Blog de Alfonso Roldán Panadero

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En las fronteras hay vida y tuve la suerte de nacer en la frontera que une el verano y el otoño, un 22 de septiembre, casi 23 de un cercano 1965. En la infancia me planteé ser torero, bombero (no bombero torero), futbolista (porque implicaba hacer muchas carreras), cura (porque se dedicaban a vagar por la vida y no sabía lo de la castidad...) Luego, me planteé ser detective privado, pero en realidad lo que me gustaba era ser actor. Por todo ello, acabé haciéndome periodista. Y ahí ando, juntando palabras. Eso sí, perplejo por la evolución o involución de esta profesión. Alfonso Mauricio Roldán Panadero

domingo, 29 de noviembre de 2009

Buscando a Eric, de futbolista a coach

A Ken Loach, el director trostko británico, hay que seguirle por su cine social y comprometido. En esta ocasión ficha a Eric Cantoná, legendario y polémico futbolista francés, a quien convierte en el coach, entrenador personal, de un pobre hombre que cada vez más se va hundiendo en los problemas.

El coaching cada día está más de moda, la suerte que tiene Eric, el protagonista de Buscando a Eric es que el suyo es imaginario, o sea que le sale gratis. Más barato que a uno de sus compañeroes y amigos, gran consumidor de libros de autoayuda.

Una historia de amor romántico, un tanto floja, es la que hace detonar la película. Si acaso, la originalidad es que el que anda destrozado es un hombre, que no una mujer. Que es un bobo que padece ataques de pánico.

Pero, quizá por los ojos con que miré la peli, lentita a veces al modo Loach, destaqué que el director bitánico no olvida "lo social". Resalta el valor de la unidad, la importancia de la amistad, de los amigos, de los compañeros de trabajo, del orgullo de ser carteros…, todo ello con el épico trasfondo del fútbol y un protagonista: Eric Cantoná. Aunque Cantoná, como él mismo reconoce es casi un dios: "No soy un hombre, soy Cantoná".

Eric también es el nombre del protagonista y, en un momento dado, coge al toro por los cuernos, gracias al entrenamiento a que es sometido por su tocayo Cantoná en su imaginario y… lo logra.

Una cinta con píldoras humorísticas, con ese ambiente inglés de barrio que tan bien retrata Ken Loach. Recomendable para que veamos cómo es posible salir del fango, progresar y si no lograr la felicidad, caminar por el camino de la alegría.

Ahí va el trailer de la peli, que mola:

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viernes, 27 de noviembre de 2009

Glow con los cinco sentidos

Las cosas de este cibermundo, de este lío de la web 2.0 y de los blogs hizo que recalara en la entrada (post que dicen los que saben) de una joven pero vieja y admirada amiga. En él relata acerca de "las maneras de ver" las creaciones artísticas. Finaliza sugiriendo "una lectura, un cine, una conversación, una melodía, aquello que más nos apetezca. Sólo por el hecho de hacerlo, sin ningún otro fin, con los cinco sentidos".

Dicho esto, el otro día estuve en el Apolo escuchando, viendo, sintiendo Glow. Un espectáculo que deja boquiabiertos a mayores y a peques. Los decibelios se introducen por los poros de la piel, la cuarta pared se convierte en quinta, que en el teatro se dan cita el cine, los comics y el propio musical. Todo ello rebosante de efectos especiales. Los cinco sentidos se confunden, que no sabes si estás viendo una peli en 3-D, un cómic hecho teatro y unas onomatopeyas silenciosas aunque estallen en el cerebro al leerlas sorpresivamente.

Glow es estética nueva para la escena y para ello, su director (no había programas a pesar del euro que le di al acomodador y no me apetece mirar en Internet el nombre del señor israelí que manda en el asunto), su director, digo, es evidente que toma dos referentes cinematográficos: La Máscara para la estética y Matrix para la secuencias, con una escena basada en este filme, realmente espectacular. Y todo ello, sin olvidar algún clásico musical como Money, Money de la inolvidable y sofisticada Minelli de Cabaret (¿hará algo sobre ella el apartamento en París?).

Y como vi el espectáculo con cinco o más sentidos, la parte negativa llega después. Cuando reposas el espectáculo, cuando macera en el cerebro llegas a otras conclusiones. Visual y estéticamente es sorprendente, pero…, la historia no me dijo nada. Es más, la veo repleta de estereotipos: un chico bobo (con cierto aire al Jerry Lewis en la caracterización); una chica; un jefe malo. Y el amor romántico que vence al poderoso. ¿Por qué después del alarde imaginativo que supone la puesta en escena, con diez actores invisibles perdidos en el foro negro, no se esfuerzan más en el contenido? Glow es como unos magníficos fuegos artificiales para deleite de los sentidos que más se sorprenden, pero tiene poco alma.

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martes, 24 de noviembre de 2009

Un 6 diábolico

Sólo Dios, o mejor, los dioses, saben de dónde surge. Y cómo se eleva, majestuoso, entre los contrarios cabeceando hasta estrellar contra la red el esférico. ¿Es Santillana reencarnado? No. Es Ángel. El diábolico 6 de los benjamines del equipo éste... del de rayas que a veces no lleva rayas... El ..., ése, el Aléti de Madrid.

lunes, 23 de noviembre de 2009

Gustavo Durán: un intelectual en armas

Los sectarismos y las ortodoxias viscerales han alimentado el cainismo en las izquierdas españolas históricamente. Un cainismo aprovechado perfectamente por los sectores más conservadores. Hace cuarenta años moría en un pueblo de Grecia un español que fue víctima, como pocos, de los infundios lanzados por unos y otros. Su delito: la heterodoxia; el criterio propio; el ideliasmo (ávido lector de El Quijote, murió con él entre las manos).

