Blog de Alfonso Roldán Panadero

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En las fronteras hay vida y tuve la suerte de nacer en la frontera que une el verano y el otoño, un 22 de septiembre, casi 23 de un cercano 1965. En la infancia me planteé ser torero, bombero (no bombero torero), futbolista (porque implicaba hacer muchas carreras), cura (porque se dedicaban a vagar por la vida y no sabía lo de la castidad...) Luego, me planteé ser detective privado, pero en realidad lo que me gustaba era ser actor. Por todo ello, acabé haciéndome periodista. Y ahí ando, juntando palabras. Eso sí, perplejo por la evolución o involución de esta profesión. Alfonso Mauricio Roldán Panadero

domingo, 28 de noviembre de 2010

Laura Antona, mujer sobradamente preparada


Laura Antona, como tantas mujeres de su edad, 28 años, está sobradamente preparada: diplomada en Ciencias Empresariales, grado superior en secretariado de dirección, bilingüe. Como tantas mujeres de su edad disfruta saliendo con sus amigas o paseando con su familia y su perrito. Como tantas mujeres de su edad es aficionada a la música, "a toda la música excepto el heavy"; y a la lectura, "a los best-sellers como Caballo de Troya, Los pilares de la Tierra, La catedral del mar…, y en particular novelas de misterio, "sobre todo si incluye tramas médicas como las de Michael Palmer y su Tratamiento criminal". Actualmente trabaja como auxiliar administrativa en la Asociación Club Cultural Deportivo IVIASA, en Móstoles, la ciudad en la que vive.

Y dentro de las aficiones de Laura también está el cine, pero, indignada, proclama que "es una vergüenza porque les ha dado por hacer anfiteatros y apenas puedo acceder a las salas". Y es que Laura padece amiotrofia infantil espinal infantil, tipo 2, que según me explica "es una enfermedad de nacimiento, en la que la médula tiene una falta de estímulo que hace que los músculos estén atrofiados". Se sabe de memoria las pocas salas de cine a las que puede acceder "con un acompañante", con lo que me impiden disfrutar con un grupo de amigas".

Además, con 11 años, tuvo que pasar por el quirófano en una operación de alto riesgo porque padecía una escoliosis de 120º y se la rebajaron en 60º, gracias a unas varillas de hierro que, según mi torpe entender, deambulan por su columna vertebral. No sin optimismo recuerda Laura que "no me pusieron más derecha porque no tenía capacidad respiratoria para aguantar el quirófano".

Todo esto implica un grado de dependencia "extremo", ya que padece un grado de minusvalía del 90 por ciento. Laura es capaz de alcanzar las 250 pulsaciones por minuto con el teclado y con sólo una mano, pero necesita ayuda en todos los ámbitos de la vida: aseo personal, entrar y salir de los sitios, ponerse y quitarse el abrigo…

Tras conversar con ella queda claro que lo mejor que ha pasado, y pasa, por la vida de Laura son; además de sus padres, Maribel y Julio (en la foto, con Laura), que “los son todo”; sus compañeros y sus compañeras del cole, de la Universidad, de los lugares en los que ha trabajado y donde trabaja. Sus amigas. En definitiva las personas, que las instituciones son otra cosa.

Eso sí, pesar del buen rollo que destila Laura, recuerda que siendo pequeña no fue admitida en un colegia de monjas "por la silla de ruedas".

Critica Laura las dificultades de accesibilidad en Móstoles, similares a las de cualquier ciudad: aceras sin rebajes, autobuses sin adaptar. Aquí también se despacha a gusto: "he llegado a estar esperando dos horas a la espera de que apareciera un autobús adaptado o que le funcionara la rampa". En este capítulo pone como ejemplo Cádiz, donde este verano estuvo utilizando sin problemas todos los autobuses del mundo (bueno, de Cadiz) y estaban perfectamente adaptados.

