Blog de Alfonso Roldán Panadero

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En las fronteras hay vida y tuve la suerte de nacer en la frontera que une el verano y el otoño, un 22 de septiembre, casi 23 de un cercano 1965. En la infancia me planteé ser torero, bombero (no bombero torero), futbolista (porque implicaba hacer muchas carreras), cura (porque se dedicaban a vagar por la vida y no sabía lo de la castidad...) Luego, me planteé ser detective privado, pero en realidad lo que me gustaba era ser actor. Por todo ello, acabé haciéndome periodista. Y ahí ando, juntando palabras. Eso sí, perplejo por la evolución o involución de esta profesión. Alfonso Mauricio Roldán Panadero

jueves, 15 de abril de 2010

El histórico problema de la derecha española / El PP debe refundarse por el bien de España

El Partido Popular tiene un grave problema. Y el problema es que sus problemas, valgan las redundancias, se trasladan a España. Estos días se evidencia que la Justicia en España no hizo la transición (ya auguró Felipe González tras el 82 que este poder sería el último en hacerla), pero para que todas las heridas cicatricen, para que España sea un país con un mínimo de ética y moralidad, quien tiene que hacer la transición es la derecha española.

En 1936 la derecha de la CEDA (liderada por Gil Robles) perdió la gran oportunidad de situarse con la voluntad popular y se puso del lado de los que, por medio de las armas, se alzaron contra la República, un régimen legalmente constituido.

Actualmente la derecha en España la representa el PP, hijo directo de la Alianza Popular creada en 1976 por Manuel Fraga, el dueño de la calle en los últimos años del franquismo (en la imagen pequeña, junto a Franco). Alianza Popular estaba formada por una serie de pequeños partidos liderados por ministros franquistas: Cruz Martínez Esteruelas, Federico Silva Muñoz, Licinio de la Fuente, López Rodó o Fernández de la Mora. En las primeras elecciones democráticas tras la guerra, en 1977 (aquel año el Primero de Mayo todavía había sido ilegal), el resultado de Alianza Popular fue tristísimo (para ellos), con sólo 16 escaños, frente a la amplia mayoría lograda por UCD. Tras el fracaso, Fraga crea una nueva coalición: Coalición Democrática, que en el 79 se hunde, con sólo 10 escaños. Fraga dimite y se centra nuevamente en Alianza Popular, imponiendo la estructura presidencialista que hoy pervive. Pero con Fraga a la cabeza se sigue fracasando con diferentes iniciativas, como la Coalición Popular, conformada junto al PDP y el Partido Liberal. Bueno, en el 82, tras arrasar el PSOE y hundirse UCD, se convierte en el primer partido de la oposición con 107 escaños.

Ese es un momento clave, pues a AP van a parar los votos de Fuerza Nueva y de la desmembrada UCD. Fuerza Nueva estaba liderada por el franquista Blas Piñar y tenía un considerable éxito en actos públicos que luego no se traducían en votos. El fascista llegó a crear el lema: “tu aplauso, un voto”. Fuerza Nueva y su versión posterior, Frente Nacional nunca fue ilegalizada a pesar de su ideología fascista, al igual que Falange. Piñar alcanzó incluso su acta de diputado en 1979 (casi 380.000 votos que terminarían en AP y posteriormente en el PP).

Entretanto, Fraga daba esa imagen de ser muy de derechas y así no había forma de ganar unas elecciones. Verstringe arma el lío y abandona la secretaría general del partido en beneficio de Alberto Ruiz-Gallardón. El invento del joven Antonio Hernández Mancha fracasa y deja previamente el cadáver de Herrero de Miñón. Vuelve Fraga, que nunca se fue…
El PSOE seguía ganando elecciones y el cabeo de Fraga ya era monumental así que en 1989 refundan todo el lío que tenían montado y surge el PP. Recuerdo que viví aquello en primera persona ¡como corresponsal de Mundo Obrero! (“el bolchevique de la hostia”, decían cuando, con un par, recogí mi credencial.

