Blog de Alfonso Roldán Panadero

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En las fronteras hay vida y tuve la suerte de nacer en la frontera que une el verano y el otoño, un 22 de septiembre, casi 23 de un cercano 1965. En la infancia me planteé ser torero, bombero (no bombero torero), futbolista (porque implicaba hacer muchas carreras), cura (porque se dedicaban a vagar por la vida y no sabía lo de la castidad...) Luego, me planteé ser detective privado, pero en realidad lo que me gustaba era ser actor. Por todo ello, acabé haciéndome periodista. Y ahí ando, juntando palabras. Eso sí, perplejo por la evolución o involución de esta profesión. Alfonso Mauricio Roldán Panadero

jueves, 12 de diciembre de 2019

FESCIMED: Lástima que terminó el festival


Y acabó el domingo la III edición de FESCIMED con aforo rebasado en la última proyección y en la entrega de premios. La última proyección correspondía a la sección “La otra mirada”, es decir, “las que por contenido o programación no han cabido en la sección oficial”, según explicó Carlos Olalla, director del festival. Tuvimos la fortuna de contar con Fernando Cabrerizo Sanz, director de Parece que está muerto.

A la izquierda de la imagen, Fernando Cabrerizo junto a Carlos Olalla.
En siete minutos nos ofrece una mirada particular y personal del “tránsito de la dictadura a la democracia a partir de un hecho…”; una dictadura “que cayó en las calles por el empuje de la sociedad”, según explicó el director de Parece que está muerto, que sí, nos sonsacó alguna sonrisa.

Bajo la palmera se desarrolla en 1986 y nos traslada a la tragedia lorquiana de Bodas de sangre porque un periodista de El Caso se traslada a Nijar para intentar localizar a los auténticos protagonistas de la obra del poeta y dramaturgo granadino. Un pueblo que ya estaba cansado de periodistas fisgones. Y más si eran de El Caso.

También nos traslada en el tiempo, de 1938 a 2018, La partida, que crea un intenso paralelismo entre personajes, escenario y situación en la exhumación de unos “desaparecidos” republicanos en la onubense localidad de El Almendro. El corto también nos alerta de la relevancia que tuvo la situación fronteriza con Portugal esta zona.

 Desde otra perspectiva dramática, en la actualidad de Barcelona y del Mediterráneo, Unburied nos presenta la descarnada tragedia de las miles de personas que intentan cruzar el mar huyendo de las bombas, las guerras, el hambre acuciado por la emergencia climática… Un corto dedicado “a todos los cuerpos negros que llenan los mares del mundo”.




domingo, 8 de diciembre de 2019

De Cicerón a FESCIMED

“La verdad se corrompe tanto con la mentira como con el silencio”… El destino, o quizá la casualidad, que todo depende de la perspectiva, ha querido que la tercera jornada de FESCIMED coincidiera con la conmemoración del asesinato de Cicerón. Sí, Marco Tulio Cicerón (Tullius Cicero para los ortodoxos latinos), autor de la máxima que encabeza estas líneas y del tratado Sobre la amistad (De amicitia), auténtico quebradero de cabeza para quienes estudiamos latín en ese tiempo que se estudiaba latín. ¡Santo cielo, sita Esperanza!, es que desde la primera línea: “”Quinto Mucius augur multa narrare…” ¿por qué no puso una coma antes de augur si es un vocativo? Con todo, no celebramos el asesinato de Cicerón el 7 de diciembre de 43 a.C., lo conmemoramos.

Esta entradilla sería una buena metáfora para debatir si es más importante el contenido (la verdad se corrompe tanto con la mentira como con el silencio) o la forma y a partir de ahí, irnos por los cerros de Úbeda. Con todo, la frase de Cicerón bien podría ser el lema de FESCIMED, porque cortometraje a cortometraje, documental a documental o largometraje a largometraje, la esencia última es pelear por la verdad a través de esa herramienta que es la sala oscura.

Olalla, en el centro, con Itoitz Guerrero y Laura Uría.
Ese volvió a ser el eje en la proyección de los cortos del 7 de diciembre. En lo que viene a denominarse “Sección otras miradas” viajamos de los sucesos de Vitoria de 1976 a la Chernobyl soviética diez años después; del acoso a las mujeres (Lo que contamos), a la violenta represión policial (La doctrina de las pelotas asesinas) para desembocar en la dura realidad de los campamentos saharauis, más llevadera gracias al arte (Bubisher: Arte y Lucha).

Laura Uría Arranz, que además de librera es la autora de Lo que contamos, allí estuvo para denunciar, también de palabra, “el acoso normalizado hacia las mujeres”, una circunstancia que padecen…, todas las mujeres. También Itoiz Guerrero Barbarin, director de Bubisher: Arte y Lucha, vino a Madrid desde Donosti para explicarnos que “el arte es un símbolo de lucha” que empuja para lograr “una identidad en los campamentos saharauis”. Itoiz es un bibliotecario activo y activista que arenga en cualquier situación para promocionar el voluntariado allí donde es necesario, por ejemplo entre los saharauis.

Pero también hubo una remesa de cortos en la sección oficial, para no perder la costumbre de votar (rima en asonante). Revivimos el miedo, el dolor, las pesadillas de tantos niños y niñas bajo las bombas, el horror de adolescentes testigos de asesinatos, de hombres torturados, de mujeres violadas…

Con el micro Rafael Rojas, con Luís Cintora. Olalla en el centro.
Aprendimos barbaridades del mundo y ejercitamos la memoria de España hasta agotarnos un poquito el alma. Carlos Olalla, director de FESCIMED, nos presentó Alacant, ciutat en guerra 1936-1939, de Sergi Pitarch como un documental de memoria, pedagogía y educación.  En él descubrimos a ese Alicante objetivo del fascismo español e italiano, permanentemente bombardeado aunque con especial saña el 25 de mayo de 1938, cuando selectivamente las bombas se lanzaron sobre el Mercado Central.

Pero también vivimos la huida de las gentes de la República esperando embarcar en naves que no llegaban. Sólo el Stanbrook con la humanidad del capitán Dickson, arriesgando su vida pudo ayudar a unos pocos. Estampas que nos recuerdan al actual Open Arms o tantos barcos, que saltándose leyes que se saltan las leyes del mar salvan personas de bombas, hambre y represión.