El comandante Gustavo Durán, el héroe republicano de Ernest Hemingway en la guerra civil fue, sin embargo, durante buena parte de su vida víctima de los infundios.

Mi amigo Javier Juárez es un tipo curioso, por ser curioso y porque curiosea vidas de personajes poco comunes. Acaba de publicar el que yo creo es el libro más redondo de los que ha escrito. A lo largo de 400 páginas nos relata la trágica vida (triste, dramática y extraña, diría Alberti) de Gustavo Durán, un intelectual, músico, que el 18 de julio de 1936 da un cambio radical y coge las armas. Y las cogió con tanto convencimiento que se convertiría en pieza clave del Ejército republicano.

A lo largo de las páginas del libro de Juárez vivimos junto a Gustavo Durán aquellas jornadas tranquilas y felices de Madrid, y viajamos a París rodeados de literatura, pintura, música, arte… Luego somos testigo de heróicos y elocuentes episodios de la Guerra Civil, de la amargura de la derrota, del exilio, de la injusticia.

Durán vivía en Madrid en aquellos maravillosos días en que el arte y la cultura brotaban con toda su fuerza de los corazones de aquellos jóvenes que dieron forma a la que posteriormente se denominaría Generación del 27. Aquellos jóvenes de procedencia burguesa mayoritariamente, que se reunían en torno a la Residencia de Estudiantes: García Lorca, Alberti, Dalí, Buñuel…., Gustavo Durán era amigo de todos ellos, un prometedor compositor discípulo de Falla que truncó su vida para hacer frente al franquismo.

Iniciada la contienda, Durán no lo duda, corta su ondulada cabellera rubia y en una radical tranformación, el intelectual se convierte en militar, entrando en acción rápidamente y haciéndose cargo de la brigada motorizada. Gracias a sus conocimientos de inglés ocupará el puesto de traductor del legendario general soviético Kleber durante la batalla de Madrid y, en poco tiempo, en su hombre de absoluta confianza y jefe del Estado Mayor. Evidentemente, simpatizaba con el Partido Comunista, aunque no existe prueba alguna de que militara en él. Sí admiraba en aquella época de guerra la organización y disciplina que caracterizaba a los comunistas.

Durán participaría después de la defensa de Madrid, en la batalla del Jarama y en la de Teruel, alcanzando el grado de comandante aunque ejerciera de coronel. En esos tiempos de guerra su persona serviría de inspiración a distintos autores: el entonces su amigo Hemingway le retrata en ¿Por quiéndoblan las campanas? y previamente en el cuento La noche anterior a la batalla; Malraux le convertiría en el trasunto de Manuel en L'Espoire; Max Aub, le tomó como modelo para La calle de Valverde y le citó en Campo de almendros; Alejo Carpentier utilizaría a Durán para dar vida al personaje central de La consagración de la primavera… Evidentemente la vida del comandante fue una vida de novela.

La larga guerra hizo que viviera grandes decepciones, pero aquel 1 de abril de 1939 mientras huía de España sólo albergaba: "rabia, frustración y una profunda tristeza". Tuvo la suerte de escapar con vida, pero la desgracia de hacerlo en el barco Galatea, el utilizado por el coronel Casado, después asestar el golpe de Estado que precipitó la rendición de Madrid ante Franco y unos momentos de confusión y espantosa desmoralización. Desde ese instante sería acusado de casadista.

Durán se asienta en Inglaterra y decide nuevamente iniciar una vida nueva, olvidando el pasado. Pero el pasado le perseguirá siempre y vivirá una gran contradicción, ya que su único patrimonio serán sus recuerdos. El exilio estaba dividido y el comandante intenta rehacer su vida siempre ligado al mundo de la educación y la cultura. Así, colabora en la progresista escuela Dartington Hall, donde conoce a la que será su esposa y donde pronuncia una conferencia, la única, que versaba sobre la guerra civil.

Aseguró en esa ponencia que "los españoles, absortos en nuestras querellas de familia, no supimos ver que otros países, por razones de índole estratégica o política –nunca ideológica-, iban a utilizarlas para realizar sus propios fines de expansión interior y exterior. Nosotros, los españoles todos, seríamos los peones en el tablero; el pensamiento director de nuestras acciones estaba fuera del territorio en que la lucha se empeñaba". Eran los españoles sin distinción de bandos quienes compartían la condición de víctimas.

A partir de ahí se instalaría el silencio. En 1945 aseguró a un periodista que "la lucha no es para ser explotada con pujos de héroe, sin para defender un idea. Se lucha y eso basta como recompensa". Durán se casa con la estadounidense Bonte Romilly. Marcharían a vivir a Estados Unidos y pudo accedera a la nacionalidad estadounidense.

Tras muchos apuros consigue comenzar a trabajar como diplomático llegando a ser destinado en Argentina como asesor cultural del embajador, pero con el verdadero encargo de evitar que Perón accediera a la presidencia del país. En esos tiempos empieza a ser investigado por su "pasado comunista", mientras en España esta investigación es utilizada por el órgano de Falange, Arriba, que le dedica una portada repleta de inexactitudes, acusándole de haber sido un espía sovietico y tildándole de homosexual.

Esta información sería utilizada poco después por el senador McCarthy en su enloquecida "caza de brujas". Durán sería el único español (aunque nacionalizado estadounidense) perseguido implacablemente por McCarthy. Entre 1942 y 1955, Durán padece siete procesos distintos viviendo la paradoja de ser acusado de "espía comunista" por los sectores ultras norteamericanos y españoles y al tiempo ser calificado de "espía norteamericano" por los comunistas. Al tiempo, éstos le acusaban de casadista y Casado declaraba en su contra. La prensa italiana le acusó incluso de terrorista angoleño sin ningún éxito y hasta Hugh Thomas tuvo que rectificar su Historia de la Guerra Civil por responsabilizarle del "túnel de la muerte de Usera", un asunto de delincuencia común llevado a cabo en el Madrid de la Guerra Civil. Thomas reconoció su error, realizado "sin mala fe".

