Estoy encantado con la transparencia de la reunión del G-20, que hemos visto hasta crónica rosa machista del evento, relacionada con las consortes de los líderes, de los consortes de las líderes, ni mu. Hemos visto fotografías, opiniones, interpretaciones…
En este capítulo de las interpretaciones llama la atención el editorial de El País, que vuelve a evidenciar que tiene atravesado a Zapatero. El País destaca la labor de Sarkozy y Merkel, de Zapatero nada, a pesar de que para Público, gracias a España y su presidente se han alcanzado importantes acuerdos.
En realidad, El País es más obamista que zapaterista, que cuando saltó la idea de la ministra Chacón de retirar a las tropas de Kosovo, no dejaron títere con cabeza. Tampoco podemos obviar que la ministra de Defensa está casada con Miguel Barroso, la bestia negra del Grupo Prisa, como supuesto conseguidor de beneficios para Mediapro (que si La Sexta, Público y tal y tal). Pero esa es otra historia.
El G-20, debería denominarse realmente "punto G-20" porque sirve fundamentalmente para producir un inmenso placer entre los líderes y lideresas al verse en las fotografías de todos los periódicos del mundo, en todas las televisiones del mundo. Los electores decimos ¡Caray! que importante es mi presidente, o mi presidenta. Y es verdad. Son gentes importantes que se dejan la vida por resolver los problemas de la humanidad.
La cuestión es que hay otras reuniones en este mundo mucho menos transparentes. Mejor dicho, absolutamente oscurantistas, aunque, parece ser, tienen gran relevancia para el destino de nuestras vidas. Este oscurantismo hace que la rumorología sobre estas cumbres sea enorme. Por ejemplo, el Club Bilderberg, reune a 130 invitados. Son personas influyentes en círculos empresariales, financieros, económicos, mediáticos y políticos, El grupo queda una vez al año, en secreto, en complejos de cinco estrellas a lo largo del mundo. Sobre este Club hay bibliografía. En España, la periodista Pilar Urbano conoció de su existencia hace una década, según ella misma narra, de boca de la reina Sofía.
La Comisión Trilateral es otra. Se trata de una organización internacional privada fundada en 1973, fundada por iniciativa de David Rockefeller, miembro ejecutivo del Council on Foreign Relations y del Grupo Bilderberg y aglutina a personalidades destacadas de la economía y los negocios de las tres zonas principales de la economía capitalista: Norteamérica, Europa y Asía-Pacífico. Parece ser que esta comisión nació del Grupo de Bilderberg, allá por 1972.
El Council on Foreign Relations (CFR) es una organización estadounidense no partidista, dedicada a la política exterior, fundada en 1921. Muchos creen que se trata de la organización privada más poderosa por su influencia en la política exterior de los Estados Unidos. Pero hay más grupos internacionales que parece que tienen no poca influencia en el devenir del mundo, aunque nada sabemos de ello: la Institución Brookings, RAND…
Con tanto secretismo sólo logran que crezca la rumorología sobre conspiraciones. Lo que está claro es que estos grupos existen y que sus miembros son tan relevantes como los del G-20, pero son más y tienen gran capacidad no sólo política, también económica, financiera, mediática, incluso, militar. ¿Por qué no trascienden estos encuentros?
Parece que esto del G-20 es como para que los preocupados ciudadanos nos entretengamos. Y tanto G, tanto G, me ha evocado un viejo tema.
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En este capítulo de las interpretaciones llama la atención el editorial de El País, que vuelve a evidenciar que tiene atravesado a Zapatero. El País destaca la labor de Sarkozy y Merkel, de Zapatero nada, a pesar de que para Público, gracias a España y su presidente se han alcanzado importantes acuerdos.
En realidad, El País es más obamista que zapaterista, que cuando saltó la idea de la ministra Chacón de retirar a las tropas de Kosovo, no dejaron títere con cabeza. Tampoco podemos obviar que la ministra de Defensa está casada con Miguel Barroso, la bestia negra del Grupo Prisa, como supuesto conseguidor de beneficios para Mediapro (que si La Sexta, Público y tal y tal). Pero esa es otra historia.
El G-20, debería denominarse realmente "punto G-20" porque sirve fundamentalmente para producir un inmenso placer entre los líderes y lideresas al verse en las fotografías de todos los periódicos del mundo, en todas las televisiones del mundo. Los electores decimos ¡Caray! que importante es mi presidente, o mi presidenta. Y es verdad. Son gentes importantes que se dejan la vida por resolver los problemas de la humanidad.
La cuestión es que hay otras reuniones en este mundo mucho menos transparentes. Mejor dicho, absolutamente oscurantistas, aunque, parece ser, tienen gran relevancia para el destino de nuestras vidas. Este oscurantismo hace que la rumorología sobre estas cumbres sea enorme. Por ejemplo, el Club Bilderberg, reune a 130 invitados. Son personas influyentes en círculos empresariales, financieros, económicos, mediáticos y políticos, El grupo queda una vez al año, en secreto, en complejos de cinco estrellas a lo largo del mundo. Sobre este Club hay bibliografía. En España, la periodista Pilar Urbano conoció de su existencia hace una década, según ella misma narra, de boca de la reina Sofía.
La Comisión Trilateral es otra. Se trata de una organización internacional privada fundada en 1973, fundada por iniciativa de David Rockefeller, miembro ejecutivo del Council on Foreign Relations y del Grupo Bilderberg y aglutina a personalidades destacadas de la economía y los negocios de las tres zonas principales de la economía capitalista: Norteamérica, Europa y Asía-Pacífico. Parece ser que esta comisión nació del Grupo de Bilderberg, allá por 1972.
El Council on Foreign Relations (CFR) es una organización estadounidense no partidista, dedicada a la política exterior, fundada en 1921. Muchos creen que se trata de la organización privada más poderosa por su influencia en la política exterior de los Estados Unidos. Pero hay más grupos internacionales que parece que tienen no poca influencia en el devenir del mundo, aunque nada sabemos de ello: la Institución Brookings, RAND…
Con tanto secretismo sólo logran que crezca la rumorología sobre conspiraciones. Lo que está claro es que estos grupos existen y que sus miembros son tan relevantes como los del G-20, pero son más y tienen gran capacidad no sólo política, también económica, financiera, mediática, incluso, militar. ¿Por qué no trascienden estos encuentros?
Parece que esto del G-20 es como para que los preocupados ciudadanos nos entretengamos. Y tanto G, tanto G, me ha evocado un viejo tema.
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