Tras la angustia de Melifluos, de V. Viletta, nos trasladamos a Perú con Totos, memoria de un pueblo olvidado de Luis Cintora, que en la presentación de su documental nos abrió los ojos a una realidad desconocida en Perú. La brutalidad y la represión policial y del ejercito y las dificultades para repararlas. Carlos Olalla, en este contexto se refirió a la necesidad de un “relato” para superar situaciones tan duras y como el teatro y el cine pueden sensibilizar a la población.

Rafael Rojas es un actor que en el cortometraje Malpartida, de Luis Reneo, da vida a un legionario bastante desagradable. Fue el encargado de presentar la obra en la que participa y que no está exenta de humor. Un corto muy redondo que nos traslada a dos guerras, a distintos personajes y épocas en la Sierra madrileña… al sinsentido de las armas.

Reillo con Amparo Climent.
Y sí, no voy a mentir, no asistí al estreno de Los versos del olvido porque tenía ya un poco cansada el alma, pero allí dejé al secretario general de UGT de Madrid, Luis Miguel López Reillo (que mañana tiene acto en el Cementerio Civil para homenajear al Abuelo, Pablo Iglesias) para que hoy me cuente qué le pareció.
Porque hoy, un día y 2.065 años después del asesinato de Cicerón se clausura está III edición (pareado) de FESTIMED, un éxito de público (con derecho a voto). Un éxito de obras. Una iniciativa a consolidar y expandir porque el cine consigue lo que no está escrito.




















sábado, 7 de diciembre de 2019

FESCIMED: Regresa el Cepa, ¿vuelve la censura?

Hay perogrulladas imprescindibles en la actualidad. Tal es, que la emergencia climática es una emergencia inaplazable. Por eso ayer me perdí la primera remesa de cortometrajes de FESTIMED. Como diría mi madre y creo que muchas madres de la época, aunque ahora parezca un lema de última hora: “cuando es que no, es que no”. Quizá ese “es que” hace la frase más castiza al modo “hoy ni cine, ni cina" que hay que pasar por la manifestación. La cuestión es que sí llegué y pude votar en la sección internacional, con cortos de Brasil, Bélgica, Argentina y Francia. Como apuntó Carlos Olalla, director del festival antes de dar paso a las proyecciones, “en otros países se ha llevado con más normalidad que en España el asunto de la memoria y la verdad”. Es el ecuador de FESCIMED y puedes consultar aquí el programa restante, que apunta maneras muy interesantes (pareado)…

De cualquier forma, ayer volvimos a vivir y revivir un trocito muy relevante de nuestra historia reciente gracias al cine documental y a la cinta Regresa el Cepa, dirigida por Víctor Matellano. El documental revela el acoso y la censura militares a que fueron sometidas la película El crimen de Cuenca y su directora, Pilar Miró. Esta película fue la única secuestrada, ya con una democracia que había arrancado teóricamente unos años antes, pero en la que “aunque Franco había muerto, pervivía el franquismo”, tal como mencionó en el coloquio posterior Manuel Rodríguez, secretario de Política Institucional de CCOO de Madrid

El Cepa era José María Grimaldo López, un pastor de la conquense localidad de Tresjuncos que tras vender unas ovejas desapareció y que dio origen a un paradigmático error judicial, que en realidad fue una conspiración. La tortura aplicada por la Guardia Civil a dos anarquistas para inculparles será el eje de la historia terriblemente real y que cobró inusitada actualidad en los días de nuestra Transición. Días también de torturas, un ejército y una Guardia Civil que no se encontraban cómodos en Democracia como vimos el 23 de febrero de 1981.
Amparo Climent, Matellano, Manuel Rodríguez y Guillermo Montesinos.

El personaje de El Cepa fue magistralmente interpretado por Guillermo Montesinos, (impresionante escena final) que se convierte en el hilo conductor del documental dirigido por Víctor Matellano. Montesinos, desprendiendo energía, también participó en el pequeño coloquio tras la proyección.

Trabajo ímprobo 

En ese breve coloquio, moderado por Amparo Climent, presidenta de Arte y Memoria; Matellano explicó que un pilar fundamental de la documentación fue el libro de Emeterio Díez Puertas y Eduard Suárez Alonso, Golpe a la Transición. Además citó esos datos que siempre desconocemos y que muestran el trabajo que hay detrás de una película: estudio de más de setecientos folios sólo del “Caso Miró”, cuarenta entrevistas de las que editaron 24 horas válidas, que se quedaron en cinco horas, que se quedaron en tres horas que se quedaron en el metraje actual, por lo que “faltan muchos detalles del que fue uno de los primeros casos de la Audiencia Nacional”.

Clarificó el director alguno de esos detalles, como “la intencionalidad” del Caso Grimaldos (El Cepa). Explicó que se sabía que este pastor estaba vivo aún cuando se insistió en que fue asesinado, en lo que fue un crimen sin cadáver… De hecho se hablaba “del fantasma del Cepa que visitaba a su hermana o que se renovaba la documentación”. Evidentemente el fantasma era él vivo y coleando y evidentemente se trató de una “conspiración entre la Iglesia, el poder militar, el poder judicial y los terratenientes conservadores”. Otra certeza que tiene Matellano es que se evitó que la película fuera premiada en el Festival de Berlín, donde fue proyectada a pesar de estar prohibida en España.

Manuel Rodríguez, de CCOO de Madrid, describió la complicada situación que vivía España en esos días y que la perspectiva del tiempo nos ayuda a comprender. No olvidó que poco antes del rodaje de El Crimen de Cuenca, fueron asesinados los abogados y sindicalistas de CCOO en el despacho de Atocha 55 y como la Justicia, aún franquista, permitió que escaparan fuera de España dos de los tres asesinos condenados.

Regresión

El que fuera ministro de Cultura, Ricardo de la Cierva, realizó una nefasta intervención como respuesta a una pregunta del PSOE sobre la censura de El crimen de Cuenca. De la Cierva aclaró sin vergüenza que no se estaba cumpliendo la Constitución por parte del Gobierno. Esta situación nos lleva a la actualidad, un tiempo en que, aunque nadie lo confiese, se está incumpliendo la Constitución. A juicio del representante de CCOO, ésta “merece una actualización”. Carlos Ollero, se refirió, por ejemplo a la necesidad de derogar la denominada “Ley Mordaza”.


