He estado reflexionando desde el miércoles el sentido de mi voto. En última instancia, para que la musa de la Democracia me atrapara estuve viendo una película en 3D, Los mundos de Coraline, que lleva por subtítulo, Cuidado lo que deseas, se puede cumplir. Yo creo que por primera vez he ido a votar por la tarde, por lo que me ha dado por reflexionar aún más por la mañana en la Feria del Libro.Al igual que en el colegio electoral, en la película de
Los mundos de Coraline, hay que ponerse unas gafas oscuras para que lo irreal parezca, no ya real, sino hiper real. Lo que no advierten estos de las 3D es que las personas que padecen estrabismo no pueden disfrutar de las 3D, o sea que, en el fondo ven las cosas con más realismo, aunque parezca lo contrario.
Al igual que en la jornada electoral europea, la oscuridad de la sala hizo que el asunto no me atrapara de lleno, aunque cuando desperté la acción era trepidante y llegué a tener miedo, más por los más peques que por mi mismo. Al igual que en esta campaña electoral, el ambiente de la película era tétrico (es del mismo director de
Pesadilla antes de Navidad) y, quizá poco imaginativa al llevarnos a otros mundos. Si Alicia en el País de las Maravillas atraviesa un espejo, o
Las Crónicas de Narnia requieren de un armario, aquí una portezuela es la que nos traslada a otro mundo en el que nada es lo que parece. Vamos, que como con la política y la vida misma, no te puedes fiar de las apariencias (acordaros del
tamayazo, que trauma).
Coraline no me ayudó mucho con el sentido de mi voto. Así pues durante la noche repasé mentalmente los grandes titulares de esta campaña. Votábamos Europa y no quería yo dejarme llevar por las pasiones nacionales.
Por mi mente pasó
Obama y su histórico discurso del día 4 en busca de la paz en Oriente Medio. A Obama no le podía votar, pero podía no votar al del partido de
Aznar, cuyo discurso y hechos nos metieron en una guerra y en el centrifugado del odio entre civilizaciones.
Luego, por mi mente pasaron las corrupciones y corruptelas de uno y otro partido y la mansión de
Berlusconi con fiestas vergonzantes hasta para su antecesor en el trono,
Calígula. Mujeres con pechos al aire y una erección de 90 grados (cosas de la edad) del ex ministro checo,
Topolanek. Me quedé preocupado por si apareciera una erección de
Aznar y los pechos de la
Botella, grandes amigos del fascista. Pero parece que no. Parece que el fascista invita a cargo del Estado a amigos y amiguetes a orgías y similares. El Estado en Italia se desvanece Aquí, el PP monta en cólera porque
Zapatero va en avión del Ejército a los actos del PSOE (¿querrán que el presidente del Gobierno vaya en bici en un alarde medioambiental?)
Entre fiestas, orgía y gastos pagos, mi subconsciente me llevó a los obispos, a
Cañizares y su balanza divina en la que es mucho más pecado abortar que abusar de menores. Euromayor Oreja, de acuerdo. ¿Un trío con Berlusconi?
Aún quería más certeza en mi voto porque no encontraba razones para votar a unos, sino razones para no votar otros. En la Feria del Libro, miles de personas paseaban. Dos grandes colas para firmar libros me reconciliaron con el mundo: la de
Ibáñez, con sus Mortadelos y la
Gerónimo Stilton y sus ratonaventuras. Y sí, escritores y escritoras de renombre, y de menos renombre, regalando sonrisas y dedicatorias a seguidores a seguidoras. Como en la campaña.
Y veo que empiezan a dar los resultados. Y no entiendo nada. Bueno, sí. Si
Esperanza Aguirre gana unas elecciones por mayoría absolutísima en Madrid. Todo es posible en Europa. Eso sí, quizá Obama lo tenga más complicado. Quizá nos quieran volver a meter las 65 horas. Quizá desde Europa marquen políticas antisociales. Así se escribe la historia. Me voy a leer mi Mortadelo y Filemón.