. Y sería mejor no saberlo.
Dicho esto, en Europa se cuecen muchas cosas que nos afectan directamente. Sería una gran lástima que Obama no encontrara una Europa aliada de sus propuestas inicialmente progresistas, porque si Obama no tiene en la otra orilla del Atlántico una presión progresista, Obama se nos escora. Y si Obama se escora solo, hace falta una Europa que abandone definitivamente las posturas neoconservadoras que a punto han estado de que derechos sociales seculares retrocedieran.
Si no hubiera sido por el Parlamento Europeo, nos habrían metido la Directiva de las 65 horas. Y, lo mismo, no sabríamos de dónde nos había caído. Europa importa.
También creo que la derechona histórica vive feliz con la apatía ciudadana ante las elecciones. Porque ellos sí van a votar. Son menos, pero no fallan nunca. Van a misa y votan.
También creo que estas elecciones al Parlamento Europeo se venden fatal. Aquí cada uno hace una lectura interna de estas elecciones y presentan unas listas organizadas desde la oscuridad de la burocracia de los aparatos de los partidos. Pienso que los partidos nacionales deberían ser los primeros en creerse Europa y explicar por qué hay que votarles en Europa, sin entrar en cuestiones que no son competencia de las instituciones europeas.
Incluso me gustaría votar a una lista de señores y señoras europeos y europeas, no exclusivamente de españoles y españolas. "¡Es que si son de fuera no sabemos quien son!". Me pueden decir. Pero la verdad es que tampoco sé quienes son los autóctonos. Incluso algunos sí sé quienes son. Y sería mejor no saberlo.
Dicho esto, en Europa se cuecen muchas cosas que nos afectan directamente. Sería una gran lástima que Obama no encontrara una Europa aliada de sus propuestas inicialmente progresistas, porque si Obama no tiene en la otra orilla del Atlántico una presión progresista, Obama se nos escora. Y si Obama se escora solo, hace falta una Europa que abandone definitivamente las posturas neoconservadoras que a punto han estado de que derechos sociales seculares retrocedieran.
Si no hubiera sido por el Parlamento Europeo, nos habrían metido la Directiva de las 65 horas. Y, lo mismo, no sabríamos de dónde nos había caído. Europa importa.
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