Montesinos, El Cepa, nos recordó el cariño que vivió durante el rodaje y destacó la importancia de que una placa en el lugar de los hechos reivindica la inocencia de los falsos asesinos. Para el actor, El crimen de Cuenca reivindica a los conquenses y fundamentalmente la verdad. Una historia que es metáfora de la historia de España. Eso sí, finaliza con el reencuentro, el abrazo, el perdón.






viernes, 6 de diciembre de 2019

FESCIMED: emoción y verdad


Nada mejor en estos días de “exaltación constitucionalista”, como dice Jaime Cedrún en este artículo para la ocasión, que intentar conocer la verdad de nuestra España. La verdad reciente y silenciada. Y sin duda, una de las mejoras herramientas para conocer la verdad es la cultura a través del cine. Porque hubo un tiempo cercano que el cine no era simplemente ocio y entretenimiento, sino fundamentalmente cultura. O mejor, Cultura con mayúscula. Esa es la razón de ser, por tercer año consecutivo, de FESCiMED, el Festival Internacional de Cine por la Memoria Democrática, del que podemos disfrutar hasta el próximo 8 de diciembre. El programa, pinchando aquí.

El festival arrancó con fuerza y emoción reconociendo al periodista de la Cadena Ser, Javier del Pino, su labor informativa contra la desmemoria en la sección “Vidas Enterradas” de su programa, “A vivir que son dos días” de la Cadena SER. El premio lleva el nombre de la que fuera gran abogada Lola González, víctima, que no heroína de una Transición que se hizo con luchas y sangre…

Personalmente considero a del Pino quizá el mejor periodista de radio en España. Más allá de su largo recorrido profesional nunca esconde su madrileña procedencia: Usera, tal como hace mi reconocida hermana filósofa. El galardón es una obra llena de alma realizada por la artista multidisciplinar y presidenta de “Arte y Memoria”, Amparo Climent. Fue ella quien realizó la entrega del galardón a del Pino, fundamentalmente porque Cristina Almeida tuvo la genial idea de atravesar Madrid en coche un día previo a puente. Claro…, llegó tarde.

Entrega del galardón a Javier del Pino por Amparo Climent.
La profunda y penetrante voz del director de FESTIMED, el actor Carlos Olalla, dio inicio a un festival que en su primera jornada desbordó emociones y emotividad; pero también verdades argumentadas. 

De un tiempo a esta parte raro es el fin de semana que no voto algo y el festival nos ofrece la oportunidad de continuar ejerciendo la democracia, que a mí no me supone ningún trauma votar; el trauma sería no poder votar. Así pues, tras la entrega del galardón “Lola González” dio comienzo la sección oficial de cortometrajes, con Luchar por Europa (Vicky Calavia), La Nueve (Daniel H. Torrado), Brothers in Syria (Víctor Suárez Ballesteros) y Píldoras por amor (Vicky Calavia). Independientemente del sentido de mi voto, como muestra, aquí os dejo el trailer de La Nueve.

Exilio

Una vez ejercido el derecho al voto del público se proyectó la primera parte de un documental imprescindible, Exilio, cuyo “alma mater” es Pedro Carvajal, que allí anduvo en su silla de ruedas. Carvajal participó como pudo, pues le asaltaba la emoción, en un intenso dialogo posterior en el que también aportaron interesante y necesaria información para la formación Jaime Ruiz, presidente de AMESDE; Fernando Martínez López, historiador y exdirector general de Memoria y Ernesto Casanova, presidente del Ateneo Español de Méjico.

Sin ánimo de convertir esto en una interminable crónica, sí resaltaría las palabras de Jaime Ruiz referidas al “enorme hueco, vacío, despilfarro de talento que tuvo para el país” el exilio republicano. Recordó como ejemplo que sólo a Méjico llegaron quinientos médicos españoles, lo que supuso, en boca de Ernesto Casanova, el 10 por ciento de todos los médicos que tenía el país hermano.

El documental de Pedro Carvajal muestra el exilio que España padeció por todo el mundo y por todo el mundo donde hubo exilio está rodado, salvo Argentina, pues coincidió con la época del “corralito”, y fue complicado trabajar in situ allí. El director recordó  de los protagonistas entrevistados “esa dignidad, esa entrega en todos” y, al igual que Casanova, no ahorró en elogios al presidente mejicano Lázaro Cárdenas, que si por él hubiera sido, se habría llevado a Méjico a todo el exilio.

El festival de cine es el complemento perfecto para despedir este 2019, en el que se han conmemorado el exilio republicano y en ello se sigue con excelentes exposiciones. Un asunto que abordó Fernando Martínez, que dejó clara su faceta agitadora para que se conozca a ese “gran desconocido” que es el exilio. 

Desde la izquierda, Carvajal, Martinez, Ruiz y Casanova en el coloquio.
Pero Martínez fue más allá porque el objetivo también es “realizar reparaciones a los exiliados y sus descencientes”, así como enaltecer “los valores y virtudes del exilio republicano, que es la esencia de nuestra democracia. Esas virtudes republicanas son el cordón umbilical que une a los actuales demócratas con el exilio”. Además, el historiador quiso destacar que entre los 500.000 exiliados había muchísimas mujeres mayores, jóvenes y niñas; y que no sólo fue un exilio de grandes personalidades, sino de personas de “a pie” que tuvieron que salir de España por defender la democracia y la República. Gentes que supieron mantener la dignidad.

Tres fechas importantes

Reveló Fernández también que a partir de 2020 habrá tres fechas importantes para conmemorar: una conmemorará a las víctimas del franquismo, otra a las víctimas del exilio y la tercera, ya existente el 5 de mayo, conmemora a las víctimas de las deportaciones.

Quizá la intervención más entrañable y repleta de anécdotas fue la de Ernesto Casanova, nieto de “cuatro abuelitos refugiados, sin ser famosos” que viajaron en el Sinaia. Rememoró precisamente lo que le contaron sobre la “calidez” de Méjico desde el desembarco, aquel primer día en Veracruz. 


Hoy el asunto continúa con cortos españoles y con la sección oficial internacional y, claro, la proyección de Regresa el Cepa, con un posterior coloquio y la presencia de Unai Sordo, Guillermo Montesinos, José Manuel Cervino, y Gonzalo Miró.



