Blog de Alfonso Roldán Panadero

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En las fronteras hay vida y tuve la suerte de nacer en la frontera que une el verano y el otoño, un 22 de septiembre, casi 23 de un cercano 1965. En la infancia me planteé ser torero, bombero (no bombero torero), futbolista (porque implicaba hacer muchas carreras), cura (porque se dedicaban a vagar por la vida y no sabía lo de la castidad...) Luego, me planteé ser detective privado, pero en realidad lo que me gustaba era ser actor. Por todo ello, acabé haciéndome periodista. Y ahí ando, juntando palabras. Eso sí, perplejo por la evolución o involución de esta profesión. Alfonso Mauricio Roldán Panadero

viernes, 21 de octubre de 2016

Genovés: “Si pudiera explicarlo todo con palabras, no sería pintor”

Genovés fotografiado por @frlorente.
Nos citamos antes del verano, en el estudio de su casa. Un lugar de trabajo perfectamente ordenado, con cuadros por terminar, que se expondrán en otoño en la prestigiosa galería neoyorkina Marlborugh, su galería desde 1966.

P. Tu vida, tu obra están marcadas por la Guerra Civil y el miedo…
R. Cuando empezó la guerra tenía seis años, cuando acabó tenía nueve. Recuerdo que a mis padres les preguntaba: “¿cuándo no hay guerra la gente va al cine?” Yo no me imaginaba la vida sin guerra, porque tres años en la memoria de un chaval es todo un mundo. Yo nací con ese miedo. Dicen que los niños no se enteran de nada… ¡No poco! El miedo que había entonces era de aúpa y me acuerdo muy bien de aquel miedo. Como cuando bombardearon todo alrededor de mi casa porque vivía junto a la Estación del Norte en Valencia.

P. En alguna ocasión has comentado que hay asuntos que no se pueden expresar con palabras
R. Si pudiera expresarlo todo con palabras no sería pintor. Mi pintura es un leguaje mudo, que dice cosas que no se pueden decir con la literatura. Para mí, la pintura es el arte más libre para quien la contempla. En el cine, la literatura o la música, el espectador es el dueño. En la pintura puedes ver lo que hay y lo que no hay. La pintura es el único arte en que manda el espectador.

P. Con esto que dices, ¿qué opinas de los críticos?
R. Los críticos cambian la pintura por la literatura y eso es algo bastante absurdo. Si todavía fueran poetas…, podrían comentar la pintura con poesía, que puede tener sentido, pero escribir sobre lo que le parece una pintura, siempre me ha parecido una tontería. La labor de un crítico debería enseñar a ver la pintura, pero les molesta entrar en el modelo didáctico. En el fondo un crítico siempre quiere estar por encima del pintor. Es absurdo.

P. Hablas de poetas… Neruda se consideraba un panadero, un trabajador, un obrero de la poesía… ¿te considera un obrero de la pintura?
R. Claro que sí. Con 86 años trabajo 8 horas al día. Esa es mi suerte. Trabajo en lo que me gusta y todos los días descubro cosas nuevas porque en la pintura se está aprendiendo siempre.

P. Eres un pintor contemporáneo muy relevante. Tu galería es Marlbourgh y ya en los años sesenta podrías haber optado por quedarte a vivir en Nueva York, sin embargo decides volver a Madrid…
R. Cuando hice mi primera exposición en Nueva York me propusieron quedarme. Pero aquí estábamos en plena resistencia y no podía abandonar a mis compañeros y de exponer en la mejor galería de Nueva York pasé a pintar en las chabolas, haciendo murales y huyendo de los grises.

P. ¿Cómo los grafiteros?
R. No. Yo veo el grafiti como una cosa de señoritos. A mí lo que me gustaría es que se pusiera de moda el pensar. Estamos en una época en la que parece que se está poniendo de moda el no pensar. Yo si pinto es para que la gente que se ponga delante de un cuadro tenga la ocasión de pensar, y quizá le vengan a la cabeza cosas que no hubiese imaginado. Estoy esperando que se ponga de moda el pensar, quizá estaríamos todos mejor si nos dedicáramos a pensar.

P. ¿Pero no eres optimista?
R. Soy optimista y un poco ingenuo porque en este país todo el mundo es muy listo, ¿no? Muchas personas dicen “qué listo es ese tío!” refiriéndose a timadores o tiparracos. Luego están los listos que hablan de lo que no saben. Ya lo dijo Machado: “Si todos los españoles, de pronto, hablaran de lo que verdaderamente saben, habría un silencio absoluto en España. Aquí todo el mundo habla y todo el mundo es muy listo y yo soy muy ingenuo. Y estoy orgulloso de ello.

P. Antes hablabas del miedo infantil de la guerra, pero luego volvió el miedo adulto al franquismo.
R. En mis cuadros he intentado crear el espacio del miedo. Mis multitudes… Yo nunca he pintado un mogollón de gente junta. Pinto a cada persona porque creo cada persona hacemos una multitud. Nunca hay dos figuras iguales.

P. Tus multitudes y espacios parecen crear un mundo de inquietante silencio, un silencio atronador.
R. A veces estoy pintando y hasta que no oigo la voz de la multitud no estoy contento. Hay un momento en que estoy metido y necesito oír, imaginarme un sonido y en ese momento pienso: “esto va bien”.

Durante la charla pillado por Francisco Naranjo.
P. ¿Lo del compromiso político te viene de familia?
R. Mi padre, por miedo, siempre mantuvo silencio y me decía que no me significara. Hasta los cuarenta años no supe que mi abuelo fue sindicalista, fundador de UGT en Valencia. Incluso Pablo Iglesias, el de verdad, dormía en su casa, en lo que era el barrio obrero. Cuando me metí en política mi padre me llamaba loco por comunista. Yo le decía que soy demasiado anarquista para ser comunista y demasiado anarquista para ser comunista. Es una frase que siempre me ha gustado.

P. Cuando te detienen, Franco había muerto. Pero el franquismo pervivía…
R. Si me apura, la situación era más peligrosa porque no sabíamos qué iba a suceder.
P. Algunos sectores ponen en entredicho aquel tiempo de transición. ¿Cuál es tu opinión?
R. Hay gente pá tó. A mí me ha dicho un pintor muy joven que con Ana Botella era peor “que cuando vosotros…” Tuve que decirle, “para tío”. Hasta ahí podíamos llegar. Recuerdo un día que no estaba yo en casa y la policía fue a buscarme y terminaron encañonando a mi hijo que tenía 14 años porque no les abría la puerta.

El Abrazo

P. ¿Cómo se gestó ese símbolo de la Transición que es El Abrazo?
R. En este mismo estudio de mi casa se reunió la Junta Democrática. Hacíamos muchas reuniones clandestinas porque hay dos puertas… La Junta decidió hacer urgentemente un cartel para pedir la amnistía de los presos políticos, y ya que estaban en mi estudio… Claro. Lo querían para el día siguiente y eso era imposible, así que elegimos uno que estaba hecho. Fue José Sandoval quien primero lo vio y, efectivamente “lo tuvimos para mañana” gracias a una organización impresionante.

P. Fue el causante del tu detención…

R. La policía intentó humillarme. Cuando me llevaron a la DGS, me bajaron en la calle Preciados para que recorriera esposado toda la Puerta del Sol flanqueado por dos guardias. Lo divertido de la historia es que un policía me confundió con el pintor del siglo XVI Veronés.