Y no podemos obviar que en las últimas elecciones municipales, Laura formó parte de la lista del PSOE en su ciudad, encabezada por Paz Martín. “Una gran experiencia”, confiesa, “de donde saqué nuevas relaciones y una gran amiga: Esther, que sí logró ser concejala”. Pero la política no es lo suyo, aunque se considera perfectamente capacitada para gestionar una administración pública o privada, especialmente si es del ámbito de la discapacidad porque sí asegura que le habría gustado ser concejala de Asuntos Sociales.
La Carlos III

En el lado opuesto a las críticas coloca a su Universidad, la Carlos III. Allí estudió en su campus de Getafe y sólo tiene buenas palabras: "no es sólo el nivel académico, sino cómo se comportan con el tema de la discapacidad, ofreciendo incluso ayudas para transporte".
Asegura riendo que todavía hoy se ve por donde pasó con su silla de ruedas, "que cuando tenía algún problema, en cuestión de horas estaba solventado, como la bancada del aula. Donde mejor me encontraba era en la cuarta fila, lo dije, y al día siguiente tiraron de radial para que pudiera acceder con mi silla de ruedas".

Explica que los profesores el primer día de clase preguntan si es necesario algún tipo de adaptación (exámenes orales, apuntes, más tiempo para escribir…), "y a partir de ese momento te tratan con absoluta normalidad". Porque lo que más aprecia Laura es la normalidad, "ni dar pena ni nada". Y es lo que intenta transmitir a las personas que se encuentran en situaciones similares a la suya: "animaría a vivir una vida de lo más normal. A la gente que termina el instituto les recomiendo que vayan a la Universidad. Es una experiencia que no se pueden perder. O trabajar. La satisfacción de ir a trabajar y relacionarse con gente no tiene precio"

El trabajo

Laura se encuentra muy contenta en su trabajo actual, que es tanto administrativo como de cara al público. Sólo tiene palabras de agradecimiento hacia sus compañeros y los conserjes, "que están muy pendientes de mí".

Ahora bien, me explica que es muy difícil encontrar trabajo a pesar de la discriminación positiva que marca la ley. Y recuerda cómo hace cinco o seis años se presentó a unas oposiciones en el Ayuntamiento de Móstoles. Logró un 5,3, pero anularon una pregunta con lo que se quedó con un 4,9, con lo que se quedaron sin cubrir las plazas para discapacitados, "y no han vuelto a salir oposiciones, sólo salen para policías".

También asegura haberse sentido discriminada en Santa Lucía, con la excusa de "estar demasiado formada" no la aceptaron en un puesto, pero ella cree que es por la discapacidad. También se queja de que de Madrid capital la han llamado para un montón de empresas, pero "es imposible trasladarse cada día en taxi, que puede suponer 100 euros diarios".

Ley de dependencia

Laura, en 2007 echó una solicitud y dos años después le enviaron una valoración, sin haber pasado un reconocimiento físico, de sistema "pasarela". La valoración que sorprendentemente le dieron fue de un grado 2, nivel 2, "que es medio, tirando a bajo". Es decir, con un 90 por ciento de minusvalía sólo la reconocían 2 horas de ayuda diaria. Recurrió, porque con los años ha empeorado y hace unos días, por fin, fueron a valorarla. Ahora sí, le reconocieron la discapacidad que padece y le pasan 168 euros al mes a su madre para cuidarla, lo cual no llega para nada si su madre enferma".

Lo mejor, las personas

A Laura para sacar una entrada en Kinépolis han llegado a pedirle un certificado de minusvalía, una fotocopia del DNI y una autorización firmada. Es imposible sacar entradas por Internet para personas discapacitadas. Así que, lo mejor, son las amigas que antes de la peli hacen los recados que ni tecnologías ni empresas facilitan.
Las monjas no la aceptaron en el cole, pero años después lo mejor fueron sus amigos de la Universidad que en el viaje de fin de carrera se plantaron: "Si no va Laura, no va nadie". Y fueron todos. Y todos ayudaron a Laura las 24 horas del día en aquel viaje a Tenerife. Laura subió en avión, en barco... Donde hiciera falta. Ahí estaban las personas, no las instituciones.

POR CIERTO, EL 3 DE DICIEMBRE ES EL DÍA INTERNACIONAL DE LAS PERSONAS CON DISCAPACIDAD

Y como a Laura le gusta casi toda la música seguro que no fallo con este video. Va por ella, sus amigos y sus amigas:

sábado, 27 de noviembre de 2010

Lágrimas de mujer, lágrimas por el Sahara

Son lágrimas de mujer saharahui. Lágrimas que claman libertad. Son lágrimas que se rebelan contra la humillación, contra la injusticia. Es el llanto profundo de un pueblo olvidado por el mundo y que no quiere desaparecer de la historia. Un pueblo traicionado por su historia.