La novelesca historia de Durán le llevaría, trabajando para la ONU, al Congo y finalmente a Grecia, donde vivió el golpe de los coroneles y donde murió con un corazón gastado y rodeado de tranqulidad después del hartazgo: "… hice lo que puede cuando hizo falta, y a veces hasta creo haber hecho más de lo que podría" (…) "en último término es siempre el pobre Juan Español quien paga los vidrios rotos".

Y aquí os pongo un final apoteósico que seguro habría gustado a Durán, al comandante Durán:

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viernes, 20 de noviembre de 2009

20-N: una jornada para recordar…, y celebrar


Hoy es una jornada inolvidable en Madrid. Efectivamente, fue un 20 de noviembre cuando el Gobernador civil, Juan de la Cierva, emitió un bando prohibitivo hacia los enormes sombreros de las mujeres de la época.

Corría el año 1903 y, tal que hoy, tras muchos avatares, la autoridad civil decidió prohibir el uso de sombreros femeninos en el interior de los teatros. Ya hacía tiempo que los hombres tenían que dejar sus bombines en los guardarropas y fueron éstos los que más presionaron para que sus acompañantes femeninas no pudieran acceder al patio de butacas con esos enormes sombreros, que eran como plazas de toros repletas de lechugas.

El simbolismo además tenía mucha importancia, que cuanto más grande era el sombrero, más relevancia tenía su portadora. La presión masculina, todo hay que decirlo, tenía su lógica, que estar situado detrás de uno de estos modelos no permitía ver ni unos centímetros del escenario.

Así las cosas, el mismo día en que se emitió el bando, aquel 20-N de 1903, las mujeres se rebelaron y acudieron luciendo sus más grandes sombreros al Teatro de la Princesa: "Señora, que no veo y me he gastado un dineral en la entrada"; "pues más me ha costado a mí el sombrero, así que no me lo quito". Al final las cosas se fueron calmando, entre chirigotas, coplas y gracejos. No sé si algo tendría que ver, pero el año siguiente Juan de la Cierva era nombrado ministro de Fomento, iniciando una fulgurante carrera política durante el reinado de Alfonso XIII…

A día de hoy, lo que sí celebramos es el Día de la Infancia. Y no está de más recordar unos derechos que en absoluto se cumplen en la mayor parte del mundo. Como nos hace ver este video.

Y…, sabía yo que se me olvidaba otra efeméride para celebrar. Recuerdo perfectamente aquella tarde del 19 de noviembre en que, al menos por la calle Atocha de la capital, el rumor era un clamor. Por la noche pusieron una peli de guerra, de las buenas y, efectivamente el asunto se confirmó tal que un día como hoy. Pincha aquí y lo recordarás. O aquí. Este es el auténtico.

Unos días sin cole, premonición de una feliz Navidad. Fue el final del blanco y negro y el inicio del color.

En definitiva, "mil años tardó en morirse, pero al final la palmó como nos recuerda este inolvidable tema:


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jueves, 19 de noviembre de 2009

Las Tres vidas de santos de Eduardo Mendoza

Si decía el otro día que ver una peli de Meryl Streep es para mí un prejuicio en positivo, lo mismo me sucede cuando leo un libro de Eduardo Mendoza. Dicho esto, la satisfacción vivida durante, y con el final, de cada uno de los tres relatos con que nos obsequia Mendoza va más allá de cualquier prejuicio.

Tres vidas de santos son tres breves relatos con el único nexo común de versar sobre tres santos, laicos, pero santos, como el propio autor explica en la introducción. En el primero, La Ballena, nos presenta, en su más puro estilo, unos hechos acaecidos en su Barcelona durante la posguerra. Y con ese surrealismo tan propio la historia de La Ballena es la historia de unos personajes, víctimas todos ellos de esa posguerra. Víctimas de la gran hipocresía, de las dobles vidas, de la anulación personal, características encarnadas por la tía Conchita. Una mujer que en realidad "no tenía ideología ni creencias. Hizo suyas la religión y la dictadura porque le proporcionaban el metodo para llevar a cabo su proyecto personal, pero de puertas para afuera no le interesaba nada y aborrecía mezclarse con cualquier manifestación pública". Una víctima de esa "España humillada, deprimida y dispuesta a hacer pagar sus frustaciones al más débil". Una guerra que desbarató los sueños de media España.

El final de Dubslav no tiene nada que ver con el relato anterior. Sin tener un final a lo O. Henry, es verdaderamente impactante. Un final que se resuelve no en una línea, sino en cuatro o cinco páginas. Este relato es la historia de un hombre absurdo. Es un canto al absurdo, ese absurdo que tan bien maneja en innumerables ocasiones a lo largo de su obra Mendoza., "todos nuestros afanes son absurdos", relata el protagonista, para felexionar breve, pero contundentemente sobre la riqueza, el éxito, la sabiduría, el valor de la ignorancia, el engaño o lo que considera el único pecado: la altivez. El trepidante desarrollo de los acontecimientos a mí me recuerda en un momento dado a la película El Premio, con Paul Newman como protagonista.

