Blog de Alfonso Roldán Panadero

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En las fronteras hay vida y tuve la suerte de nacer en la frontera que une el verano y el otoño, un 22 de septiembre, casi 23 de un cercano 1965. En la infancia me planteé ser torero, bombero (no bombero torero), futbolista (porque implicaba hacer muchas carreras), cura (porque se dedicaban a vagar por la vida y no sabía lo de la castidad...) Luego, me planteé ser detective privado, pero en realidad lo que me gustaba era ser actor. Por todo ello, acabé haciéndome periodista. Y ahí ando, juntando palabras. Eso sí, perplejo por la evolución o involución de esta profesión. Alfonso Mauricio Roldán Panadero

jueves, 12 de diciembre de 2019

FESCIMED: Lástima que terminó el festival


Y acabó el domingo la III edición de FESCIMED con aforo rebasado en la última proyección y en la entrega de premios. La última proyección correspondía a la sección “La otra mirada”, es decir, “las que por contenido o programación no han cabido en la sección oficial”, según explicó Carlos Olalla, director del festival. Tuvimos la fortuna de contar con Fernando Cabrerizo Sanz, director de Parece que está muerto.

A la izquierda de la imagen, Fernando Cabrerizo junto a Carlos Olalla.
En siete minutos nos ofrece una mirada particular y personal del “tránsito de la dictadura a la democracia a partir de un hecho…”; una dictadura “que cayó en las calles por el empuje de la sociedad”, según explicó el director de Parece que está muerto, que sí, nos sonsacó alguna sonrisa.

Bajo la palmera se desarrolla en 1986 y nos traslada a la tragedia lorquiana de Bodas de sangre porque un periodista de El Caso se traslada a Nijar para intentar localizar a los auténticos protagonistas de la obra del poeta y dramaturgo granadino. Un pueblo que ya estaba cansado de periodistas fisgones. Y más si eran de El Caso.

También nos traslada en el tiempo, de 1938 a 2018, La partida, que crea un intenso paralelismo entre personajes, escenario y situación en la exhumación de unos “desaparecidos” republicanos en la onubense localidad de El Almendro. El corto también nos alerta de la relevancia que tuvo la situación fronteriza con Portugal esta zona.

 Desde otra perspectiva dramática, en la actualidad de Barcelona y del Mediterráneo, Unburied nos presenta la descarnada tragedia de las miles de personas que intentan cruzar el mar huyendo de las bombas, las guerras, el hambre acuciado por la emergencia climática… Un corto dedicado “a todos los cuerpos negros que llenan los mares del mundo”.




domingo, 8 de diciembre de 2019

De Cicerón a FESCIMED

“La verdad se corrompe tanto con la mentira como con el silencio”… El destino, o quizá la casualidad, que todo depende de la perspectiva, ha querido que la tercera jornada de FESCIMED coincidiera con la conmemoración del asesinato de Cicerón. Sí, Marco Tulio Cicerón (Tullius Cicero para los ortodoxos latinos), autor de la máxima que encabeza estas líneas y del tratado Sobre la amistad (De amicitia), auténtico quebradero de cabeza para quienes estudiamos latín en ese tiempo que se estudiaba latín. ¡Santo cielo, sita Esperanza!, es que desde la primera línea: “”Quinto Mucius augur multa narrare…” ¿por qué no puso una coma antes de augur si es un vocativo? Con todo, no celebramos el asesinato de Cicerón el 7 de diciembre de 43 a.C., lo conmemoramos.

Esta entradilla sería una buena metáfora para debatir si es más importante el contenido (la verdad se corrompe tanto con la mentira como con el silencio) o la forma y a partir de ahí, irnos por los cerros de Úbeda. Con todo, la frase de Cicerón bien podría ser el lema de FESCIMED, porque cortometraje a cortometraje, documental a documental o largometraje a largometraje, la esencia última es pelear por la verdad a través de esa herramienta que es la sala oscura.