Pero también es el dolor contenido de la mujer. De esa mujer que siempre es la mayor víctima de la violencia y las guerras. Dadoras de vida, ven cómo la ambición sesga vidas sin pudor, sin rubor. Ven como la mano del hombre asesina sus frutos.

El Sahara reclama paz con dignidad después de 35 años de ignominia y olvido por parte de los gobiernos españoles. Hablan, con orgullo, nuestra lengua, algo más que un vínculo. Lo único bueno que desde España les hemos dejado. El resto…, son lágrimas. Lágrimas de mujer saharahui.

La magnífica fotografía es de Fran Lorente, la realizó hace dos semanas en la manifestación de solidaridad con el pueblo saharaui. (Aquí puedes ver más) Me ha venido a la cabeza después de leer esta noticia en Público.

viernes, 26 de noviembre de 2010

Pan negro (Pa negre)


Cuando llega el tiempo de las pelis para niños aprovechando las vacaciones de invierno, cuando los títulos "de miedo" se multiplican en la cartelera, decido ir a ver un peliculón muy duro en el que me vuelve a quedar claro que los poderosos siempre tienen la sartén por el mango y que las grandes víctimas de las guerras, de nuestra guerra en este caso, son las mujeres, las abuelas, las madres, las viudas, las niñas y los niños. Los monstruos existen, sólo hay que provocarlos para que salgan.

Al finalizar la película me tocó explicarle el principio a la señora que estaba dos butacas más allá. Entró cinco minutos tarde y, en Pan negro, el principio es indispensable e imposible de contar. En un inicio tremendo, el pequeño protagonista de la historia, Andreu (Andrés en la última escena…), descubre los cuerpos de Dionís y su hijo, que habían sido brutalmente asesinados. Es la dura posguerra rural en Cataluña, y el alcalde del pueblo, falangista, logra inculpar a Farriol, el padre de Andreu.

El pequeño Andreu inicia un tortuoso camino en busca de verdades que los mayores se empeñan en ocultar. Es una historia de perdedores y vencedores, pero algo más. Es una historia de mentiras adultas, secretos, odios, envidias, humillaciones y, fundamentalmente, traiciones. Es una historia que nos puede recordar a El laberinto del fauno en la que los hombres han muerto y siguen muriendo, las mujeres sobreviven humilladas, y niños y niñas son las principales víctimas de la violencia de la guerra propiciada por el golpe de Estado de Franco.

Se trata de una película muy dura, muchas veces oscura y agobiante, en la que el pequeño Andreu cuenta con dos confidentes en su búsqueda de la verdad: su prima Nuria, mutilada física y psíquicamente por la guerra y un adolescente tuberculoso, recluido en un convento de frailes. La infancia es la protagonista de esta cinta: la infancia contagiada por el odio adulto y con la inocencia violada; una infancia sin alma, que hace que hasta al pequeño Andreu, al final le salga el monstruo que los adultos llevan dentro. Una infancia que no puede seguir la recomendación de Farriol: "la única obligación de los niños debería ser divertirse". Y es que Farriol, a pesar de todo, quiere lo mejor para su hijo en medio de un lugar y un tiempo desbordado por los odios y la miseria. Le insiste en los momentos más dramáticos: "dignidad, cabeza alta y defender siempre los idelaes". Pero no pudo ser. Las víctimas psicológicas: el niño y su madre desbordada de tanto dolor.

Ahí va el trailer en castellano:

domingo, 21 de noviembre de 2010

Guía musical de El fin del mundo y un despiadado país de las maravillas

Ayer advertía (bueno, en la entrada fechada un día antes que ésta), que a quienes no les guste Murakami, siempre pueden echar el rato con la ambientación musical de El fin del mundo… Yo, desde luego, lo he echado, aunque lo he disfrutado. Espero que os guste.

Tal como hice con After Dark: os pongo enlaces para disfrutar con la música que sirve de ambientación a la novela de Murakami que ayer os comenté. Claro las versiones no coinciden e muchos casos, pero qué le vamos a hacer. Só tenéis que pinchar sobre el tema musical.