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miércoles, 4 de diciembre de 2019

AMESDE, levantar puentes con Cataluña a través de la cultura

De derecha a izquierda, Gorka, Jaime, José Manuel, Carmen e Ignasi
Hace un par de días acudí a un interesante evento enmarcado en los actos que AMESDE (Asociación de la Memoria Social y Democrática) realiza en la sede del Blanquerna. Allí tuvo lugar la presentación del Repertorio bibliográfico sobre narrativa en catalán de la guerra de España (1936-1939), el exilio y el franquismo, realizado por el Grupo de Investigación Bibliográfica de AMESDE. Tras un saludo de Gorka Knörr Borràs, delegado del Gobierno de la Generalitat  de Catalunya en Madrid; presentó el acto Jaime Ruiz Reig, presidente de AMESDE; e intervinieron Carme Riera, novelista, profesora y académica; Ignasi Riera, editor y escritor y José Manuel Pérez Carrera, coordinador del Repertorio…
Los intervinientes coincidieron en la magnífica herramienta de trabajo que constituye este pequeño libro, a lo que Gorka Knorr en su saludo añadió que se trata del  “testimonio de lo prolífica que ha sido la narrativa en Cataluña en la primera mitad del siglo XX”. Además, Knorr mostró su satisfacción por que esta obra se haya realizado desde Madrid.
Por su parte, Jaime Ruiz, destacó los tres lustros recorridos por AMESDE y su labor de puente con Cataluña en un intercambio cultural permanente. En este sentido, destacó que la cultura “debería ser la solución y no el problema”. En relación directa al libro presentado, se refirió Ruiz a la función de empatía que produce la lectura de narrativa porque “¿cuántas vidas se viven cuándo se lee una novela…? Por eso, cuando hablamos del concepto memoria, también hablamos de todos estos asuntos”. Y por ello, Ruiz insistió en que hay que “impregnar a la sociedad de formación y conocimiento”.
A continuación, José Manuel Pérez hizo un rápido recorrido entre las relaciones culturales entre Madrid y Barcelona o España y Cataluña, considerando la “cultura catalana como parte nuestra”. Llamó la atención sobre la represión franquista que paradójicamente unió más a ambas culturas con base en la solidaridad. Destacó el año 1992 como instante álgido y punto de inflexión en esas relaciones, para a partir de ahí, “lo político lleva a lo cultural a un progresivo deterioro”.
Asimetría
Ese deterioro, explicó Pérez, supuso el nacimiento del “sentir que la cultura catalana no era aceptada por el resto de España” y en el interior de Cataluña “por los castellanohablantes”. Este escenario es el que generó la “asimetría”, basada en un diálogo de sordos entre autores que escriben catalán y castellano, al que hay que añadir la actitud de catalanes que se instalan en Madrid, como Boadella, extremadamente críticos con la cultura catalana. Esto también produjo una reacción de “ombliguismo y autosuficiencia” entre los autores catalanes con el resultado de la desaparición del enriquecimiento mutuo entre ambas culturas. Como conclusión, el coordinador de la obra presentada se mostró pesimista ante el futuro de las relaciones culturales.
Momento de la primera intervención de Gorka Knorr.
El escritor y editor Ignasi Riera hizo un relato trufado de anécdotas de la clandestinidad e ironía en esa doble faceta profesional, aderezada con sus experiencias políticas. Así, comenzó recordando el primer bando militar tras la entrada de las tropas franquistas en Barcelona el 26 de enero de 1939 que decía: “Estad seguros, catalanes, de que vuestro lenguaje en el uso privado y familiar no será perseguido”, toda una declaración para prohibir la cultura catalana. En opinión de Ignasi Riera no existe una literatura catalana, pero sí de los países catalanes, al igual que ocurre en Galicia o Euskadi. Por ello recordó la relevancia de la Asociación Galeusca, una iniciativa que demostró que lo que en la política no cuajó, sí es posible con la cultura. 
Quiso Riera destacar todo lo que rodea a la creación, distribución y venta de un libro, una estructura que en Cataluña tuvo en los correctores de estilo y tipográficos un elemento fundamental por la dificultad de encontrar, tras la guerra civil, buenos conocedores de la lengua.
Renaixença, franquismo y pesimismo
Por último, Carme Riera también quiso poner el acento en que desde Madrid se esté trabajando en asuntos del calibre como el repertorio. Se preguntó la académica y escritora por qué Cataluña se siente enfrentada a España, o como allí se dice al “Estado español”, ya que desde fines del XIX la Unión Catalana no consideraba a España una nación, sino un estado formado por naciones, una de cuyas naciones es España. 

Para Riera los problemas comenzaron en esa época, con la aparición del movimiento Renaixença, y “llegó a su cenit con la pérdida de Cuba por España, ya que muchos comerciantes catalanes perdieron su trabajo”. Rememoró la relevancia del catalanismo por el mundo rural frente a la gran ciudad e insistió en como el franquismo nos unió y la democracia nos separa. La académica quiso destacar figuras maltratadas en Cataluña como la de Menéndez y Pelayo y criticó algunos mitos como la Oda a la patria, poema en catalán de Bonaventura Carles Aribau, que en realidad es una “oda al patrón” escrita para felicitar el aniversario del banquero Gaspar Remisa. Concluyó Carmen Riera con un mensaje muy pesimista: “creo que la literatura se ha acabado”.


Un importante recordatorio
Cambiando relativamente de tercio, quiero recordar que entre el 5 y el 8 de diciembre tendrá lugar el III Festival Internacional de Cine por la Memoria, en Madrid, en la cineteca de Matadero, también con la participación de AMESDE. Aquí está toda la información


lunes, 15 de julio de 2019

Acoso moral, Antonio Baylos, suicidios, pastillas y una ministra

Me ha vuelto a ocurrir… El Gran Baylos ha vuelto a ser mi musa tras leer una entrada en su blog con un titular extremadamente sugerente: “Vuelve el calor y hasta las noticias queman. (Suicidios y excedentes de empresa)”. En realidad, lo que me resulta sugerente es lo que va entre paréntesis, a modo de aclaración, y la posterior primera línea de su entradilla, en rojo sangre, rojo, rojo: “Que la amable audiencia del blog no tome demasiado en serio estas reflexiones…” Una provocación en toda regla o un poner el carro delante de los bueyes, según el ánimo de quien lea (obsérvese que el uso del pronombre “quien” es my inclusivo, nos evita andar con sustantivos con género “lectores y lectoras”). 
A día de hoy sólo el suicidio o un buen coctel es la solución ante el acoso.

En cualquier caso, copio y pego a Baylos, que además ilustra su texto con una fotografía bastante llamativa…: “Que la amable audiencia del blog no tome demasiado en serio estas reflexiones”.

De los seis párrafos de los que consta su escrito, cinco están dedicados a un tema terrible pero que esperemos algún día se encuentre en la agenda de los debates sociolaborales: el acoso moral que tan bien explica la FSC de CCOO en una de sus magníficas guías. Tan bien lo explica que si un empresario quisiera ser acosador debería leerla detenidamente para aplicar su maquiavélico plan.