Olalla, en el centro, con Itoitz Guerrero y Laura Uría.
Ese volvió a ser el eje en la proyección de los cortos del 7 de diciembre. En lo que viene a denominarse “Sección otras miradas” viajamos de los sucesos de Vitoria de 1976 a la Chernobyl soviética diez años después; del acoso a las mujeres (Lo que contamos), a la violenta represión policial (La doctrina de las pelotas asesinas) para desembocar en la dura realidad de los campamentos saharauis, más llevadera gracias al arte (Bubisher: Arte y Lucha).

Laura Uría Arranz, que además de librera es la autora de Lo que contamos, allí estuvo para denunciar, también de palabra, “el acoso normalizado hacia las mujeres”, una circunstancia que padecen…, todas las mujeres. También Itoiz Guerrero Barbarin, director de Bubisher: Arte y Lucha, vino a Madrid desde Donosti para explicarnos que “el arte es un símbolo de lucha” que empuja para lograr “una identidad en los campamentos saharauis”. Itoiz es un bibliotecario activo y activista que arenga en cualquier situación para promocionar el voluntariado allí donde es necesario, por ejemplo entre los saharauis.

Pero también hubo una remesa de cortos en la sección oficial, para no perder la costumbre de votar (rima en asonante). Revivimos el miedo, el dolor, las pesadillas de tantos niños y niñas bajo las bombas, el horror de adolescentes testigos de asesinatos, de hombres torturados, de mujeres violadas…

Con el micro Rafael Rojas, con Luís Cintora. Olalla en el centro.
Aprendimos barbaridades del mundo y ejercitamos la memoria de España hasta agotarnos un poquito el alma. Carlos Olalla, director de FESCIMED, nos presentó Alacant, ciutat en guerra 1936-1939, de Sergi Pitarch como un documental de memoria, pedagogía y educación.  En él descubrimos a ese Alicante objetivo del fascismo español e italiano, permanentemente bombardeado aunque con especial saña el 25 de mayo de 1938, cuando selectivamente las bombas se lanzaron sobre el Mercado Central.

Pero también vivimos la huida de las gentes de la República esperando embarcar en naves que no llegaban. Sólo el Stanbrook con la humanidad del capitán Dickson, arriesgando su vida pudo ayudar a unos pocos. Estampas que nos recuerdan al actual Open Arms o tantos barcos, que saltándose leyes que se saltan las leyes del mar salvan personas de bombas, hambre y represión.

Tras la angustia de Melifluos, de V. Viletta, nos trasladamos a Perú con Totos, memoria de un pueblo olvidado de Luis Cintora, que en la presentación de su documental nos abrió los ojos a una realidad desconocida en Perú. La brutalidad y la represión policial y del ejercito y las dificultades para repararlas. Carlos Olalla, en este contexto se refirió a la necesidad de un “relato” para superar situaciones tan duras y como el teatro y el cine pueden sensibilizar a la población.

Rafael Rojas es un actor que en el cortometraje Malpartida, de Luis Reneo, da vida a un legionario bastante desagradable. Fue el encargado de presentar la obra en la que participa y que no está exenta de humor. Un corto muy redondo que nos traslada a dos guerras, a distintos personajes y épocas en la Sierra madrileña… al sinsentido de las armas.

Reillo con Amparo Climent.
Y sí, no voy a mentir, no asistí al estreno de Los versos del olvido porque tenía ya un poco cansada el alma, pero allí dejé al secretario general de UGT de Madrid, Luis Miguel López Reillo (que mañana tiene acto en el Cementerio Civil para homenajear al Abuelo, Pablo Iglesias) para que hoy me cuente qué le pareció.
Porque hoy, un día y 2.065 años después del asesinato de Cicerón se clausura está III edición (pareado) de FESTIMED, un éxito de público (con derecho a voto). Un éxito de obras. Una iniciativa a consolidar y expandir porque el cine consigue lo que no está escrito.




















sábado, 7 de diciembre de 2019

FESCIMED: Regresa el Cepa, ¿vuelve la censura?