Danny Boy (especialmente importante en la novela):
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Conciertos para piano y orquesta de Mozart:

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Teach Me Tonight:


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Selección variopinta Casetess que realiza el informático en un momento dado:

Johnny Matish:

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La noche transfigurada de Schönberg:

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Stormy Sunday:

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Concierto de Brandemburgo:

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Like a rolling stone, de Bob Dylan:

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Watching the river flow:

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Positively Fourth Street:

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Memphis blues again:

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I’ll be home de Pat Boone:

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Autumn in New York:


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Early Autumn, de Woody Herman:


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Do nothing till you hear from me Lawrence Brown:

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Sophisticated lady:

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Bowling in the wind:

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Georgia on My Mind de Ray Charles. Mira, en vez de el enlace pongo el video aquí. Este tema lo escuchaba el prota, perdón, uno de los protas, "mientras ella se quitaba los pantis, haciéndolos un ovillo":


sábado, 20 de noviembre de 2010

Más Murakami: El fin del mundo y un despiadado país de las maravillas (I)

Lo leí en verano pero es más lectura de otoño, que diría el bueno de Pascual García Arano. Y yo no sé el tiempo que llevo preparando esta entrada, que seguramente será de las que más escaso éxito tenga.

Quienes rechacen por principio a Murakami pueden ir directamente a los la entrada de mañana por si cuela la música que se desliza por las páginas de esta espectacular obra. Dos mundos paralelos, “el fin del mundo”, una ciudad amurallada, extraña, onírica y agobiante, aunque quizá plácida. Y el otro mundo, un “país de las maravillas”, un Tokio del futuro, o no tanto.


Como le ocurre a Peter Pan, el protagonista del primero se ve despojado de su sombra y sus recuerdos, al tiempo que es obligado a leer los sueños. En el segundo escenario, un informático (“calculador”) al servicio de una organización del Gobierno, enfrentada a otra organización por el control de la información, se ve envuelto en una madeja de aventuras en las que juega un papel relevante un extraño científico, experto manipulador de conciencias, y su nieta.

La crítica al orden establecido comparte escenario con el amor, las emociones, el sexo. Y así nos encontramos en un mundo que nos puede recordar a Matrix. Ese Tokio del futuro que tanto empieza a parecerse a este presente en el que nuestro protagonista lo tiene claro: “A mí no me van las organizaciones. Carecen de flexibilidad, suponen una gran pérdida de tiempo y esfuerzo. Hay demasiados cretinos dentro”. Evidencia a lo largo de la obra su desconfianza hacia el poder.

La ironía y el surrealismo siven a Murakami para enfrentarse al mundo de los sentimientos, las emociones, el corazón, la bondad, la maldad, la desesperanza, el desencanto, la tristeza…: “De modo que había bloqueado las palabras, había bloqueado mi corazón. La tristeza, cuando es tan profunda, ni siquiera permite metamorfosearse en lágrimas”.

Algunas sentencias me parecen memorables: “La equidad es uno de los conceptos que sólo son válidos en un mundo extremadamente limitado. Pero este concepto se extiende a todas las manifestaciones de la vida. Desde los caracoles y los mostradores de las ferreterías hasta la vida matrimonial. Lo abarca todo”.

Y al igual que en su reciente De qué hablo cuando hablo de correr, en este Murakami de los años 80, también está presente su preocpación por el talento y la educación que recibimos en la escuela: “Todas las personas poseen algún talento que les permite descollar al menos en una cosa. El problema reside en que mucha gente no sabe cómo desarrollar sus capacidades innatas y las acaba perdiendo. Por eso la mayoría es incapaz de descollar en algo”.

Y cómo no, la inmortalidad y la muerte, con una de las mejores definiciones de muerte que he visto. Eso sí, en masculino: “Morir significa marcharse dejando un envase de espuma de afeitar a medias”.

En línea Murakami, la novela está repleta de sonido y música, pero también el ambiente lo consigue citando novelas y películas: desde 2001, una Odisea en el espacio; hasta El luchador, pasando por El hombre tranquilo, Cayo largo, Fuerte Apache, La legión invencible, Caravana de paz, Río Grande, El Cid, Ben-Hur, Los diez mandamientos, La túnica sagrada, Espartaco, El sueño eterno, El hombre de las pistolas de oro, Duelo en el Atlántico

Nuestro protagonista informático hace especial hincapié en una: “Me encanta Lauren Bacall en esta película (…) He visto Cayo Largo montones de veces para descubrir a qué diablos se debe, pero todavía no he hallado la respuesta. Quizá sea porque, en ella, Bacall simboliza la necesidad de simplificar la existencia humana. Pero no podría jurarlo”. Ahí os pongo el trailer para que recordéis:

miércoles, 17 de noviembre de 2010

Esperanza Aguirre la defensora de los pedófilos, ahora Sostres

Madrid tiene un problema enorme, y quizá hasta España como alguien no la pare. Eso lo sabe hasta el rey. Ese problema enorme se llama Esperanza Aguirre, la presidenta golpista (nunca sabremos qué pasó con el tamayazo) está acabando con el sistema democrático en la región en beneficio de sus amiguetes, familiares y clanes y mafias. Su hoja de ruta pasa por defender pederastras. Aquí la podemos escuchar.