La percha de Baylos es el juicio “visto para sentencia” en Francia sobre la ola de suicidios y depresiones entre la plantilla de France Telecom. Como explica nuestro querido oráculo sindical, los directivos han sido juzgados por el “suicidio de 19 empleados, 12 intentos de suicidio y 8 cuadros de depresión severa…”  

Y aclara, “se trata de la privatización de una importante empresa pública francesa cuyos empleados tenían un cierto blindaje legal que impedía a los nuevos ejecutivos de la empresa despedirles sin excesivo coste. De esta manera, la estrategia de los cargos directivos fue la de presionar a estos trabajadores para que abandonaran la empresa voluntariamente como una baja incentivada. Una estrategia que impulsaba los excedentes de mano de obra con todos los medios a su alcance, inclusive a través del acoso moral sobre éstos, fundamentalmente capas medias y altas de técnicos de la empresa…” Añado que podéis  ver un documental sobre el asunto en youtube.

Estamos en 2019 y la historia comenzó en 2007, lo que evidencia la lentitud de la Justicia. El doctor Baylos hace un magnífico y breve repaso con doctrina sobre el acoso moral en Francia, en España ( el artículo 173  de nuestro Código Penal establece que cometen el delito quienes ”en el ámbito de cualquier relación laboral o funcionarial y prevaliéndose de su relación de superioridad, realicen contra otro de forma reiterada actos hostiles o humillantes que, sin llegar a constituir trato degradante, supongan grave acoso contra la víctima”) e incluso el reciente Convenio 190 de la OIT.

Después de más de treinta años poniendo oídos y palabras a la clase trabajadora, aunque no me encuentro capacitado para exponer doctrina sí que la experiencia personal sirve para opinar con la libertad de expresión que me otorga La vida desde el lago. Precisamente, esa misma libertad de expresión es vilipendiada por quienes “…en cualquier relación laboral o funcionarial y prevaliéndose de su relación de superioridad, realicen contra otro de forma reiterada actos hostiles o humillantes…” 

Entre esos actos y amparándose en la libertad de expresión estos directivos sin escrúpulos  pueden denigrar públicamente el trabajo de una persona porque sí, “porque yo soy la organización”. A pie de tajo en una pequeña empresa o en empresas especialmente sofisticadas es imposible enfrentarse al acoso moral (véase el ERE del PP).

El pasado mes de marzo, El País explicaba por qué naufragan las condenas por acoso laboral, con un dato alarmante: el 15 por ciento de los trabajadores sufren “mobbing”, aunque apenas hay condenas por este delito.

“OFF THE RECORD”, MÉDICOS, PSIQUIATRAS Y ABOGADOS

Son muchos los off the record que tenemos los periodistas, al menos los que superamos los cuarenta; vale, los cincuenta aunque no los aparentemos. He seguido algunos casos como si fueran propios. Cuando los primeros síntomas de la ansiedad y la depresión asoman, lo habitual es ir al médico de cabecera, que a poco profesional que sea va a diagnosticar el acoso, empieza a recetar pastillas, te da de baja laboral y solicita hora con Salud Mental.

El médico recomienda no meterse en líos eternos y curarse, algo que es posible si se tiene un mínimo de fuerza de voluntad, inteligencia y estomago en condiciones para aguantar el tirón de las pastillas, que te dejarán grogui, te afectará sexualmente, te engordarán. etcétera. Los abogados también recomiendan no meterse en líos que no van a acabar nunca…, por no hablar de dinero.

El problema de acudir a Salud Mental, al menos en este Madrid de recortes en lo público, es que el tiempo pasa muy lento y “salvo que vayas con la baba colgando” no hay hueco, tal como expliqué en una carta a la directora de El País. En Salud Mental, por fín, te harán un coctel tranquilizante y antidepresivo más a medida que el de atención primaria a sabiendas de que quienes están locos son los que acosan, “pero mejor dejarlo así”. Al fin y al cabo, salen ganando las empresas farmacéuticas y sus trabajadores del sector químico, que somos toda una potencia mundial en consumo de antidepresivos.

En resumen, que a día de hoy, ante una situación dura, lo mejor es aguantar el tirón para no lanzarse por una ventana, cortarse las venas y tal y medicarse bajo supervisión médica con un montón de cosas que terminan “pam” y en “im”, con suerte al año se van rebajando las dosis y tal.

Con todo cariño y respeto hacia la OIT y nuestro Código Penal, quizá seríamos nosotros, los trabajadores organizados en sindicatos quienes deberíamos ir más allá de las magníficas guías. Quizá hacen falta economistas, abogados, asesores, por supuesto periodistas, pero también psicólogos o psiquiatras que atiendan y ayuden a presionar a las empresas. O quizá acabo de decir una locura.

¡Ah! El último párrafo del la entrada del Gran Baylos, quizá sea el principal, quizá sea la tesis sobre la se asientan los cinco párrafos anteriores. En él critica, yo creo que un poquito forzado, a la ministra de Economía por unas declaraciones de ésta sobre la Reforma Laboral. Una ministra “del gobierno Socialista español (sic)”, acentúa nuestro oráculo, que dice que dijo que revertir la reforma laboral “no solventa nuestros problemas”.


No seré yo quien defienda la reforma laboral, ni a la ministra de Economía en funciones, pero en realidad, Calviño declaró que "revertir la reforma laboral no va a mejorar las condiciones de los chicos que trabajan en Deliveroo o Glovo”. (Sobre economistas y partidos recomiendo este articulo del economista Moisés Martín, Mac.) De momento, sí creo que revertir la reforma laboral no va a impedir que la solución para miles de trabajadores ante el acoso sea el suicidio o un buen coctel de pastillas aderezado con buenos servicios jurídicos y apoyo psicológico.