Hay perogrulladas imprescindibles en la actualidad. Tal es, que la emergencia climática es una emergencia inaplazable. Por eso ayer me perdí la primera remesa de cortometrajes de FESTIMED. Como diría mi madre y creo que muchas madres de la época, aunque ahora parezca un lema de última hora: “cuando es que no, es que no”. Quizá ese “es que” hace la frase más castiza al modo “hoy ni cine, ni cina" que hay que pasar por la manifestación. La cuestión es que sí llegué y pude votar en la sección internacional, con cortos de Brasil, Bélgica, Argentina y Francia. Como apuntó Carlos Olalla, director del festival antes de dar paso a las proyecciones, “en otros países se ha llevado con más normalidad que en España el asunto de la memoria y la verdad”. Es el ecuador de FESCIMED y puedes consultar aquí el programa restante, que apunta maneras muy interesantes (pareado)…

De cualquier forma, ayer volvimos a vivir y revivir un trocito muy relevante de nuestra historia reciente gracias al cine documental y a la cinta Regresa el Cepa, dirigida por Víctor Matellano. El documental revela el acoso y la censura militares a que fueron sometidas la película El crimen de Cuenca y su directora, Pilar Miró. Esta película fue la única secuestrada, ya con una democracia que había arrancado teóricamente unos años antes, pero en la que “aunque Franco había muerto, pervivía el franquismo”, tal como mencionó en el coloquio posterior Manuel Rodríguez, secretario de Política Institucional de CCOO de Madrid

El Cepa era José María Grimaldo López, un pastor de la conquense localidad de Tresjuncos que tras vender unas ovejas desapareció y que dio origen a un paradigmático error judicial, que en realidad fue una conspiración. La tortura aplicada por la Guardia Civil a dos anarquistas para inculparles será el eje de la historia terriblemente real y que cobró inusitada actualidad en los días de nuestra Transición. Días también de torturas, un ejército y una Guardia Civil que no se encontraban cómodos en Democracia como vimos el 23 de febrero de 1981.
Amparo Climent, Matellano, Manuel Rodríguez y Guillermo Montesinos.

El personaje de El Cepa fue magistralmente interpretado por Guillermo Montesinos, (impresionante escena final) que se convierte en el hilo conductor del documental dirigido por Víctor Matellano. Montesinos, desprendiendo energía, también participó en el pequeño coloquio tras la proyección.

Trabajo ímprobo 

En ese breve coloquio, moderado por Amparo Climent, presidenta de Arte y Memoria; Matellano explicó que un pilar fundamental de la documentación fue el libro de Emeterio Díez Puertas y Eduard Suárez Alonso, Golpe a la Transición. Además citó esos datos que siempre desconocemos y que muestran el trabajo que hay detrás de una película: estudio de más de setecientos folios sólo del “Caso Miró”, cuarenta entrevistas de las que editaron 24 horas válidas, que se quedaron en cinco horas, que se quedaron en tres horas que se quedaron en el metraje actual, por lo que “faltan muchos detalles del que fue uno de los primeros casos de la Audiencia Nacional”.

Clarificó el director alguno de esos detalles, como “la intencionalidad” del Caso Grimaldos (El Cepa). Explicó que se sabía que este pastor estaba vivo aún cuando se insistió en que fue asesinado, en lo que fue un crimen sin cadáver… De hecho se hablaba “del fantasma del Cepa que visitaba a su hermana o que se renovaba la documentación”. Evidentemente el fantasma era él vivo y coleando y evidentemente se trató de una “conspiración entre la Iglesia, el poder militar, el poder judicial y los terratenientes conservadores”. Otra certeza que tiene Matellano es que se evitó que la película fuera premiada en el Festival de Berlín, donde fue proyectada a pesar de estar prohibida en España.

Manuel Rodríguez, de CCOO de Madrid, describió la complicada situación que vivía España en esos días y que la perspectiva del tiempo nos ayuda a comprender. No olvidó que poco antes del rodaje de El Crimen de Cuenca, fueron asesinados los abogados y sindicalistas de CCOO en el despacho de Atocha 55 y como la Justicia, aún franquista, permitió que escaparan fuera de España dos de los tres asesinos condenados.