Pero a estas alturas esto es casi anécdota, que mientras la mayor sinvergüenza que ha dado la política acaba de un plumazo con el Consejo de la Juventud de Madrid, el Consejo de la Mujer, el Observatorio de la violencia de Género…, mientras, ampara ayuda, corre en auxilio de ese neofascismo pederastra, sexualmente obsesivo, machista hasta el límite, asqueroso, repugnante, repulsivo, vomitivo como Neira, como Sánchez Dragó o como Salvador Sostres, protagonista hoy en Telemadrid. Pincha aquí para ver lo del plató de Telemadrid, la cadena televisiva dirigida por Esperanza Aguirre con mano de hierro. (En la foto de al lado con Manuel Soriano, otro asqueroso de la banda de Espe-Telemadrid ¿os acordáis?)

Mi amiga Pilar me contaba lo que había pasado. Yo no daba crédito, luego lo he visto y me he quedado perplejo, sólo perplejo, que uno ya no se escandaliza de nada en esta región gobernada por el odio, la mentira, el desfalco, el espionaje, la xenofobia, la homofobia, la hipocresía. Aquí todo vale y nada pasa. Os recomiendo este enlace para seguir algunas correrías matritenses.

Como hombre siento vergüenza, y como padre asco, cuando no miedo, ante personajes que en vez en la cárcel o en centros psiquiátricos están gritando a los cuatro vientos las maravillas del sexo con mujeres menores, más allá de los comentarios xenófobos. Es un escándalo que en un plató repleto de niños y niñas, este personaje, apoyado por risas babosas y comentarios del "lameculos" Alfonso Ussía, haya hecho una auténtica apología de la pedofilia y no sólo no pase nada, sino que Esperanza Aguirre, públicamente, le defienda. Defienda la falsa moral de la conversación privada (esta conversación no era privada que era en un plató de televisión y estaban escuchando menores).

Conocemos la falsa moral de las religiones y en concreto de la Iglesia Católica, que abusa y viola a menores; conocemos cómo las clases adineradas siempre han podido, por ejemplo, abortar mientras ponen el grito en el cielo contra el aborto; pero lo que está ocurriendo en Madrid empieza a no tener calificativo. Ese machismo ultra también tiene que ver con ese neofascismo que encabeza Aguirre y que quieren comparar con el Tea Party norteamericano. Ese movimiento ultraconservador incluye el machismo, la vuelta al patriarcado atroz; y lo más llamativo es que Esperanza Aguirre se ha convertido en un tipo repulsivo, que cuando se dé cuenta de que es mujer (su cobardía es manifiestamente masculina), será tarde. Seguro.

Releo estas líneas y me veo indignado. Pero no pasa nada si Dragó al alardear de sus experiencias con menores “hace literatura” según defiende Aguirre, así pues yo hago más literatura, si cabe, al asegurar que Aguirre es la punta del iceberg de una gran organización mafiosa donde dinero, persecuciones y obsesiones sexuales confluyen con la bendición de la Iglesia católica de Rouco Varela a la cabeza.

Os pongo este magnífico video que me ha enviado mi ciberamigo Juan, un vasco de Madrid que ahora es gallego. Demuestra que no hacen falta voces machirulas. Es música que llega al corazón:

jueves, 11 de noviembre de 2010

La tele a las cinco de la tarde

Mi amiga Toñi es muy pesada, con razón, sobre la indefensión de la infancia frente al televisor, frente a internet, frente al cine. No en vano participa en el OCTA (Observatorio de Contenidos Audiovisuales) y me ha pasado este video que hay que ver y escuchar con los altavoces encendidos. Es una especie de popurrí de lo que se puede ver en horario de superprotección infantil.