En el último relato, El malentendido, Mendoza ejerce la burla (así lo entiendo yo) hacia los escritores, al menos, hacia los que tienen éxito de ventas. Y encuentro la respuesta a una pregunta que no me respondió Germán Temprano al hilo de su última novela, Fundido en negro: "Los críticos se engañan: ven un libro acabado y creen que todos los movimientos desde el prinicipio han ido encaminados a un fin concreto. Nada más falso. Un escritor no pone los conocimientos técnicos que posee al servicio de la historia que quiere contar, sino la historia que posee al servicio al servicio de los conocimientos técnicos que quiere utilizar"… "Los lectores creen estar leyendo historias atormentadas, cargadas de significación, y sólo leen artimañas" (…)

Ahí es nada.


martes, 17 de noviembre de 2009

Partir, deseo, pasión y la Cenicienta que no quería comer perdices

El problema es que he ido a ver Partir, el mismo día en que leía, ya en papel, que está en las librerías, el magnífico cuento La Cenicienta que no quería comer perdices de Nunila López y Myriam Cameros. Como dicta la tradición cuentista, al príncipe de esta Cenicienta le encantaban las perdices, mientras que ella era vegatariana (vegetariana que quiere ser vagana)…La solución era más sencilla de lo que parecer: decir "Basta".

Partir, la película de la directora Catherine Corsini, es una tragedia cuya cuarentona protagonista Suzane (interpretada por una magnífiva Kristin Scott, también dice "¡Basta!", y lo dice a las bravas, en el primer minuto de la cinta, que la película comienza por el final.

Suzane es una burguesa casada con un médico prestigiosillo con mucho poder en su ciudad, que medio anda metido en política. El matrimonio tiene un hijo y una hija adolescentes. Suzane abandonó su profesión, fisioterapeuta, para dedicarse a la familia y ahora va a retomarla montando una consulta propia. Para ello necesita emprender una reforma, y ahí es donde aparece Iván, un obrero de la construcción catalán, interpretado por Sergi López, (vaya racha que lleva después del Mapa de los Sonidos de Tokio...)

El deseo y la pasión surge y revienta, y Suzane decide divorciarse. La violencia de género toma posiciones. Primero físicamente y después por la vía del ahogo económico y el chantaje. La obsesión del marido es cuántas veces se ha acostado con el obrero su mujer y que ésta vuelva a casa. Es interesante la reacción de la hija, que rechaza a la madre, y del hijo, que se alía con ella.

La directora considera que la película es feminista porque es la historia de una mujer capaz de abandonar un medio social, de emanciparse al precio que sea. En mí opinión la peli refleja la lucha de esa mujer por acabar con sus sentimientos de culpa y por liberarse de la cárcel de marfil en que vive. Pero no me queda tan claro que se libere completamente. Al fin y al cabo dice ¡Basta! a su príncipe azul, pero por la pasión y el amor romántico, finalmente trágico hacia otro hombre.

Casi hubiera preferido que esa mujer rompiera, pero no por otro hombre, sino por ella, como la Cenicienta que no quería comer perdices.

Dicho esto, Partir merece la pena. Mantiene la tensión a pesar de que nos sepamos el final desde el principio. Odiamos a ese marido que viola en todos los sentidos a Suzane y al final, al encender las luces, la sala mantiene un sepulcral silencio.

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domingo, 15 de noviembre de 2009

Cuento de Navidad, Díaz Ferrán, Espe

Yo recomendaría efusivamente esta película a Gerardo Díaz Ferrán, el jefe de la gran patronal española, CEOE. Ahí podrá ver, por ejemplo, que detrás de un salario miserable hay personas. Personas repletas de problemas tan simples como tener que comer cada día, como la enfermedad, como vivir…

Y como el propio Charles Dickens se encarga de recordarnos en su relato, la miseria y la ignorancia son hijos del ser humano. Por eso, tampoco le vendría mal a Espe quitarse la gafas de la ambición, ponerse unas de 3 D y ver este impactante Cuento de Navidad. Que a la presidenta de la Comunidad de Madrid le interesa hacer un poco de examen de conciencia. El problema que tedría ella, es que es tan enfermizo su afán de poder, que por mucho que el espíritu de la Navidad del futuro le hiciera ver las cosas, ella mantendría su obsesivo objetivo: gobernar Essssssspaññññññña, que no España, le pese a quien le pese y caiga quien caiga (Rajoy, Cospedal, Gallardón…)

No en vano Dickens escribió su breve novela en 1843, en plena revolución industrial. En un momento en que su Gran Bretaña estaba repleta de miseria. Una miseria que se cebaba fundamentalmente con los más jóvenes, con las mujeres, con quienes no tenían un puesto de trabajo. Gentes que habían sido expulsadas del sistema (¿de qué me suena esto?)

Más allá de estas disertaciones, la peli en 3 D es bastante espectacular. Gracias a la tecnología, nos dejamos un pastizal en las entradas, pero, volamos, nos caemos, subimos, tropezamos con unos personajes a los que prácticamente podemos tocar. Unos personajes a los que distinguimos la más mínima arruga, grano, pelo… Es hiperrealismo en el cine. No sé que diría el señor Dickens si la viera, pero algún susto se llevaba. Es más, yo estaba rodeado de peques valientes, pero la cinta no está recomendada para menores de 7 años con razón. Incluso si se tienen 8 y se es asustadizo, no sé, no sé.

Jim Carrey; a fuer de perder amistades diré que a mí es un tipo que no sólo me cae bien, sino que ha protagonizado grandes interpretaciones; es el alma de esta película. Él es el tacaño y avaro Díaz Ferrán, digo Ebenezer Scrooger, a quien se le presenta el espíritu de las navidades pasadas, presentes y futuras. Al vérselas venir, Scrooger cambia radicalmente. Esperemos que les ocurra lo mismo a los poderosos y poderosas de nuestro país… Eso sí, el papel del espíritu de las navidades futuras debería interpretarlo la sociedad civil, la ciudadanía, en la calle.