Regresión

El que fuera ministro de Cultura, Ricardo de la Cierva, realizó una nefasta intervención como respuesta a una pregunta del PSOE sobre la censura de El crimen de Cuenca. De la Cierva aclaró sin vergüenza que no se estaba cumpliendo la Constitución por parte del Gobierno. Esta situación nos lleva a la actualidad, un tiempo en que, aunque nadie lo confiese, se está incumpliendo la Constitución. A juicio del representante de CCOO, ésta “merece una actualización”. Carlos Ollero, se refirió, por ejemplo a la necesidad de derogar la denominada “Ley Mordaza”.


Montesinos, El Cepa, nos recordó el cariño que vivió durante el rodaje y destacó la importancia de que una placa en el lugar de los hechos reivindica la inocencia de los falsos asesinos. Para el actor, El crimen de Cuenca reivindica a los conquenses y fundamentalmente la verdad. Una historia que es metáfora de la historia de España. Eso sí, finaliza con el reencuentro, el abrazo, el perdón.






viernes, 6 de diciembre de 2019

FESCIMED: emoción y verdad


Nada mejor en estos días de “exaltación constitucionalista”, como dice Jaime Cedrún en este artículo para la ocasión, que intentar conocer la verdad de nuestra España. La verdad reciente y silenciada. Y sin duda, una de las mejoras herramientas para conocer la verdad es la cultura a través del cine. Porque hubo un tiempo cercano que el cine no era simplemente ocio y entretenimiento, sino fundamentalmente cultura. O mejor, Cultura con mayúscula. Esa es la razón de ser, por tercer año consecutivo, de FESCiMED, el Festival Internacional de Cine por la Memoria Democrática, del que podemos disfrutar hasta el próximo 8 de diciembre. El programa, pinchando aquí.

El festival arrancó con fuerza y emoción reconociendo al periodista de la Cadena Ser, Javier del Pino, su labor informativa contra la desmemoria en la sección “Vidas Enterradas” de su programa, “A vivir que son dos días” de la Cadena SER. El premio lleva el nombre de la que fuera gran abogada Lola González, víctima, que no heroína de una Transición que se hizo con luchas y sangre…

Personalmente considero a del Pino quizá el mejor periodista de radio en España. Más allá de su largo recorrido profesional nunca esconde su madrileña procedencia: Usera, tal como hace mi reconocida hermana filósofa. El galardón es una obra llena de alma realizada por la artista multidisciplinar y presidenta de “Arte y Memoria”, Amparo Climent. Fue ella quien realizó la entrega del galardón a del Pino, fundamentalmente porque Cristina Almeida tuvo la genial idea de atravesar Madrid en coche un día previo a puente. Claro…, llegó tarde.

Entrega del galardón a Javier del Pino por Amparo Climent.
La profunda y penetrante voz del director de FESTIMED, el actor Carlos Olalla, dio inicio a un festival que en su primera jornada desbordó emociones y emotividad; pero también verdades argumentadas. 

De un tiempo a esta parte raro es el fin de semana que no voto algo y el festival nos ofrece la oportunidad de continuar ejerciendo la democracia, que a mí no me supone ningún trauma votar; el trauma sería no poder votar. Así pues, tras la entrega del galardón “Lola González” dio comienzo la sección oficial de cortometrajes, con Luchar por Europa (Vicky Calavia), La Nueve (Daniel H. Torrado), Brothers in Syria (Víctor Suárez Ballesteros) y Píldoras por amor (Vicky Calavia). Independientemente del sentido de mi voto, como muestra, aquí os dejo el trailer de La Nueve.

Exilio

Una vez ejercido el derecho al voto del público se proyectó la primera parte de un documental imprescindible, Exilio, cuyo “alma mater” es Pedro Carvajal, que allí anduvo en su silla de ruedas. Carvajal participó como pudo, pues le asaltaba la emoción, en un intenso dialogo posterior en el que también aportaron interesante y necesaria información para la formación Jaime Ruiz, presidente de AMESDE; Fernando Martínez López, historiador y exdirector general de Memoria y Ernesto Casanova, presidente del Ateneo Español de Méjico.

Sin ánimo de convertir esto en una interminable crónica, sí resaltaría las palabras de Jaime Ruiz referidas al “enorme hueco, vacío, despilfarro de talento que tuvo para el país” el exilio republicano. Recordó como ejemplo que sólo a Méjico llegaron quinientos médicos españoles, lo que supuso, en boca de Ernesto Casanova, el 10 por ciento de todos los médicos que tenía el país hermano.