martes, 2 de julio de 2019

CCOO, Baylos, los medios de comunicación (2) y la hoja de ruta Luismari

“Como decíamos ayer”, que diría Fray Luis de León, “sigamos con la terapia”, que diría Woody Allen. Según me venían palabras y palabras sobre el tema de las Comisiones Obreras y los medios de comunicación, gracias al muy recomendable blog de Antonio Baylos, más creo que habría que considerar poner en blanco sobre negro de dónde venimos para saber a dónde vamos, y así de paso, como quien no quiere la cosa, vamos creando una estrategia. Ni siquiera hablo de repensar, que puede resultar agotador.
La presentación del libro de Unai Sordo está dando de sí
Serían imprescindibles, pues, los conocimientos y experiencias de gentes como Luis María González, Luismari, periodista y trabajador “como Dios manda” en la Confederación Sindical de CCOO hasta que se ha jubilado. Precisamente por periodista, (un oficio menor con predisposición a comerse marrones ajenos), Luismari no tiene la consideración de “oráculo” como el propio Baylos o Lillo, pero es un tipo respetado, al menos por mí, y quien mejor se conoce la evolución comunicativa de las Comisiones Obreras. Evolución que en mi opinión ha ido involucionando, despacio pero sin pausa, desde antes de la llegada de la reforma laboral, por volver a contrariar un poquito el discurso de Unai Sordo en la presentación de su libro con interrogantes retóricos. Con cariño. Eso sí, y quien creo que tiene material intelectual y humano para ser un líder sólido. Quizá en ese mirarnos un poco habría que ver si se puede pensar diferente a un secretario general o a un oráculo sindical y exponerlo, intentando argumentar, con todo respeto y sin que salten las alarmas.
Es muy cierto y evidente el ataque y la campaña antisindical emprendida desde los poderes a la que se refería Sordo, aunque más duro era vivir contra el franquismo y siempre había voluntad para sacar pasquines, para hacer agitación y propaganda. Y sin cobrar. Incluso había complicidad con muchos periodistas. ¡Ojo!, no “periodistas amiguetes” que es otro concepto bastante rechazable. La credibilidad de los sindicatos de clase y la de los propios medios de comunicación fueron descendiendo a los infiernos tras gran la relevancia de ambos en la Transición y la llegada a su cenit con la huelga general del 14 de diciembre de 1988.
Antonio Guitérrez, en ese tiempo joven carismático, puño de hierro en guante de seda, buen comunicador, que había sido precisamente secretario de Información, se acababa de alzar a la Secretaría General tras el Congreso más relevante después de la legalización de CCOO. Gutiérrez, que daba el aspecto del yerno perfecto, tuvo que dar costurazos entre sindicalistas prosovieticos, eurocomunistas, comunistas “normales”, quienes fueron de USO, determinados territorios a los que siempre hay que contentar, determinadas federaciones a las que siempre hay que contentar, etcétera. Un jaleo con una afiliación muy grande, que crecía y que, fundamentalmente, no pertenecía a ningún partido político.
Desde tiempo atrás, Luismari ya era el referente  del gabinete de comunicación, con Concha Zorraquin, así como Manolo y Goyi Cebrián con su Gaceta Sindical, magnífico instrumento de papel. Como secretario de Comunicación llegó Ángel Campos a sustituir al propio Gutiérrez. Campos es uno de los tipos más listos que conozco, capaz de armar una revolución en la época del teléfono fijo. Sin problemas  para delegar, consciente de sus conocimientos, su experiencia, pero también de sus carencias, lo que le hace especialmente inteligente. Campos dejó ya el sindicalismo y, supongo que por debilidades humanas, empezó a ser víctima de ataques en un contexto personal, además, muy complejo. Yo sigo siendo amigo suyo sin necesidad de hablar de sindicalismo.

La hoja de ruta de Luismari

Habría que ver qué empezó a ocurrir a partir de mediados de finales de los 90 con la comunicación en CCOO. Quizá, además de llorar porque no salimos todo lo que nos gustaría en los medios de comunicación, habría que recordar lo que siempre nos venía contando Luismari: la comunicación de CCOO debe ser primero con delegados y delegadas, segundo con la afiliación y tercero con el resto de la sociedad.
Si nos paramos a pensar, quizá esta hoja de ruta se ha ido abandonando poco a poco por las nuevas realidades tecnológicas y también sociolaborales. Tecnológicamente creo que no se vio a tiempo la que se avecinaba, aunque algunos intentamos explicarlo, pero no fuimos capaces de abordar una transición para de repente querer pasar del motor diésel al patinete eléctrico sin que ni siquiera conviviera el primero con la gasolina ecológica, los coche híbridos, las bicis a pedales de toda la vida, las eléctricas, etcétera. 
Como soy muy de Lo que el viento se llevó volveré a la manida cita: “A Dios pongo por testigo, y a algunos compañeros, que lo intenté”, pero no por que fuera yo más listo que nadie, ni profeta. Es que esto de ser periodista desde que se usaba la máquina de escribir de cinta, pasar a la eléctrica, a la electrónica, al Mac, al Windows…, del tipómetro y los dibujos a mano al QuarckPress y al Indesigne. Esta permanente autoformación y amigos, alumnos que pasaron a maestros y que sí eran, son, más profetas, como José Mari Díaz o Raúl Maraña, junto a lecturas obligadas, unidas a experiencias previas hacían ver lo que en nuestro sindicato no se veía. 
Es bueno estar rodeado de personas que saben más que uno, si no no se avanza. Cuando yo llegué, o mejor, volví a trabajar a CCOO, en concreto de Madrid, me pareció retroceder un lustro con respecto al PSOE de Madrid, donde andaba con un buen contrato indefinido, pero cansado y sin nadie de quien aprender tras la marcha de Miguel Ángel Sacaluga. Incluso me pareció retroceder  con respecto a la época en que trabajé en el tristemente malogrado Diario 16 de Juan Tomás de Salas y su breve secuela, El gato encerrado.

Profesionalización

Pero no perdamos el rumbo. También Luismari ha venido defendiendo la profesionalización de los gabinetes de comunicación de CCOO, pero se ha hecho el trabajo inverso. Cada vez hay menos periodistas en los gabinetes del sindicato, al igual que fuera de los gabinetes. Creo que parte de la mediocridad general también llegó a nuestras siglas, acrecentada por la Gran Recesión y los miedos, unidos a absurdas ambiciones personales. También creo que Unai Sordo tiene capacidad para darle un arreón al sindicato, incluida su comunicación. Sí, comunicación, que hay lugares de las Comisiones Obreras en las que coexisten secretarías de Información y Comunicación. Y la diferencia se explicaba ya en la EGB.
Se ha perdido la cultura, dentro y fuera del sindicato de lo que es un medio de comunicación. Hoy mismo Pablo Echenique se quejaba de “un editorial anónimo en El País”. Caray, que este hombre es muy listo y estudiado como para no saber que los editoriales no se firman. 
En todo este escenario de jaleos, hay que destacar que las secciones de “Laboral” desaparecían para renombrarse, simplemente “Economía”, o algo más aterrador, “Economía y finanzas”. Ahora, El País ha vuelto a cierta normalidad con un cintillo llamado “Economía y trabajo”.
Pero miremos otra vez por el retrovisor para mirar hacia adelante. Durante el franquismo, los accidentes laborales iban en la sección de “Sucesos”. El trabajo insistente (muy insistente) de personas como Ángel Cárcoba, en Salud Laboral o Gerardo de Gracia en la Federación de Construcción, Madera y Afines hicieron que la siniestralidad laboral empezara a tenerse en cuenta en “Laboral”, en vez de en “Sucesos”. Hoy día, cuando tienen repercusión es en local, en sociedad… Esa batalla comunicativa habría que reemprenderla con los medios. Porque esa lacra es un problema laboral.