Estos son los valores que están inculcando en los cerebros de los más pequeños. A la hora de la merienda, después del cole. Sin ningún pudor:


martes, 9 de noviembre de 2010

Apellidos y patriarcado


No creo que tenga nada que ver con el reciente ascenso de Rubalcaba y la voladura del Ministerio de Igualdad, pero hay que ver la que se ha liado con la ocurrencia de ordenar los apellidos de la descendencia por orden alfabético si no hay acuerdo entre el padre y la madre sobre cuál debe ir antes (de los apellidos, digo).

Medios de comunicación, barras de bares y centros de trabajo han caído en la telaraña de este surrealista debate, y es que la cosa va directamente a las emociones: que si padres, que si madres, que si abuelos y abuelas, que si la sangre de mi sangre. Claro, la crisis queda relegada ante un debate en el que entran en juego los suegros, las suegras, hermanos y hermanas, cuñados, cuñadas…: la familia, sacrosanta institución.

Y a mí, ante este asunto me surge el ramalazo libertario. Vamos que si hubiera una libertad organizada, autoorganizada, no harían falta apellidos. Como no podía ser de otra manera (evoco a mi sita Esperanza, la profa que tuve de latín), los apellidos se los inventaron los romanos; ¿Para qué? Pues para tener controlados a todos los “ciudadanos romanos” y que pagaran los impuestos, que Hacienda somos todos, o casi todos, desde el Imperio Romano.

El nombre de los ciudadanos romanos estaba compuesto por tres términos: “praenomen” (equiparable a nuestro nombre propio); “nomen” (equivalente al primer apellido); y “cognomen” (que no tiene nada que ver con el segundo apellido, sino con otro más restringido). A veces, se aportaba un cuarto término , que venía a ser como un mote.

Dicho esto, nadie puede negar que la organización de la civilización romana era patriarcal hasta la médula. Vamos, que Marlon Brando en El padrino, era un santo al lado del pater familias del imperio romano, base de la organización romana. Bueno, en las pelis de El padrino se alaba la organización del imperio romano, que “la familia es la familia”.

La cuestión es que en el trajín que nos traemos con la disposición de los apellidos, nos quieren liar con la cosa feminista del “apellido materno”. Pero no. Las mujeres no tienen apellidos desde que la civilización occidental existe. El segundo apellido es el apellido de otro hombre, el del padre de la madre. Y sería interesante que las mujeres se dieran cuenta de que defender el apellido de sus padres tiene de feminismo una simple apariencia.

Mientras las mujeres sigan siendo asesinadas, maltratadas por el mero hecho de ser mujeres; mientras retrocedamos haciendo desaparecer ministerios para mujeres (independientemente de la capacidad de las ministras); mientras el poder (económico, político, cultural…) continúe en manos de los hombres; mientras las mujeres sigan desaparecidas en los medios de comunicación…, no progresaremos. El orden de los apellidos surgidos de una sociedad patriarcal no veo yo que sea el debate, no. Tampoco creo que cuando un Gobierno tiene ideas absurdas y genera debates absurdos no sea por algún motivo.

Eso sí, el asunto de los apellidos en nuestro país tiene un interés. Es curioso ver señores españññññolísimos con apellidos extranjeros; señores supervaskkkkkos con apellidos castellanos; señores super católicos en plan Cruzadas, con apellidos árabes; señores anti judíos con apellidos judíos. Lo divertido de España es que a nuestro pesar tenemos la sangre, y los apellidos mezcladísimos, independientemente del orden.

Lo de los hijos que no son de sus padres, sino del del butano, a pesar de los apellidos, ya es otra historia. Muy frecuente, pero otra historia. ¿O no?

jueves, 4 de noviembre de 2010

Avenue Q en Lavapies

Están en el madrileño Nuevo Apolo, o sea que dentro de un contexto geográfico: Allá donde ya huele a Lavapies. Uno, que no es mucho de musicales con este se lo pasó muy bien. Claro, es irreverente, golfo, incorrecto, algo canalla…, calificativos que se adaptan a los temas que van saliendo: racismo, sexo, homosexualidad, sexo, drogas, porno en Internet, solidaridad, sexo, hipocresía, sexo, incluso creo que al final menciona alguien a ZP. No sé si a modo de morcilla o siguiendo el guión. Aunque creo que ya no existen morcillas en la escena.