El documental de Pedro Carvajal muestra el exilio que España padeció por todo el mundo y por todo el mundo donde hubo exilio está rodado, salvo Argentina, pues coincidió con la época del “corralito”, y fue complicado trabajar in situ allí. El director recordó  de los protagonistas entrevistados “esa dignidad, esa entrega en todos” y, al igual que Casanova, no ahorró en elogios al presidente mejicano Lázaro Cárdenas, que si por él hubiera sido, se habría llevado a Méjico a todo el exilio.

El festival de cine es el complemento perfecto para despedir este 2019, en el que se han conmemorado el exilio republicano y en ello se sigue con excelentes exposiciones. Un asunto que abordó Fernando Martínez, que dejó clara su faceta agitadora para que se conozca a ese “gran desconocido” que es el exilio. 

Desde la izquierda, Carvajal, Martinez, Ruiz y Casanova en el coloquio.
Pero Martínez fue más allá porque el objetivo también es “realizar reparaciones a los exiliados y sus descencientes”, así como enaltecer “los valores y virtudes del exilio republicano, que es la esencia de nuestra democracia. Esas virtudes republicanas son el cordón umbilical que une a los actuales demócratas con el exilio”. Además, el historiador quiso destacar que entre los 500.000 exiliados había muchísimas mujeres mayores, jóvenes y niñas; y que no sólo fue un exilio de grandes personalidades, sino de personas de “a pie” que tuvieron que salir de España por defender la democracia y la República. Gentes que supieron mantener la dignidad.

Tres fechas importantes

Reveló Fernández también que a partir de 2020 habrá tres fechas importantes para conmemorar: una conmemorará a las víctimas del franquismo, otra a las víctimas del exilio y la tercera, ya existente el 5 de mayo, conmemora a las víctimas de las deportaciones.

Quizá la intervención más entrañable y repleta de anécdotas fue la de Ernesto Casanova, nieto de “cuatro abuelitos refugiados, sin ser famosos” que viajaron en el Sinaia. Rememoró precisamente lo que le contaron sobre la “calidez” de Méjico desde el desembarco, aquel primer día en Veracruz. 


Hoy el asunto continúa con cortos españoles y con la sección oficial internacional y, claro, la proyección de Regresa el Cepa, con un posterior coloquio y la presencia de Unai Sordo, Guillermo Montesinos, José Manuel Cervino, y Gonzalo Miró.



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miércoles, 4 de diciembre de 2019

