Acerté con Pontevedra. Que el lugar buscado buscaba huir de procesiones extremas. Allí, a la vuelta de una esquina surgió una breve, rápida, concisa procesión, que debía ser de cristianos de la puta base. Allí no había oropeles, ni encapuchados ni autoflagelados, ni lazos blancos. Iban a su bola.
Luego, en la noche del viernes debió haber más procesiones, pero gracias a la matinal de los cantarines espontáneos la lluvia amenazaba, con lo que grandes preservativos preservaban las imágenes de la posible lluvia. ¿Cómo va a estar Rouco contra los preservativos, entonces?
Lo bueno que tiene esta zona también es que evitas pecar comiendo carne, gracias al pescado y el marisco de la ría. Siempre me ha parecido inteligente la postura de la Iglesia católica que ha prohibido la carne en la cuaresma, pero no el humilde marisco.
Pontevedra tiene un casco histórico excepcional para el paseo. Repleto de plazas y callejuelas peatonales el ciudadano le ha ganado la batalla del protagonismo a los coches. Y Pontevedra tiene un magnífico Museo de la Provincia, en el que te puedes encontrar la réplica del camarote de un capitán de barco, restos del Paleolítico, una de las mejores colecciones arte en azabache, hasta al mismísimo San Pedro, apuntando hacia arriba con un dedo (y presidiendo esta entrada). Que tengo yo que preguntar a mí amiga Ana Manzano el porqué de la posturita.
Y andaba repleto de paz espiritual y gastronómica, alejado de los pecados de Internet, de la televisión, e incluso de la tradicional prensa de papel, cuando me encontré sobre una mesa un Público que narraba las aventuras y desventuras de Paco Álvarez Cascos con sus guardaespaldas, que andan hartos del personaje y le han denunciado por borrico, que decimos los técnicos en lenguaje jurídico. Andan hartos incluso de su prole.
Este hombre siempre apuntó maneras groseras y, con la edad, la cosa parece que va a mayores. Cascos es el más casquiano de los personajes de este país. Nunca entenderé sus éxitos sentimentales. Aunque, en realidad, cada supuesto éxito supone un fracaso.
En fin, veamos que nos depara el lunes de Pascua, además del retorno del invierno. ¿Habrá meditado Federico Jiménez Losantos sobre su futuro, y lo que más me preocupa, el futuro de los obispos?
En fin, veamos que nos depara el lunes de Pascua, además del retorno del invierno. ¿Habrá meditado Federico Jiménez Losantos sobre su futuro, y lo que más me preocupa, el futuro de los obispos?
Querido Alfonso. Veo que has disfrutado y creo que no has descansado. Bien! Los objetivos de las vacaciones los has cumplido en su totalidad. Preguntas, como siempre curioso, por qué San Pedro tiene el dedo hacia arriba. Mi opinión es que con esta postura, además de darte la bienvenida, te indica el origen divino de su inspiración y de su palabra, y además, anuncia la llegada del Mesías. Es diferente su pose a la del pantócrator, que levanta dos dedos (de diferentes modos, porque en esto también hay estilos y corrientes) en actitud de bendecir. Espero que la explicación te haya servido. A su merced. Ana Manzano.
ResponderEliminarClaro. Estaba yo más acostumbrado a los dos dedos del pantócrator. Gracias pues por la aclaración. De todas formas, este San Pedro tiene cara de buen chaval y de simpaticote.
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