Ahí os pongo el trailer:

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viernes, 13 de noviembre de 2009

Muros que cayeron y Mujer Pasionaria

Hace ya 20 años que los que trabajábamos en Mundo Obrero echamos muchas horas en estos días. El muro de Berlín se había caído. Bueno, lo derrumbaron. Y, al poco, un mito viviente del comunismo abandonaba este mundo. Pasionaria , Dolores Ibarruri moría a punto de cumplir los 94 años.

Efectivamente. Se derribaba un muro bajo la estupefacción generalizada. Caía el muro de Berlín en la ciudad con más espías por metro cuadrado, sin que ninguno se hubiera enterado. Y es que, en realidad fue un "error". Aquel miembro del politburó de la DDR convocó una rueda de prensa sin haberse leído una nota que dejaba claro lo que había decidido el Partido (con mayúsculas). El hombre no había estado en la reunión y se largó un discurso con retórica comunista que no entendía ni un solo corresponsal extranjero.

Durante toda la jornada había corrido el rumor de que se iba a hacer pública una gran noticia, consistente en que se iba a abrir la mano para que los alemanes del Este pudieran viajar, pudieran salir de las fronteras que les encarcelaba.

Aquel miembro del Politburó no había estado en la reunión y le dieron un papel para que leyera. Se le olvido leerlo. Un corresponsal extranjero al finalizar la insípida rueda de prensa le preguntó por los rumores. El burócrata se acordó del papel, lo recuperó y lo medio leyó. Los corresponsales alucinaron: "los alemanes del Este podrían salir del país". La pregunta fue evidente: "¿Desde cuándo?" La respuesta se improvisó sin antender a las consecuencias, y sin haber leído el papel como Dios manda (nunca mejor dicho): "desde ya", espetó el jefe del aparato.

Los corresponsales salieron escopetados para dar la primicia. El representante del periódico de la Alemania occidental Bild, un medio con recursos, intentaba telefonear desde su movil prehistórico. Pero no había cobertura. Las agencias fueron más rápidas con los medios tradicionales. La noticia estalló. Los alemanes fueron acercándose a los puntos fronterizos. Los guardianes no sabían que hacer. Los del Este preguntaban que si podían volver en caso de salir. El embajador de España acompañaba a un equipo de Informe Semanal que hacía un reportaje y se encontró con el notición. Y el lío que se montó. En la orilla del Este corría el vodka. En la del Oeste, la cerveza.

Los más listos empezaron a alquilar picos para derribar el muro. La gente pagaba para guardarse el souvenir. El muro cayó, pero hoy sigue habiendo mucho muros. Siguen naciendo muros por todas partes…

A los pocos días moría "la flor del siglo XX", Pasionaria. Por la capilla instalada en la vieja sede del PCE de la calle Santísima Trinidad, la Trini, desfilaron miles de personas para despedir a la que fuera presidenta del Partido Comunista de España. El entierro fue un mar de hombres y mujeres de toda clase y condición que desbordaba la Plaza de Colón. La voz de Ana Belén retumbaba igual que en el 77, cuando Dolores regresó a su tierra tras el largo exilio.

La memoria de Pasionaria, más allá de mitomanías, debe sobrevivir en el colectivo. Fue una mujer adelantada a su tiempo. Y como mujer padeció también padeció el machismo de sus camaradas. A pesar de ello, Dolores llevó la disciplina ferrea hasta las últimas consecuencias. Una mujer, comunista y española fue recibida durante el franquismo por las más altas instituciones mundiales.

Dolores vive y es un orgullo para las mujeres españolas. Veinte años después.

Este discurso histórico es evidencia de lo que fue Pasionaria, rodeada de hombres:

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miércoles, 11 de noviembre de 2009

Elogio de los gusanos de seda / Cantigas de santa María

Me encontré en la entrada de ayer el comentario de una bloguera cuyo blog admiro. Fue poco cariñosa con los gusanos de seda. Ya sé que un gusano de seda no es un osito de peluche, pero estos bichitos siempre me han caído simpáticos porque los relaciono con mi infancia.

No podemos olvidar la deuda que con los asiáticos tenemos los occidentales. Y las vueltas que da la vida... En un principio les saqueamos y nos trajimos los gusanos de seda para producir ese preciado producto en nuestras tierras y así, que la cosa de hacer trajes esplendorosos nos saliera más barata. Pero al final se ha dado la vuelta a la tortilla y los empresarios occidentales textiles se cabrean con los asiáticos porque fabrican ropa y calzado mucho más barato de lo que se hace aquí…

Con el trajín, los pobres gusanos de seda, que son unos bichos muy exquisitos, sólo pueden sobrevivir en cautividad y devorando exquisitas hojas de morera.

El gusano de seda, para mí, es a los gusanos como Copito de nieve lo era a los monos. Blanco y delicado, aunque si te fijabas, feo como un pie feo. En mi infancia eran las mascotas que surgían a los pocos días de que las moreras brotaran. Los gusanos, no los monos.

En esos días en blanco y negro, las cajas de zapatos vacías se poblaban de gusanos blancos, algunos con rayas negras. Cajas agujereadas en sus taparedas para que los animalillos "pudieran respirar". El agobio principal era encontrar el preciado alimento. Había que localizar árboles que dieran morera y luego, alcanzar hasta las hojas para cortarlas. Y ellos devoraban, engullían dejando las hojas de morera en nada.

Yo me podía pasar horas (bueno, mucho tiempo), viendo como tragaban la morera; como, a ratos, se quedaban medio atontados mirando al cielo; como buscaban el lugar adecuado de la caja para construir el capullo amarillo chillón; como de ahí surgía una horrorosa mariposa de alas rotas; como se apareaban, que era lo más porno, junto al patinaje artístico, que se podía ver en aquella época. Y finalmente, como aquellas mariposas de alas rotas ponían decenas de huevos perfectamente colocados.