Periodistas que no se afilian y una pregunta no retórica

Nos dice Baylos: 
“Se trata de un modo de concebir el trabajo intelectual como una actividad no contaminada por la subordinación a una empresa, dominada en cuanto que las condiciones de empleo son dirigidas y determinadas por la empresa. Expresa la aspiración legítima a un trabajo independiente, libre y autónomamente orientado por el sujeto a través del desarrollo de su trabajo informativo y de opinión, pero nadie puede escapar a los condicionamientos económicos y de sujeción que impone trabajar para otro bajo su dirección. Y en ese hecho de disciplina y control externo reside la necesidad de la organización colectiva del trabajo a través del sindicato”.
Los periodistas no deben opinar, deben informar e interpretar. Fundamentalmente esto último, algo que la crisis del periodismo también se ha ido cargando. Otra cosa es dejar claro que determinado periodista está escribiendo una columna de opinión, que derecho tiene. Claro. Si le dejan.
En este país, el asunto de periodistas afiliados a un sindicato es complejo, y más aún a un partido político, que aunque parezca mentira en EEUU la cosa no es igual que aquí. Hay menos hipocresía
En la Facultad te explicaban que cuando trabajas en un medio debes seguir la línea editorial que éste marca. En EEUU el asunto no es así. Puedes encontrarte editoriales tratando un tema de forma radicalmente contraria a una información, una crónica, un reportaje. Los periodistas de la redacción no tienen ninguna relación con los de opinión. Y eso está bien. 
Aquí quien redacta está sometido a la linea editorial y a la posterior edición. El editor, (el redactor jefe o el director) puede cambiar un título, que es lo fundamental, junto a la entradilla. De hecho, a veces vemos titulares que contradicen el cuerpo de la información, lo que implica un soberano cabreo del redactor o redactora, que puede empezar a decir que él no firma eso y que llevados al extremo puede llevar a la “cláusula de conciencia”, que es algo que nadie hace y que seguro que el propio Baylos o Lillo nos pueden explicar mejor. En resumen, que el periodista puede pedir la cuenta como si se tratara de un despido improcedente si se considera que ha cambiado la linea editorial del medio.
Sinceramente estar afiliado a un sindicato de clase siendo “plumilla” tiene un buen pase ante problemas eminentemente laborales. En mi experiencia ha sido muy positivo cuando se cerró Mundo Obrero semanal, donde yo era el jefe de Economía-Laboral y delegado de personal, con lo que la empresa, el PCE, terminó de mí, de las horas sindicales y de Felisa, la asesora, de CCOO hasta el gorro. También, con la venta de la cabecera de Diario 16, los abogados de CCOO, con Nacho  Montejo a la cabeza, nos salvaron la vida, que yo duré minutos en ser despedido, como seguramente recuerden buenos amigos, cómplices entonces del comité de empresa de Ericsson que estaban en permanente estado de bronca con su empresa, pero con Diario16 siempre a la escucha.
Cuando he tenido problemas judiciales contra el honor, de injurias, calumnias, fundamentalmente con políticos de la derecha, realmente la actual FSC ni el sector Medios de Comunicación resuelven problemas. Y ahora hago yo una pregunta, no retórica: ¿Si estás afiliado a CCOO y escribes una crónica en la que sale mal parado el sindicato y el sindicato decide querellarse penalmente contra ti…, a quién recurres?

En resumen

En este texto que me ha quedado algo extenso y ya lo siento, creo que se apuntan algunos asuntos que pueden ayudar a salir del atolladero: hacer un diagnóstico de la evolución en la comunicación de CCOO; considerar si la ruta Luismari sigue teniendo vigencia, con qué instrumentos materiales contamos que sean realmente útiles y no modas pasajeras; con qué medios humanos contamos, esto es, periodistas con criterio profesional y no simples acataordenes (los abogados, pueden perder sentencias pero tienen sus criterios y líneas de defensa; los economistas usan sus fuentes, datos, cifras y pueden errar en una evolución económica…) ; hasta qué punto estamos abordando una transición también tecnológica en la que delegados y especialmente afiliación no está pendiente de twitter, ni de Instagram, ni de facebook y sigue reclamando pasquines o volantines en papel (mejor que flyers) con textos legibles; complicidad con medios de comunicación especialmente preocupados por lo sociolaboral y que muestran sensibilidad a asuntos sociolaborales…
El sector de Medios de Comunicación debería darle una vuelta a qué hacer (por Dios que no se me tache ahora de leninista) con los problemas de quienes son periodistas, más allá de condiciones salariales.
Hubo un tiempo en que CCOO era capaz de marcar la agenda. Eso es complicado, pero al menos podemos intentar encontrar espacios en los medios de comunicación más allá de la noticia, algo que en CCOO de Madrid ya se está intentado llevar a cabo desde hace tiempo, desde la Secretaría General, pero no sólo
Yo, como primera medida, prohibiría selfies de los responsables sindicales, que es lo menos serio que existe. Siempre podemos alardear de simpatía con palabras y discursos.

Nos hacen falta referentes, no influencers.



lunes, 1 de julio de 2019

CCOO, Baylos y los medios de comunicación (I)

Soy un gran seguidor de las opiniones del catedrático del Trabajo, Antonio Baylos, a cuyo blog (antes llamados cuadernos de bitácora) llego a través de Facebook. Lo cierto es que nunca sé si me pone cara o no. Coincidir, hemos coincidido en multitud de ocasiones, bien por vía profesional o por coincidencia familiar en algún debate con gente del CSIC. Cuando dirigí Madrid Sindical le encargué a una buena amiga, Chus Salido, que le entrevistara, gratis, claro. Chus Salido es periodista (lógicamente, porque soy de que las entrevistas las realicen periodistas) y licenciada en Ciencias Políticas, además de gallega ya de Madrid y muchas cosas más. Yo, para al menos uno, cual estalinista hacía del Madrid Sindical el Pravda, cosas de viejos trotskistas sectarios sin mayor relevancia.


Titular del artículo de Antonio Baylos en su blog, ilustrado con una foto que es de Fran Lorente.

