Son ya doscientos veinte años de la Revolución Francesa. Dos siglos y dos décadas de aquel 14 de julio en que la "Libertad, Igualdad y Fraternidad" llenaron las calles de París, de Francia, y luego se extendieron por Europa y por el nacimiento de los Estados Unidos. El laicismo y la separación de poderes: Legislativo, Ejecutivo y Judicial dieron alma a las democracias nacientes.
Pero nuestro país siempre ha tenido la desgracia de que no cuajaran los ideales de aquellos revolucionarios. Tanto es así, que a día de hoy, el partido de la derecha, el PP, hasta el cuello de acusaciones por corrupciones y corruptelas sigue teniendo fe, no ya en Dios, sino en "jueces conservadores". Tanto es así que Luis Bárcenas, tesorero del PP ha tenido el honor de que el Tribunal Supremo se inventara la figura de "imputado provisional" para él. Que así parece menos golfo el asunto.
Luego nos encontramos con que el presidente del Consejo General del Poder Judicial , Carlos Divar, apela a sus creencias católicas para impedir un informe sobre el aborto en un caso sin precedentes. Luego nos encontramos con que la CEOE rompe todo diálogo porque sigue instalada en el medioevo franquista, exigiendo esclavos en vez de trabajadores. No digo yo de guillotinar a los borbones. Pero hombre, un poco de Libertad, Igualdad, Fraternidad, laicismo y separación de poderes…
Seguro que resulta tópico, pero a mí esta escena que subo me sigue emocionando en toda su amplitud. Este país no pudo, no puede, vivir ninguna parecida:
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Pero nuestro país siempre ha tenido la desgracia de que no cuajaran los ideales de aquellos revolucionarios. Tanto es así, que a día de hoy, el partido de la derecha, el PP, hasta el cuello de acusaciones por corrupciones y corruptelas sigue teniendo fe, no ya en Dios, sino en "jueces conservadores". Tanto es así que Luis Bárcenas, tesorero del PP ha tenido el honor de que el Tribunal Supremo se inventara la figura de "imputado provisional" para él. Que así parece menos golfo el asunto.
Luego nos encontramos con que el presidente del Consejo General del Poder Judicial , Carlos Divar, apela a sus creencias católicas para impedir un informe sobre el aborto en un caso sin precedentes. Luego nos encontramos con que la CEOE rompe todo diálogo porque sigue instalada en el medioevo franquista, exigiendo esclavos en vez de trabajadores. No digo yo de guillotinar a los borbones. Pero hombre, un poco de Libertad, Igualdad, Fraternidad, laicismo y separación de poderes…
Seguro que resulta tópico, pero a mí esta escena que subo me sigue emocionando en toda su amplitud. Este país no pudo, no puede, vivir ninguna parecida:
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