Nunca supe si las mariposas resultantes de esa metamorfosis se morían porque cumplían el ciclo o, simplemente, porque no las echaba de comer ni morera, ni filetes de ternera, que cualquiera sabe con la naturaleza. Pero, ciertamente, después de salir del capullo, después de las orgías que se montaban y después de pariri todo lo que parían no quedaban con muy buen aspecto.

Y sí, recuerdo con cariño esos tiempos en que los gusanos de seda eran compañeros de ratos muertos. Porque antes, los niños teníamos tiempo hasta para aburrirnos. ¡Qué placer!

Supongo que a Ana le gustará este final con las cantigas de Santa María, con los gusanos de seda como protagonistas:

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La letra:

Por nos de dulta tirar

- Cantiga 18 -

Esta é como Santa Maria fez fazer aos babous
que crian a seda duas toucas, porque a dona que os guardava
lle prometera ha e non lla dera.


Por nos de dulta tirar,
praz a Santa Maria
de seus miragres mostrar
fremosos cada dia.

E por nos fazer veer
sa apostura,
gran miragre foi fazerlo
en Estremadura,
en Segovia, u morar
ha dona soya,
que muito sirgo criar
en ssa casa fazia.
Por nos de dulta tirar,
praz a Santa Maria
de seus miragres mostrar
fremosos cada dia.

Porque os babous perdeu
e ouve pouca
seda, poren prometeu
dar ha touca
per' a omagen onrrar
que no altar siia
da Virgen que non á par,
en que muito criya.
Por nos de dulta tirar,
praz a Santa Maria
de seus miragres mostrar
fremosos cada dia.

Pois que a promessa fez,
senpre creceron
os babous ben dessa vez
e non morreron;
mas a dona con vagar
grande que y prendia,
d' a touca da seda dar
senpre ll' escaecia.
Por nos de dulta tirar,
praz a Santa Maria
de seus miragres mostrar
fremosos cada dia.

Onde ll' avo assi
ena gran festa
d' Agosto, que vo y
con mui gran sesta
ant' a omagen orar;
e ali u jazia
a prezes, foi-lle nenbrar
a touca que devia.
Por nos de dulta tirar,
praz a Santa Maria
de seus miragres mostrar
fremosos cada dia.

Chorando de coraçon
foi-sse correndo
a casa, e viu enton
estar fazendo
os bischocos e obrar
na touca a perfia,
e começou a chorar
con mui grand' alegria.
Por nos de dulta tirar,
praz a Santa Maria
de seus miragres mostrar
fremosos cada dia.

E pois que assi chorou,
meteu ben mentes
na touca; des i chamou
muitas das gentes
y, que vessen parar
mentes como sabia
a Madre de Deus lavrar
per santa maestria.
Por nos de dulta tirar,
praz a Santa Maria
de seus miragres mostrar
fremosos cada dia.

As gentes, con gran sabor,
quand' est' oyron
dando aa Madre loor
de Deus, sayron
aas ruas braadar,
dizendo: «Via, via
o gran miragre catar
que fez a que nos guia.»
Por nos de dulta tirar,
praz a Santa Maria
de seus miragres mostrar
fremosos cada dia.

Un e un, e dous e dous
log' y veron;
ontre tanto os babous
outra fezeron
touca, per que fossen par,
que se alguen queria
a ha delas levar,
a outra leixaria.
Por nos de dulta tirar,
praz a Santa Maria
de seus miragres mostrar
fremosos cada dia.

Poren don Affons' el Rei
na ssa capela
trage, per quant' apres' ei,
end' a mais bela,
que faz nas festas sacar
por toller eregia
dos que na Virgen dultar
van per sa gran folia.
Por nos de dulta tirar,
praz a Santa Maria
de seus miragres mostrar
fremosos cada dia.

martes, 10 de noviembre de 2009

Hachico monogatari, Siempre a tu lado y gusanos de seda

Ya pasó el tiempo en que los japoneses eran considerados unos copiotas de todo lo occidental. Siempre a tu lado (Hachico) es la evidencia de que en cine la cosa puede ser al revés sin el más mínimo rubor. Eso sí, la fábrica Hoollywood cuenta con Richard Gere para animar la taquilla.

Remake le llaman a Siempre a tu lado. Remake de una película japonesa dirigida por Seijiro Kôyama (anda que no he tardado en encontrar el angulito para poner encima de la "o", que efectivamente parece una "ô" con gorrito asiático). La peli original es de 1987 y su título, Hachiko Monogatari.

Ésta cuenta la verdadera historia de un perro de la raza Akita . Un perro muy distinguido y reconocido en Japón como símbolo del propio país. La historia original transcurría en los años 30 en una ciudad japonesa. Allí, Hachiko es el perro de un profesor. Cada día iba a buscarle a la estación de tren cuando volvía del trabajo, pero, el profesor muere. Y a pesar de ello Hachiko seguiría acudiendo a la estación cada tarde durante 11 años. El perro se haría tremendamente popular, tanto que erigieron una estatua en su honor en el lugar que cada día ocupaba a la espera del amo (aquí abajo a la izquierda pongo la foto).

La historia de la reciente peli norteamericana es exactamente igual, sólo que transcurre en una pequeña ciudad estadounidense. Y como la hstoria se cuenta en tres líneas, a mí se me ha hecho eterna. Tanto que ni siquiera he seguido el coro de lloros de la sala. Un perro que sufre por la muerte de su amo, que pasa hambre y frío; unido a una bella música sentimentalona son los ingredientes de este asunto lacriméogeno televisivo de domingo por la tarde. El gancho, más allá de la distribución, es Richard Gere, con su pelo cano y dando vida a un personaje bondadoso.