La prudencia, y considerarle un icono del pensamiento sociolaboral, me han frenado en muchas ocasiones a la hora de comentar sus opiniones. Porque en las Comisiones Obreras hay grandes oráculos en el mundo de la Universidad, como el propio Baylos; el derecho, con Enrique Lillo a la cabeza, o la economía; pero no así en el mundo de la comunicación y el periodismo. 

En esto del periodismo nos sale el español, o la española que llevamos dentro y ocurre como en el fútbol, que todo el mundo es un experto en la materia. Unos, por inspiración divina; otros porque conocen a un periodista que…; otros porque han hecho un curso o llámalo máster y a pesar de ello siguen  confundiendo el infinitivo con el imperativo, etcétera. No se me entienda, por los dioses, como un corporativista y anti intrusismo radical. Que haber, hay hasta grandes médicos sin haber pasado por la Facultad de Medicina.  

Quienes más daño hacen en la comunicación de las instituciones sociales, políticas, empresariales…, son quienes una vez nombrados responsables  o dircom (directores de comunicación), o llámalo “x”, o capataz, consideran que ya tienen todos los galones para plantear estrategias basadas, por ejemplo, en máximas como: “a partir de ahora vamos a mentir” ( a Dios y unos cuantos compañeros pongo por testigo de que esto es cierto y que una vez vivimos en un gabinete de Comunicación). En esta línea, recomiendo la serie Chernobyl donde queda claro que un zapatero manda más que un físico nuclear porque es el vicesecretario del Partido. Una amistad me envió esta escena que he subido a Youtube. Dentro de lo malo…, existe una estrategia, sin ética, sin moral, pero estrategia al fin.

Veo que Baylos anduvo, como yo, en la presentación del libro de Unai Sordo ¿Un futuro sin sindicatos?, prologado por el economista y amigo Bruno Estrada, además de adjunto al propio Sordo. Según el autor, el título fue idea de la editorial para que tuviera más garra, para que fuera más atractivo. No sé si el título hará que crezca el número de lectores pero es antiperiodístico como el solo. Más o menos, en la Facultad de Ciencias de la Información de la UCM, al llegar te decían “hola, no pongas nunca un interrogante en un titular”. 

Pero…, la moda, internet y su parte más mediocre han llevado a los interrogantes y a que los propios lectores se harten de ese anzuelo, tal como relataba recientemente Carlos Yárnoz, defensor del lector de El País. Lo podéis leer aquí. (En este enlace, digo, que aunque no esté de moda advertir, así está más claro).

Esta pequeña crítica provocadora, porque cada uno hace con los títulos de sus libros lo que le da la gana, me sirve para engarzar con la entrada, artículo o post del blog de Baylos titulado “Noticias y sindicato. El sindicato en las noticias (a propósito de un coloquio)”. La espoleta para este interesante y recomendable texto fue la pregunta que lanzó en el acto (mejor que “evento”) la veterana periodista Inma Sánchez. En mi opinión realizó la mejor pregunta de entre los periodistas de los grandes medios digitales allí presentes (Joaquín Estefanía, que aún huele a papel, excusó su ausencia).

La periodista vino a preguntar a Unai Sordo por el poco espacio que acaparan los sindicatos en los medios de comunicación y Sordo vino a decir lo que nos relata Antonio Baylos en su blog.

Aun estando de acuerdo en lo que puede ser el fondo de la exposición de Baylos tengo la impresión de que utiliza algunos conceptos a la ligera, también desde el titular, y que no hace referencia a una parte muy relevante, cual es el propio funcionamiento de la comunicación en las Comisiones Obreras, en mi modesta opinión, carente de cualquier estrategia comunicativa en todas las patas comunicativas posibles.

Baylos en el M.S. entrevistado por Chus Salido, en 2012.
Cuando hablo de utilizar “conceptos a la ligera”, me refiero, por ejemplo, al uso del término “noticia”. Creo que es mucho más correcto el planteamiento que hizo Inma Sánchez, pues “noticia”, tal como nos hacían aprender en Primero de Redacción Periodística con el inacabable Manual de Redacción Periodística de José Luis Martínez Albertos, es simplemente un género periodístico, como pueden serlo la crónica, el reportaje, la entrevista…, con todos sus subgéneros.

La noticia es la madre del cordero, eso sí, es la narración de un hecho para lo que técnicamente nos enseñaban aquello de las “cinco W” (Qué (What) ha sucedido; Quiénes (Who) son sus protagonistas; Dónde (Where) ha sucedido; Cuándo (When) ha sucedido; y por qué ha sucedido (Why)).  Respondiendo a esto ya tienes una noticia que para que quepa en un medio de comunicación también tiene que tener una características: veracidad, claridad, brevedad, actualidad, interés humano… O sea, lo de toda la vida de Dios, noticia es que un niño muerda a un perro y no lo contrario.

Además de los géneros existen los estilos, básicamente: informativo, interpretativo y opinativo. Entiendo que lo que Baylos y quienes son responsables sindicales quieren es que salgan las siglas y las cosas que se hacen en CCOO, porque si no parece que no existimos. Es decir, debemos ir mucho más allá que a la simple noticia. La simple noticia es una huelga violenta, reconozcámoslo. Y si es con sangre, mejor. Eso se “vende” solo. 

También es interesante distinguir entre “periodismo de fuente” o gabinetes de comunicación, porque los gabinetes de comunicación están (o deberían estar conformados por periodistas) y “periodismo de medio”, antes: prensa, radio y televisión y hoy también las nuevas TIC (tecnologías de información y comunicación). Es decir, y simplificando, redes sociales. Las famosas mentiras permanentes que circulan por internet está haciendo que por fin las empresas serias contraten periodistas para redactar tanto los contenidos, como los textos y las historias (story) en las redes sociales. 

Ya empieza a no colar ese periodismo ciudadano, inmediato, pero sin contrastar, hiperbólico, repleto de faltas de ortografía y selfies patéticos. Esa es labor de periodistas, delegados entre la sociedad y los poderes para informar e interpretar. Opinar es otro cantar, siempre que se haga con argumentos sólidos y datos contrastados y contrastables.


Caray, esto me está quedando larguísimo, así que aunque no esté de moda lo voy a dividir y mañana sigo. Espero que nadie se moleste, que otra característica de estos tiempos es arrear garrotazos al tiempo que tenemos la piel muy fina. Pero en esta línea continuaré, que también me viene bien escribir esto a modo de terapia que diría Woody Allen.

Y la continuación la puede ver pinchando AQUÍ