Las tablas son compartidas por actores y muñecos. Bueno, no muñecos cualquiera, muñecos manipulados por esos actores que mayoritariamente son trasuntos de nuestro viejo Barrio Sésamo. Avenue Q es una especie de Barrio Sésamo. A mí, la verdad, lo de Barrrio Sésamo me pilló un poco mayor como para engancharme, pero lo vi, alguno vi.

Y en Avenue Q nos encontramos con unos Epi y Blas de mayores: Nicky y Rod. Por fin, descubrimos algo que siempre sospechamos de esta curiosa pareja…; el Monstruo de las Galletas, se llama aquí Trekkie, y también descubrimos su parte oculta. Su máxima no está falta de razón: “a pesar de la crisis, la única inversión estable es la pornografía”.

El musical, que no cuenta con grandes despliegues (o sea trescientos bailarines en escena, artificios de luz y sonidó, etcétera) si conecta con un público de 40 años para abajo. Eso sí, hasta los 13, que hay “desnudos completos de marionetas” y escenas de sexo entre muñecos. El leit motiv bien puede ser la pereza que da hacerse mayor y tener que vivir, o mejor sobrevivir en este mundo en que una licenciatura no sirve para nada; en que los sueños son complicados de alcanzar. Y, como no podía ser de otra manera, el amor y los problemas que éste genera también están muy presentes.

Avenue Q fue estrenado en 2003 en Broadway ya ha recorrido las grandes capitales del mundo, que lo han visto cinco millones de espectadores. Además ha cosechado tres premios Tony. Vamos que para tener ese punto irreverente, la cosa no va mal. Os dejo el video de uno de los números del principio, lleno de humor y autoestima por los suelos. Y me voy a lo mío. Que como dice el monstruo esto del Internet está pa lo que está.

martes, 2 de noviembre de 2010

Al Pico Tres Provincias (o Cebollera Vieja) con Peñas Arriba

Hace ya doce años, unos amigos de Comfia-CCOO de Madrid, decidieron poner en marcha (nunca mejor dicho) un grupo de senderismo. Espoleados por Gregorio de la Fuente Martínez, la idea fue ejecutada por Ángel Arroyo Moyano y hoy, esa idea no sólo sigue viva, sino que crece imparable. Cada mes este grupo organiza una salida a la montaña a la que se puede apuntar cualquier amante de las caminatas al aire libre. Me armé de valor y allí que fui hace unos fines de semana, la realizada al Pico Tres Provincias, a 2.129 metros, donde confluyen las provincias de Madrid, Guadalajara y Segovia.

En la actualidad, el alma, el agitador del grupo de senderismo, es Pedro de la Cruz y los cuatro compañeros que conforman el "núcleo duro" que se lo curra para que cada mes esté todo a punto, para que se puedan llevar a cabo las salidas serranas son Ángel Arroyo, Julio García, Justo Tabares y Ramón Fernández.

Cuando un sábado suena el despertador a horas extremadamente tempranas, lo primero que una persona medianamente normal se pregunta es "¿pero por qué me habré apuntado yo a esto?" Pero rápidamente estos interrogantes se disipan.

Un gran ambiente en el autocar (magistralmente conducido por David o Nacho), la parada para el café con churros y la compra de pan para el bocadillo del almuerzo, hacen que el cuerpo llegue perfectamente despejado para iniciar la marcha.

El grupo es variopinto. Ana es una jienense "de Jaén capital", trabajadora de Unicaja que anda toda la semana recorriendo España negociando sobre las cajas. Se conoce Madrid mejor que la mayoría de los madrileños y, para ella, estas escapadas "son un alivio para respirar y desconectar". Ya ha hecho varias salidas y se sabe todos los truquillos. Gracias a ella y, concretamente, gracias a uno de sus bastones pude descender sin mayores problemas por los riscos de la sierra.






Pero la caminata está muy controlada. Más allá de que en el precio está incluido el pago de un seguro, el "núcleo duro" anda estratégicamente dispuesto por vanguardia y retaguardia por si hay algún parón y evitar la dispersión del grupo.

También en la descripción de la salida se especifica el grado de dificultad de la marcha para que cada cual tenga clara si su condición física permite realizarla sin problemas, porque como insiste Pedro de la Cruz, "la montaña es para disfrutarla, no es para sufrir".

Eso sí, es envidiable ver como personas de cincuenta y más, suben, suben, suben como si tuvieran un turbo en las pantorillas. Y luego bajan, bajan, bajan echando el freno con toda la fuerza del cuerpo.