La moraleja es que no podemos olvidar a quienes queremos. Algo confundido con la lealtad y la fidelidad. Después de ver la peli decido una vez más no tener perro, que si me muero el pobre se iba a llevar un disgusto de espanto. Además, nunca he sido de fidelidades caninas; más bien de lealtades humanas. Puestos, cada día veo con más cariño y complicidad a los gatos, animales más desapegados, libres y misteriosos. Y eso sí, nada como los gusanos de seda, iconos del cambio, de la metamorfosis silenciosa, leales a la morera y fieles a sí mismos y a su seda. Lo único que tienen para que la especie se mantenga. Pero esa es otra historia.

Para retomar, os pongo el trailer de la peli de Richard Gere:

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Y el de la auténtica película japonesa, Hachico monogatari:

lunes, 9 de noviembre de 2009

Julia Child y Julie Powell: Julia y Julie

Cuando una película está protagonizada por Meryl Streep la veo con el prejuicio de que me va a gustar. Si a esto añadimos que Amy Adams también está ahí, pues mejor. Y si el asunto va de cocina y blogs, pues más a favor de la película, una comedia culinaria y bloguera.

Dicho esto, a quien no le guste ni la Streep, ni la cocina, ni eche el rato haciendo un blog, pues quizá no le dirá nada la peli, y seguramente yo coincida en que a la cinta le sobran unos cuantos minutos y le falta explicar algo de la relación final entre Julia Child y Julie Powell.

La historia, más allá del género cinematográfico está basada en la vida real de dos mujeres: Julia Child, intepretada por Meryl Streep que parece más alta de lo que es; y Julie Powell, una treintañera interpretada por la menuda Amy Adams.

Sus vidas en la película corren paralelas en diferentes lugares y épocas. La primera en 1949 en París y la segunda en 2002 en Nueva York, en Queens. Las dos tienen unos maridos encantadores, pero no deja de ser cierto que ambas andan un tanto sometidas a los trabajos de ellos. Julia depende de los destinos diplomáticos del marido y Julie vive en Queens, en una casa que la desagrada situada situada sobre una ruidosa pizzeria, porque el marido insiste en ello.

Y aunque la pasión y la mantequilla están tan presentes como en El último tango en París, el asunto es otro. Es más bien un canto a hacer lo que nos apasiona, no cejar en el empeño, insistir. Y más aún siendo mujer.

El paralelismo entre los dos mundos lo es en la relación matrimonial, en la pasión por la cocina e incluso en las formas de comunicar. Julia consigue editar su gran obra gracias a su relación epistolar de ocho años con una mujer de la que es gran amiga, pero desconoce. Julie escribe cada día recetas en su blog y poco a poco crece su número de seguidores desconocidos con quien se comunica. Cierto es que el pelotazo lo mete cuando la dedican una reseña, con foto, en la prensa tradicional de papel. Para los amantes de los detalles, alertar que el blog lo escribe en un portátil VAIO, en lugar de lo tradicional en las pelis norteamericanas. Esto es, un Apple.

Con la película se pasa un buen rato, que no excepcional, que tiene espacio hasta para criticar de pasada la caza de brujas del General McArthy, del que fue víctima el esposo de Julia, un personaje especialmente reseñable, tanto por lo que transmite, como por la interpretación de Stanley Tucci.

Aquí podemos ver a la auténtica Julia, que a mí me recordaba a aquella Miss Croquet de la tele de la infancia o preadolescencia, no recuerdo (quizá nos pueda ayudar el kioskero del antifaz); y por tanto a Dustin Hoffman en Tootsie, pero en bajito. Aquí la vemos haciendo una tortilla a la francesa. Vamos, que Meryl Streep no sobreactua. Que la mujer era así.

En este enlace vemos el inicio auténtico de la historia y su blog, creo. Y aquí a la auténtica Julie, no tan menudita como Amy Adams.

Y aquí abajo, el trailer:



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jueves, 5 de noviembre de 2009

Cantera de lujo

Cada vez estoy más convencido de que es más impresionante un partido de benjamines, incluso del Atlético de Madrid (cómo habría disfrutado mi suegro de este video), que un encuentro de Primera:

Las estafillas del restaurante Roots

El subconsciente colectivo de años de represión marcó en el cerebro de los españoles miedos variopintos, como el miedo a ejercer los derechos, a veces más básicos, como consumidores. El no ejercicio de esos derechos se ha convertido casi en dejadez. Dejadez a la hora de repasar las facturas de las compras en el centro comercial, dejadez a la hora de comprobar las facturas en los restaurantes, incluso dejadez, por temor o timidez, a preguntar el precio de bienes o servicios cuando no está claramente especificado.

Aprovechando la cosa de la crisis durante este año estoy siendo mucho más estricto y a final de año creo que repasar facturas, quejarme, pedir información…, me va a suponer un ahorro de más de 120 euros.

A nadie se le escapa que este país es proclive a la corrupción, que en el escalafón más cotidiano se convierte en corruptelas con las que convivimos tranquilamente. Lo mismo ocurre con las estafas y las estafillas.

Una de estas estafillas la viví con desconcierto y, al final enfado controlado, por lo cutres que somos en esta España. El lugar fue el restaurante Roots de la calle Virgen de los Peligros. Un restaurante perteneciente al Grupo Vips. El local es bastante acogedor pero le cogí manía cuando, al poco de inaugurarlo, se empeñaron en cobrarme una barra de pan que ni solicité ni comí.

Pero bueno, vimos la carta presentada en la calle y entramos. La carta, que vemos en la foto, dejaba claro que el menú costaba 13,50 euros, IVA incluido y, gracias a un asterisco también acaraba que la bebida no estaba incluida salvo que tuvieras una tarjeta, que yo no tenía, denominada "Lunch".

