Nació en A Coruña, donde, con 14 años inicia su
militancia feminista en la
Asociación Galega da Muller. Esta militancia la convertirá en
una persona comprometida. Después de mucho recorrido artístico, saltó a a la
popularidad con el personaje de Ofelia en Mortadelo y Filemón. Recientemente la
hemos podido ver La voz dormida, interpretando a Zapatones y en Las chicas de
la sexta planta. En teatro, actualmente participa en la comedia Mi sobrino el
concejal, una reflexión sobre la burbuja inmobiliaria y sobre quién corrompe a
quién.
Berta Ojea, es una actriz que tiene muy claras las cosas. Siempre crítica. La foto es de Fran Lorente. |
¿Qué hace una
gallega en Madrid?, disparo. Y ella explica que la gallega no viene
directamente a Madrid. Que hahecho un recorrido bastante largo: Barcelona, París,
Viena, Friburgo, Berlín…, “siguiendo un poco la tradición de mi tierra que es
de emigrantes. Empecé a estudiar música de niña y me formé como cantante
clásica de ópera, que es a lo que me lleva ese recorrido”.
De cantante,
al mundo de la interpretación: “Estaba en París trabajando y una amiga me llevó
a ver una clase de John Strasberg [maestro de actores y actrices]. Vi aquello y
dije: yo quiero hacer esto. Yo era
joven y tenía dotes para el canto, pero siempre, en la balanza, ponía más en la
parte interpretativa que técnica, por lo que me reprendían. Aunque cantar da
una sensación increíble de libertad. Cantar pone límites muy marcados y,
paradójicamente, en esos límites es donde más libertad hay. A partir de esos
límites, echas a volar”.
De Mortadelo a la Sexta planta
- Y te
conviertes en actriz…
- Hago ese
curso con Strasberg y participo, en Francia, en la puesta en escena la obra de
Darío Fo, Aquí no paga nadie. Ese es
el principio.
- Y empiezas a
ser conocida gracias al cine, a su papel en Mortadelo y Filemón…
- Digamos que
ahí doy el salto a la popularidad. Siempre el cine y la televisión tienen ese
poder que no tiene el teatro.
Recientemente
la hemos visto en La voz dormida y en Las chicas de la sexta planta. En ambas
películas aparece como una señora muy de derechas… Se rie, “pues por algo será.
En el fondo alomejor hay algo, aunque yo creo que tiene que ver con el físico.
En La voz dormida el papel es muy pequeño…” Pero contundente, opino.
Ella está de
acuerdo: “acepté ese personaje, no por su calidad, que es muy lineal. Lo hice
porque conocía a Dulce y quería que ese proyecto se hiciese. Además me hacía
ilusión trabajar con Benito Zambrano. Ahí trabajamos todos con el mismo
corazón. A pesar de las críticas, en este país no se ha hablado tanto de la
guerra y la posguerra, lo que ocurre es que este país se ha convertido en un
logar muy inhóspito”.
-¿Por qué?
- No es casual
a dónde hemos llegado. Estamos en un momento en que la mediocridad ha sido
premiada en exceso y donde la excelencia, el trabajo, el buen hacer ha pasado a
ser como una cosa de viejecitos.
Sobre Las chicas de la sexta planta… ¿Crees
que es la muestra de que en Francia están interesados por la actrices
españolas? Berta piensa que “estando tan cerca, es un país con el que trabajamos
de espaldas. Esta película ha sido una experiencia gozosa y extraordinaria por
las compañeras y por el hecho de trabajar en una sociedad y un país que premia
a su cine y lo protege. Envidio mucho a Francia, porque allí la cultura es un
derecho y un valor del ciudadano. Allí la cultura es un bien, seas de derechas
o de izquierdas. Es un bien del Estado, de la ciudadanía”.
Tiempo perdido
- ¿Al revés
que aquí?
