Blog de Alfonso Roldán Panadero

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En las fronteras hay vida y tuve la suerte de nacer en la frontera que une el verano y el otoño, un 22 de septiembre, casi 23 de un cercano 1965. En la infancia me planteé ser torero, bombero (no bombero torero), futbolista (porque implicaba hacer muchas carreras), cura (porque se dedicaban a vagar por la vida y no sabía lo de la castidad...) Luego, me planteé ser detective privado, pero en realidad lo que me gustaba era ser actor. Por todo ello, acabé haciéndome periodista. Y ahí ando, juntando palabras. Eso sí, perplejo por la evolución o involución de esta profesión. Alfonso Mauricio Roldán Panadero

miércoles, 25 de marzo de 2009

Rosa Díez y Fidalgo pasando por Álvaro Marichalar / Capitán Abu Raed

Me lo ha contado un amigo y me niego a creerlo. Me parece lógico que Álvaro de Marichalar se bajara de la moto de agua y fichara por el Partido de Rosa Díez, y me parece lógico que Libertad Digital les diera cancha:


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Pero que Fidalgo se apunte a esta banda…, me cuesta mucho creerlo, aunque lo haya leído en Internet, en una página de amigos de Rosa Díez de Móstoles (y dale con Móstoles) que lo han copiado de un periódico digital.

A mí, el Partido de Rosa Díez siempre me ha recordado un poco al GIL del difunto Jesús Gil, pero menos ostentoreo, más Vogue y con Savater el filósofo novelista, ensayista, articulista que, todo apunta, no va a llegar a ser el Ortega del siglo XXI. Al igual que Rosa no llegó a secretaria general del PSOE, ni a presidenta del Gobierno. ¡Coño! que Fidalgo tampoco ganó el último Congreso de CCOO.

La comparación con el GIL es, fundamentalmente, por el personalismo, por el populismo. Porque más allá del odio visceral hacia los nacionalismos, hacia el PSOE y su pseudocrítica al sistema… Pues sí, ahí se mezclan ex comunistas, ex fachas, ex socialistas. En fin, un partido con una buena base, un claro organigrama y, supongo que, una clara financiación.

Aunque ya un 25 de abril del año pasado, en su digital, Carlos Sánchez finalizaba una crónica sobre un acto de Fidalgo, de una forma llamativa: “Se ha ido demasiado lejos en la descentralización del Estado”, sugirió Fidalgo. A su lado, la diputada Rosa Díez, asentía con la cabeza.

Yo no me puedo creer esto, que además, podría afectar a CCOO. Pero si fuera cierto entendería muchas cosas que algunos amigos del PSOE me venían diciendo y que yo siempre he negado. Porque Fidalgo es un provocador. Un provocador que a veces ha llegado al límite con sus actuaciones en la FAES. Pero es un tipo de altura.

Y hablando de tipos de altura, debo mencionar aquí una película jordana magnífica: Capitán Abu Raed. Si hace dos días hablaba de Gran Torino, Abu Raed es a simple vista lo contrario al personaje de Clint Eastwood, pero en el fondo tiene grandes coincidencias con él. Son héroes de barrio, semianónimos. Eso sí, el uno desde la bondad, el humanismo, la ternura; el otro, pues desde la autocaricatura de los personajes de Eastwood.

Tampoco entenderé las sinopsis que vienen a presentarnos una película que gira alrededor de un hombre que nos puede recordar a Chanquete, el de Verano Azul, cuando, poco a poco nos va introduciendo en algo tan actual como la violencia machista, y por extensión, la violencia doméstica. En Abu Raed, vemos esa complicidad entre mujeres que no suele existir en el cine. Una complicidad a pesar de los diferentes modos de vida. Una complicidad porque desde su ámbito cada una de ellas sale de sus propias cárceles.

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