Pues vale. Nos sentamos y preguntamos al camarero amablemente que cuánto costaba la copa de vino del menú y que qué vino era, que no teníamos la tarjeta y que no lo especificaba por ninguna parte. Nos miró como a bichos raros y respondió que no tenía ni idea, que creía que la copa valía unos 3 euros (o sea, 6 euros si eran dos. ¡Coño! Mil pelas por dos copas de un vino desconocido de una botella abierta). La cosa no estaba muy clara, pero la situación era tan estrafalaria que el camarero, motu propio, nos dijo que nos daba la famosa Tarjeta Lunch y por lo tanto nos incluía el vino. Aceptamos el negocio. No perdíamos nada. Sólo la posibilidad de que el vino fuera peleón. Y, sin ser una cosa para tirar cohetes, no fue el caso.

Comimos bien, normalito. En línea con lo esperado y, a la hora de pedir la cuenta nos meten 5 euros por el vino, a pesar de que nos dieron la tarjeta prometida. Evidentemente aclaramos que no era eso lo que nos habían asegurado.

Comienzan los protocolos: viene el encargado y nos explica que la tarjeta empieza a servir a partir del próximo día que vayamos. Reclamamos al camarero que nos aseguró que el vino era gratis. No lo traen. Y el encargado que lo siente, que ha debido explicarse mal el camarero, que repentinamentehabía desaparecido. Y yo,"pues que se hubiese explicado bien". Habría sido tan sencillo como decirnos el vino que era y su precio cuando solicitamos la información. Una información que no aparece por ninguna parte. Y seguro que habríamos pagado.

Y él que lo sentía pero que ¡no podía hacer nada! Mirada profunda y: "sí. Sí puede hacer. Simplemente no cobrarnos nada por el vino tal como nos habían explicado al principio". ¡Qué manía de engañar! ¡Qué manía de que paguemos a ciegas! Al final, a pesar del aspecto de tragedia griega del encargado, no pagamos los 5 euros.

Así las cosas no vuelvo. O quizá sí... Evidentemente me quedo en el bar del Rambo. Creo que ya puse este video, pero es de los importantes. De los que marcan. Con los altavoces a tope:


martes, 3 de noviembre de 2009

Democracia enjaulada

Entre crisis económica y casos de corrupción, la democracia española está enjaulada. La gran patronal, representada por la CEOE, después de dinamitar el diálogo social, no quiere soltar a su presa. "O el Gobierno cambia de opinión, o cambiamos el Gobierno", parece el lema de la CEOE.

Las actitudes patronales tienen su espejo en esos casos de corrupción que afloran constantemente. Esos casos que evidencian el amiguismo y complicidad entre políticos débiles y empresarios corruptores. Entre todos han enjaulado la democracia. Es la hora de la ciudadanía y de volver a la política, a las instituciones. Es la hora de que liberemos a los leones que simbolizan la Soberanía Popular.

La salida de esta crisis no puede estar gobernada por los mismos poderosos y neoliberales que nos metieron en ella. La foto metáfora de Fran Lorente, se ha realizado gracias a Gallardón, el alcalde de la ciudad en obras. Que yo no sé si los leones realmente los enjauló para llevarlos al circo en que se ha convertido su PP.

lunes, 2 de noviembre de 2009

Trío pestiñazo o Castillos de cartón

Hay tríos famosos: el trío la-la-la; las famosas trillizas de oro de la época televisiva de Iñigo, Los tres sudamericanos; el sufrido trío arbitral, La Trinca, las tres de la tarde que son las dos en Canarias, el trípode de mi amiga Julia, el trío de la baraja… El caso de aquí, Castillos de cartón, es un trío amorososersual. Que parece que ahora nos quieren poner esto de los tríos de moda.

La suerte es que soy moderado en mis comentarios sobre las pelis que veo, porque con lo que me aburrí en la proyección de Castillos de cartón, habría sido para desenfundar y escribir estas líneas con el sable de la visceralidad.


No he leído la novela de Almudena Grandes en que está basada esta cinta, que me dicen que tampoco es para lanzar cohetes, aunque en el principio de la misma la resolución final queda menos abierta que en la versión cinematográfica. Vamos, que en el libro la cosa queda más clara. Al menos para espectadores poco avispados, como puede ser el caso de quien esto escribe; o bien para espectadores que tras dar varias cabezadas piensen que se han perdido algo.

Yo no me dormí porque la hora no acompañaba y por la cosa del morbo. De ver si en la siguiente escena veríamos posturas llamativas del trío protagonista. Pero no. Dicen que es un drama erótico. Y aunque en vestuario no se les ha ido el presupuesto, tampoco le ponen mucha imaginación al tema erótico, no. Me llama la atención cómo es posible taparse tanto con los brazos y las manos cuando tres personas están echando un polvete al tiempo. Es más, pienso que la situación por la que pasan dos del trío era como para forzar un poquito la máquina…

Los tres protagonistas son estudiantes de arte, que no sé yo si esto está poco trabajado o es que a mí no me llega. Bueno, a mí y algunas personas que abandonaron la sala sin mayores contemplaciones. "¡Qué tostón!", decía una viejita de la primera sesión cuando salía de la sala. Lo cual me pareció una buena noticia, porque no suelo coincidir con los gustos del perfil representado a simple vista por la buena mujer.

Es cierto que al principio hay un par de chistes, y en toda la peli, tres temas inolvidables de nuestra movida. Que ni siquiera se despertó la nostalgia de la época. Si acaso, gracias a las chaquetas de lana que utilizaban cuando no estaban en pelotas.

Aquí pongo el trailer, aunque no creo que os anime lo suficiente como para ir a verla (obsérvese la ambigüedad de la frase al utilizar el termino "animar"):