- Aquí, con la
llegada de Zapatero hubo grandes esperanzas, pero no se hizo nada. Fueron ocho
años en los que se podía haber hecho una transformación muy fuerte, pero no se
hizo nada. Aquí nunca ha habido voluntad de crear una política cultural. Los
ministros han sido meros gestores culturales que no han convertido a los
ciudadanos en cómplices de esa cultura. El PSOE no hizo una ley del cine ni de
la propiedad intelectual y se dejó que el problema lo enquistasen los medios de
comunicación de la derecha, enfrentando el problema de las descargas con los
ciudadanos, con ese discurso tan falso y tan terrible de la cultura gratis.
Sin duda, los
recortes en Cultura por parte del Gobierno de Rajoy son incalificables. Ojea la
considera algo fundamental: “De la cultura dependen casi un millón de puestos
de trabajo directos e indirectos. La cultura, además, tiene un valor
intangible. Es una pata fundamental para que un país camine, sin embargo aquí
se sigue fomentado y tolerando la burbuja inmobiliaria. Sólo hay que ver el
desmadre de los ayuntamiento, construyendo grandes espacios que nunca se iban a
usar. La cultura no es hacer grandes contenedores sin proteger el contenido”.
La excusa de la crisis
- Las últimas
medidas no ayudan mucho tampoco…
- Ahora llegan estos señores e imponen el IVA
más caro de Europa, mientras en Francia llega Holland y lo rebaja al cuatro por
ciento porque entiende que es un bien ciudadano, no un artículo de lujo.
- ¿Y qué opinas
de el siempre recurrente asunto de las subvenciones?
- El aceite de
oliva está más subvencionado que el cine o el teatro porque hay una cosa que se
llama Organización Mundial del Comercio donde se generan políticas para que
determinados productos sean protegidos y no desaparezcan. Si el aceite de oliva
no estuviese subvencionado y protegido estaríamos tomando aceite de cacahuete.
Con la cultura pasa igual, si no la subvencionas y proteges, desaparece.
- ¿Es una excusa la crisis?
- Hay una voluntad política de acabar con el estado
del bienestar. Están aprovechando la crisis para imponer su ideología.
- Y se
desprestigia la política…
- Me preocupa mucho el desprestigio de la
política y los sindicatos. Cuando se dice que todos los políticos son malos,
parece que el problema económico que tenemos es por el sueldo de los políticos,
y eso es falso. Eso es una necedad. ¿Qué ocurre cuando caemos en eso de que
todos los políticos son iguales?, pues que no se juzga a ninguno y estamos
olvidando a los que han robado en casos como Gürtel. Se pone el foco en el
sueldo de los políticos y en que tiene que desaparecer el Senado, cuando habría
que intervenir en esos corruptos que tienen nombre y apellidos. A esos hay que
gritarles en las manifestaciones. Esta crisis la creado el sistema financiero,
que la resuelva el sistema, yo no voy a dedicar mi vida a salvar Bankia.
Volvemos a la
subida del IVA que no afectará al teatro público… “El teatro público actual es
un modelo viejo y acartonado. Cualquier modelo europeo, en lo que se basa es en
el apoyo a la nueva dramaturgia y a los grandes textos. Es un teatro de gran
calidad con los mejores profesionales. Hace mucho que eso no ocurre en el
teatro público español, porque es el feudo de unos señores que llegan
dependiendo del Gobierno de turno. El
teatro público, en este sentido, no puede ser una competencia desleal para la
industria”.
- Hemos abierto un paréntesis con Las chicas de
la sexta planta… ¿Es cine feminista?
- A mí ese
grupo de mujeres me parecen auténticas heroínas en las que se da una
solidaridad muy de mujeres. Son muy diferentes, llenas de miedos, pero son
seres humanos a quienes se les derriten los estereotipos. A los fantasmas no
hay más que ponerles un poco de luz para que se destruyan.
-¿Esa
solidaridad se ha perdido entre la clase trabajadora?
- Creo que se
ha perdido el concepto de clase. A día de hoy creo más en la ciudadanía. Ahora,
pienso que en estos momentos, sin los sindicatos no podemos tirar. Los
necesitamos hoy más que nunca.
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