AMESDE, levantar puentes con Cataluña a través de la cultura

De derecha a izquierda, Gorka, Jaime, José Manuel, Carmen e Ignasi
Hace un par de días acudí a un interesante evento enmarcado en los actos que AMESDE (Asociación de la Memoria Social y Democrática) realiza en la sede del Blanquerna. Allí tuvo lugar la presentación del Repertorio bibliográfico sobre narrativa en catalán de la guerra de España (1936-1939), el exilio y el franquismo, realizado por el Grupo de Investigación Bibliográfica de AMESDE. Tras un saludo de Gorka Knörr Borràs, delegado del Gobierno de la Generalitat  de Catalunya en Madrid; presentó el acto Jaime Ruiz Reig, presidente de AMESDE; e intervinieron Carme Riera, novelista, profesora y académica; Ignasi Riera, editor y escritor y José Manuel Pérez Carrera, coordinador del Repertorio…
Los intervinientes coincidieron en la magnífica herramienta de trabajo que constituye este pequeño libro, a lo que Gorka Knorr en su saludo añadió que se trata del  “testimonio de lo prolífica que ha sido la narrativa en Cataluña en la primera mitad del siglo XX”. Además, Knorr mostró su satisfacción por que esta obra se haya realizado desde Madrid.
Por su parte, Jaime Ruiz, destacó los tres lustros recorridos por AMESDE y su labor de puente con Cataluña en un intercambio cultural permanente. En este sentido, destacó que la cultura “debería ser la solución y no el problema”. En relación directa al libro presentado, se refirió Ruiz a la función de empatía que produce la lectura de narrativa porque “¿cuántas vidas se viven cuándo se lee una novela…? Por eso, cuando hablamos del concepto memoria, también hablamos de todos estos asuntos”. Y por ello, Ruiz insistió en que hay que “impregnar a la sociedad de formación y conocimiento”.
A continuación, José Manuel Pérez hizo un rápido recorrido entre las relaciones culturales entre Madrid y Barcelona o España y Cataluña, considerando la “cultura catalana como parte nuestra”. Llamó la atención sobre la represión franquista que paradójicamente unió más a ambas culturas con base en la solidaridad. Destacó el año 1992 como instante álgido y punto de inflexión en esas relaciones, para a partir de ahí, “lo político lleva a lo cultural a un progresivo deterioro”.
Asimetría
Ese deterioro, explicó Pérez, supuso el nacimiento del “sentir que la cultura catalana no era aceptada por el resto de España” y en el interior de Cataluña “por los castellanohablantes”. Este escenario es el que generó la “asimetría”, basada en un diálogo de sordos entre autores que escriben catalán y castellano, al que hay que añadir la actitud de catalanes que se instalan en Madrid, como Boadella, extremadamente críticos con la cultura catalana. Esto también produjo una reacción de “ombliguismo y autosuficiencia” entre los autores catalanes con el resultado de la desaparición del enriquecimiento mutuo entre ambas culturas. Como conclusión, el coordinador de la obra presentada se mostró pesimista ante el futuro de las relaciones culturales.
Momento de la primera intervención de Gorka Knorr.
El escritor y editor Ignasi Riera hizo un relato trufado de anécdotas de la clandestinidad e ironía en esa doble faceta profesional, aderezada con sus experiencias políticas. Así, comenzó recordando el primer bando militar tras la entrada de las tropas franquistas en Barcelona el 26 de enero de 1939 que decía: “Estad seguros, catalanes, de que vuestro lenguaje en el uso privado y familiar no será perseguido”, toda una declaración para prohibir la cultura catalana. En opinión de Ignasi Riera no existe una literatura catalana, pero sí de los países catalanes, al igual que ocurre en Galicia o Euskadi. Por ello recordó la relevancia de la Asociación Galeusca, una iniciativa que demostró que lo que en la política no cuajó, sí es posible con la cultura. 
Quiso Riera destacar todo lo que rodea a la creación, distribución y venta de un libro, una estructura que en Cataluña tuvo en los correctores de estilo y tipográficos un elemento fundamental por la dificultad de encontrar, tras la guerra civil, buenos conocedores de la lengua.
Renaixença, franquismo y pesimismo
Por último, Carme Riera también quiso poner el acento en que desde Madrid se esté trabajando en asuntos del calibre como el repertorio. Se preguntó la académica y escritora por qué Cataluña se siente enfrentada a España, o como allí se dice al “Estado español”, ya que desde fines del XIX la Unión Catalana no consideraba a España una nación, sino un estado formado por naciones, una de cuyas naciones es España. 

Para Riera los problemas comenzaron en esa época, con la aparición del movimiento Renaixença, y “llegó a su cenit con la pérdida de Cuba por España, ya que muchos comerciantes catalanes perdieron su trabajo”. Rememoró la relevancia del catalanismo por el mundo rural frente a la gran ciudad e insistió en como el franquismo nos unió y la democracia nos separa. La académica quiso destacar figuras maltratadas en Cataluña como la de Menéndez y Pelayo y criticó algunos mitos como la Oda a la patria, poema en catalán de Bonaventura Carles Aribau, que en realidad es una “oda al patrón” escrita para felicitar el aniversario del banquero Gaspar Remisa. Concluyó Carmen Riera con un mensaje muy pesimista: “creo que la literatura se ha acabado”.


Un importante recordatorio
Cambiando relativamente de tercio, quiero recordar que entre el 5 y el 8 de diciembre tendrá lugar el III Festival Internacional de Cine por la Memoria, en Madrid, en la cineteca de Matadero, también con la participación de AMESDE. Aquí está toda la información