En resumen, aquella noche dormí como un auténtico ceporro. (Estos de aquí abajo son parte del grupo que llegó hasta arriba).

Y si alguien quiere hacer esta excursión...

Comenzamos nuestra andadura en el Puerto de Somosierra a 1.445m, frente a la ermita de Nuestra Señora de la Soledad, para dirigirnos hacia el Pico Tres Provincias. Pronto pasamos por unos depósitos de agua y algún que otro rebaño de vacas, por el camino tuvimos que sortear alguna que otra “sorpresa” para que no nos pesen mucho las botas.

El camino es de continuo ascenso, pista forestal y sendero, la subida es mas o menos tendida, después de llevar unas 2 horas andando tendremos un fuerte repecho que pasaremos en unos 30 minutos, luego se suaviza nuevamente la ascensión hasta alcanzar el vértice geodésico 2.129 metros, límite administrativo de Madrid, Segovia y Guadalajara, desde donde habríamos podido contemplar una amplia panorámica si no hubiera habido niebla. En llegar a la cima empleamos unas 3 horas.

Luego descendimos por un empinado corta-fuegos hasta alcanzar un bosquecillo de pino joven donde paramos a reponer fuerzas y descansar.

Y continuamos el descenso, llegamos a la Cascada o Chorrera de los Litueros, nacimiento del Rio Duratón que entregará sus aguas al Rio Duero en Peñafiel. Esta cascada, la de mayor altura de Madrid, aproximadamente 90 metros, es digna de verse por espectacularidad en la época de deshielo por el caudal de agua que se despeña.

De ahí, nuevamente al Puerto de Somosierra después de unas 5 horas netas de marcha.

¡Ah! Esta de aquí abajo es Ana. Su bastón fue mi báculo para descender. Evidentemente, la foto no hace justicia:

lunes, 1 de noviembre de 2010

El trapero

Cada año, cuando se acercaba lo que ahora vienen en denominar Halloween, tomaba su antología de Mariano José de Larra y releía, como si de una oración se tratara, ese magnífico artículo: Día de difuntos de 1838. Fígaro en el cementerio. Releía la melancolía del protagonista, a quien como a sus antecesores del 98, le dolía España. Y releía su visita al camposanto, repleta de ironía: "¿Qué es esto? ¡La cárcel! Aquí reposa la libertad del pensamiento. ¡Dios mío, en España, en el país más educado para instituciones libre! Con todo, me acordé de aquel célebre epitafio y añadí, involuntariamente: Aquí el pensamiento reposa / en la vida hizo otra cosa." (…)

Llegó a conocer redacciones cuya música era el teclear de las máquinas de escribir, a ritmo con el escupir de teletipos y el gritar de los teléfonos; redacciones con olor a humo, adrenalina y regüeldo a carajillo; folios pautados, papel carbón; tipómetros, cíceros y pantonarios; ilustraciones a plumilla y fotos de papel.

Llegó a conocer un tiempo en que se escribía línea a línea y entrelíneas. Un tiempo en que se sabía dónde estaba cada quien. Un tiempo en que el periodismo era un oficio cercano al de los tipógrafos y el rugir de las rotativas salpicando tinta y escupiendo páginas.

"Algo se ha mejorado, que la tecnología ha permitido que las mayúsculas tengan tildes, que en aquellas cajas de plomo, no cabían", se decía convencido.

La tecnología… Las redacciones dejaron de tener la música del teclear de las máquinas de escribir. Eso fue el principio. El tiempo empezó a volar y, de repente se vio empujado por un ejército de becarios y becarias que agotaban las comillas de sus teclados copiando y pegando declaraciones. Ya no valía preguntar, de hecho, las ruedas de prensa se hacían ¡sin permitir preguntas!

La objetividad se convirtió en sinónimo de memez al tiempo que los medios de comunicación se convertían, sin ningún pudor, en órganos, en voceros indecorosos de intereses económicos y reaccionarios. Lou Grant fue sólo un personaje de serie.

Se abrió un blog. Llegó a mantener relación en redes sociales con personas que hablaban con faltas de ortografía, pero que hacían fotos, videos, copiaban textos y que estaban en la cresta de la ola. Y se hizo trapero. Una furgoneta y un altavoz: "¡Eeeeeel tapicero!" Encontró la felicidad.
"¿Qué habría hecho Larra?", se preguntaba. La respuesta estaba escrita: Se habría metido un tiro.