Blog de Alfonso Roldán Panadero

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En las fronteras hay vida y tuve la suerte de nacer en la frontera que une el verano y el otoño, un 22 de septiembre, casi 23 de un cercano 1965. En la infancia me planteé ser torero, bombero (no bombero torero), futbolista (porque implicaba hacer muchas carreras), cura (porque se dedicaban a vagar por la vida y no sabía lo de la castidad...) Luego, me planteé ser detective privado, pero en realidad lo que me gustaba era ser actor. Por todo ello, acabé haciéndome periodista. Y ahí ando, juntando palabras. Eso sí, perplejo por la evolución o involución de esta profesión. Alfonso Mauricio Roldán Panadero

domingo, 23 de agosto de 2009

Una deuda con la masonería (I)

Releyendo a Marcos Ana y su Decidme como es un árbol, me encontré, en la página 77 con la descripción de la cárcel de Porlier, esquina a Padilla. Allí, en el último piso, la 6ª galería estaba ocupada por los comunistas y la de al lado, la 5ª, por los masones. En la cárcel de Porlier, en aquellos días de 1939, Marcos Ana estuvo gravemente enfermo y compartió enfermería con un masón que no sobreviviría a la prisión, el marqués de Hoyos y Vinet, escritor de novelas galantes.

La obsesión de Franco hizo que la masonería en nuestro país fuera borrada del mapa. Esa persecución –histórica en prácticamente toda la historia de España- ha influido también en que la masonería sea considerada una organización secreta. Ahora, la Ley de Memoria Histórica intenta reparar tanto daño.


Ignacio Merino (en la foto) es el director de comunicación de la Gran Logia Simbólica de España, me explica que "sólo nos gustaría lograr una reparación moral, ética, una forma en que el Estado reconozca los sufrimientos inmerecidos, arbitrarios y crueles que han sufrido nuestros hermanos". Además, intenta sacar a la masonería de la oscuridad.

Merino me explica que para la redacción de la Ley, los masones fueron consultados, y destaca "el gesto" del entonces presidente del Congreso de los diputados, Manuel Marín, y de la vicepresidenta María Teresa Fernández de la Vega, "dos políticos de enorme talante democrático que recibieron en el Palacio de las Cortes a una amplia delegación masónica".

A Merino, y a todos los masones que conoce, les gusta la Ley, aunque ve "dos temas un poco espinosos". Por un lado, "el reconocimiento hacia la masonería está siendo algo tenue. La masonería fue tan machacada que la ciudadanía no es consciente de lo que significa". Otro asunto es "la reparación". La cuantía de lo incautado podría ser enorme, pero templos y propiedades estaban a nombre de personas físicas. Por otra parte, el Gran Oriente Español (la masonería existente cuando Franco dio el golpe) habría que dividirlo entre la Gran Logia Española (GLE) y la Gran Logia Simbólica de España (GLS), las dos corrientes masónicas de nuestro país. La primera, anglosajona, más dogmática; no permite la pertenencia de las mujeres en sus logias (el nivel básico de una organización que es federada). Por el contrario, la Gran Logia Simbólica de España, de tradición francesa, "no exige la creencia en ninguna divinidad revelada y admite a las mujeres. En mi logia, Hermes Tolerancia Nº 8 el libro sagrado son los Derechos Humanos", me cuenta Merino.

Retomando el asunto de la reparación, Ignacio Merino hace propia la propuesta de Javier Otaola, antiguo Gran Maestre de GLS y Defensor del Ciudadano en Vitoria. Esto es, "la creación de una cátedra en masonería. Una cátedra o un Centro de Estudios masónicos auspiciado por el Estado, en el que se pudiera reunir documentación histórica. Con eso nos sentiríamos colmados".

"Sólo pedimos una reparación justa e intelectual", proclama Merino, porque "tenemos una responsabilidad muy seria de reparación hacia esas personas que echaban el resto para que en un pueblo supieran leer y escribir todos. O aquellos médicos que se iban a curar sin cobrar un duro. Todos esos masones buenos se merecen un homenaje y una reparación".

Sin ánimo de hacer apología, Ignacio nos lo deja claro: "La masonería busca el perfeccionamiento individual y la mejora de la sociedad".
(En la próxima entrada, más sobre la deuda con la masonería)

2 comentarios :

  1. Es bastante curioso el interesado y sistemático olvido de la existencia en España, antes de 1936 y en la actualidad, de la Orden Masónica Mixta Internacional Le Droit Humain-El Derecho Humano (Federación Española) y como se trata de arrimar el ascua a dos sardinas que nada tienen que ver con la masonería existente entonces: La Gran Logia de España y la Gran Logia Simbólica de España.

    Creo que conviene aclarar, además, que la Federación Española El Derecho Humano fue y es la única obediencia mixta española (la GLSE cuenta con talleres masculinos, femeninos y mixtos, según deseo de las propias logias, por lo que no se puede considerar, en puridad, una obediencia mixta) y que por ello se convierte en una tercera vía, claramente diferenciada de las mencionadas en el post, cuyos rasgos más definitorios serían la mixticidad, antes mencionada, y el internacionalismo.

    Para ampliar información recomiendo una visita a la página de la Orden en España www.elderechohumano.org, en la que se puede acceder a diversos documentos sobre el pensamiento de esta, decana, Obediencia masónica española

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  2. Mágnifico artículo, Mi abuelo fue Gran Maestro de la Logia de Benito Juarez en México donde se marcho siendo español después de la Guerra Civil y dada la situación en España.
    Gracias por la recuperación histórica.

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