Cascos, ni más ni menos, era el secretario general y comenzó el ascenso de Aznar. En septiembre es elegido por don Manuel para ser candidato a las elecciones generales. En octubre nace El Mundo, tras la traición de Pedro J. a Juan Tomas de Salas en Diario 16

Aznar consigue mantener en su partido a los fascistas provenientes de los mítines de Fuerza Nueva y Falange, a los liberales, a los desheredados de UCD…, frente a una campaña de constante acoso y derribo hacia el PSOE.

La derecha española ha sido en nuestro país el juguete de una Iglesia católica trasnochada y de poderosos económicos, fundamentalmente terratenientes. Igual que en 1931, cada vez que el PP ha tenido la oportunidad de desmarcarse del fascismo no lo ha hecho. Ahora tiene la oportunidad de ponerse frente al franquismo y se vuelve a sentar junto a Falange para evitar que se investiguen los crímenes del franquismo, cuando no la corrupción del caso Gürtel, que parece ser la misma historia.

El PP debería plantearse una nueva refundación y no tener miedo a escindirse, si se diera el caso, por el bien de España. Su mayor temor ahora es perder las próximas elecciones, que está cantado iban a ganar. Para ello tienen que acaparar ese voto fascista de brazo en alto, ese voto ultra católico antiabortista, defensor de la familia católica tradicional. Tienen que aunar el voto de ABC, La Razón, El Mundo, La Gaceta de los Negocios, Telemadrid, Jiménez Losantos, Intereconomía, La COPE, Onda Cero, Punto Radio…, y eso es complicado.

El PP emprende cruzadas contra Garzón, Berzosa, Villarejo, los artistas, los intelectuales, los sindicatos. Califican el acto de apoyo al juez Garzón de “antidemocrático”.

Un acto repleto de personas que han sufrido cárcel, persecución, tortura…, y que se negaron a ilegalizar a Falange, a Fuerza Nueva, es decir, a una parte de los votantes del PP. Esperamos esa misma declaración el próximo 20 de noviembre. Que la derecha española deje de perder los trenes de la ética política. Que denigren de una vez por todas al franquismo. Por su bien. Por el bien de esa España que siempre mencionan y cuyo nombre ensucian.

3 comentarios :

  1. Realmente la derecha española hace mucho tiempo que ha perdido el norte aunando en un mismo paquete a una derecha que podría ser (más o menos) racional, con una ultra derecha a todas luces caduca, rancia e intolerante. No obstante creo que el mayor problema de esta triste derecha española es que tiene un terrible mal perder. Ellos están acostumbrados a eso... a haber sido los dueños de la calle, a creer que aún lo son, y a no haber sido "sometidos" a una transición como, en su día, hubiese tenido que ser la correcta.

    Lo malo de todo esto es la facilidad con la que mucha gente olvida que la realidad de la derecha española es esa y le votan por tantos y dispares frentes abiertos que tienen.

    En mi opinión, llevamos varios años ya con una especie de "gobierno bisagra" en la que ambos partidos mayoritarios se reparten el poder al 50% y aquí no hay quien pueda tirar nada hacia adelante. Y lo malo... es que ante eso tampoco parece reaccionar con eficacia la izquierda española.

    Habrá que ver qué pasa, y mientras pase... a ver cómo coño nos libramos de los ultras de una vez por todas; cosa que veo cada vez más complicada.

    Felicidades por esta entrada, objetiva y bien documentada... como no podía ser menos.

    Un abracete Alfonso ;-)

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  2. Qué paren ésto que yo me bajo....
    ¡ Gracias por sintetizar toda la información y mostrarla aqui desde tu atalaya ! :-]

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  3. Es que es una pena las dificultades que tiene este país para dialogar y para debatir sin sacarnos los ojos. Y la de oportunidades que se pierden.
    Abril parisina, mujer, no te bajes. O bueno, bájate para empujar y cambiar esto un poco. ;-)

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