Blog de Alfonso Roldán Panadero

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En las fronteras hay vida y tuve la suerte de nacer en la frontera que une el verano y el otoño, un 22 de septiembre, casi 23 de un cercano 1965. En la infancia me planteé ser torero, bombero (no bombero torero), futbolista (porque implicaba hacer muchas carreras), cura (porque se dedicaban a vagar por la vida y no sabía lo de la castidad...) Luego, me planteé ser detective privado, pero en realidad lo que me gustaba era ser actor. Por todo ello, acabé haciéndome periodista. Y ahí ando, juntando palabras. Eso sí, perplejo por la evolución o involución de esta profesión. Alfonso Mauricio Roldán Panadero

martes, 23 de marzo de 2010

El concierto (Le concert), el verdadero comunismo y la armonía

Después de los lloros con Pájaros de papel pensé que una comedia era lo mejor para reponer ánimo y olvidar con optimismo la reforma casera que nos aborda, o mejor, nos desborda.

El concierto, (Le concert) fue la película elegida, pero los quince minutos finales hicieron que los kleenex volvieran a acabarse, que la música de Tchaicovsky lo envolvía todo. La cinta es una coproducción francesa, italiana, rumana y belga. Es una comedia de enredo, basada en un caso real sufrido por un ciudadano ruso.

En la peli, Andrei Filipov era el mejor director de orquesta de la Unión Soviética, en el Bolshoi , bajo el gobierno de Leonidas Breznev. Pero es destituido y humillado junto a toda la orquesta por permitir la participación de músicos judíos. Destitución que realiza directamente un tipo, “el mejor manager de la URSS”, un nostálgico que vive anclado en los tiempos anteriores a la perestroika dando mítines en la Plaza Roja ante figurantes.

Filipov, treinta años después, es el encargado de la limpieza en el Bolshoi, y por medio de una treta, logra reunir a todos sus viejos músicos. Haciéndose pasar por el verdadero Bolshoi se presentan en Paris para ofrecer un concierto en el teatro de Chatelet.

Y si en El concierto se critica aquellos tiempos de dictadura comunista también hay una dura crítica a lo que ha venido después, a esas mafias rusas, a esos poderosos multimillonarios horteras y caprichosos que chantajean al mundo con el poder que supone ser propietarios de recursos naturales imprescindibles, como el gas o el petróleo.

Los viejos músicos tampoco viven la libertad en la Rusia actual. Su llegada a París podría asemejarse a una petición de asilo en otros tiempos.

Andrei Filipov, en un momento de fuerza emocional le explica al nostálgico soviético, en París, lo que es el “verdadero comunismo”, en el que las relaciones individuales y la colectividad se aúnan. El verdadero comunismo es una orquesta a la que cada individuo llega con su instrumento. Todos, el colectivo, pueden lograr la armonía perfecta, una utopía que se alcanza al final de la película.

La comedia se pierde a ratos con otras pretensiones por lo que termina siendo un producto un tanto descabalado que, eso sí, en mi opinión merece ser visto aunque sólo sea por sus quince minutos finales.

Aquí os pongo el trailer:

3 comentarios :

  1. Hola Alfonso;

    Interesante película. Espero poder verla ahora que tengo algo de resuello después de una temporada de intenso trabajo.

    Te he ido siguiendo (más o menos) y ahora ya, incluso con tiempo para dejarte algún comentario ;-)

    La mayoría hemos tocado en varias "orquestas", el conjunto és armónico y resulta agradable, pero... los violinistas siempre serán unos pijos, al igual que el que toca el piano. Los de percusión, aunque parezca todo lo contrario... son los que menos dan golpe, y en todas... absolutamente todas las orquestas, los hay que van, pero hacen ver que tocan. No olvidemos que en ocasiones hay solistas que destacan, y que además, siempre... absolutamente siempre, hay un director que lleva la voz cantante.

    Saludos y un abrazo fuerte.

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  2. En eso consiste la utopía: en lograr la armonía perfecta desde distintas individualidades. En la perfecta armonía no hay voces cantantes, tan importante es el director, como el triángulo, cada uno tiene su función. Incluso el silencio es fundamental, querido kioskero.

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  3. Por ahora de las mejores de este año, es muy entretenida y divertida. Y sobretodo no hay efectos digitales pasados de rosca.

    Un saludo.

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