Natalia sonríe y sonríe en una foto de Fran Lorente |
Es bilbaína “del mismo Bilbao”. Su padre también es del Botxo y su madre es sevillana. Ella,
desde hace ya más de dos lustros, se vino a vivir a “medio camino”, a Madrid, a
buscarse la vida como actriz después de haberse formado en el Centro de Artes
Escénicas Juan de Antxieta y, ya en el foro, en el Taller de Creación Teatral
de Mar Navarro y Andrés Hernández. Además, por esas cosas que tienen los padres
quizá más que las madres, es licenciada en Historia por la Universidad de Deusto.
Aunque forzada a ello, ahora reconoce que le vino bien para ese buscarse la
vida…
Lleva ya un año con el papel de
Areusa, una de las prostitutas de La Celestina ,
que ahora viene a Madrid versionada por Eduardo Galán, pero es largo y variopinto el listado de personajes
que has interpretado. Muy encasillada no estás, que has participado en la
televisión vasca en ¡Vaya Semanita!, has
sido terrorista con La Fura
dels Baus y… el muñeco Lucho con los Lunnis…
Natalia que sonríe y sonríe, ¡y cómo sonríe!, reconoce que estuvo encantada de hacer de Lucho durante más de un año: “Me
supuso un periodo de bastante estabilidad económica y nunca he vuelto a actuar
delante de esas masas de público, pero…, ¡iba debajo de un muñeco! Es la
paradoja, cuanta más estabilidad económica ofrece un trabajo, menos calidad
artística posee”.
Y…, ¿qué hace una bilbaína que
empieza a ser actriz en Madrid? La
Erice vino con 20 años y mientras continuaba su formación, hizo
infinidad de trabajos: azafata, animadora, cuentacuentos, profesora de alemán,
actividades culturales para la infancia y tercera edad… Lo más fijo que hizo
fue dar clase en el Colegio Hispano-Alemán. Luego, gracias a la licenciatura
comenzó a colaborar en medios de comunicación escribiendo sobre teatro. Y cada
semana podemos leer sus críticas en On Madrid,
la revista de fin de semana de El País.
En su faceta como periodista,
asegura no considerarse crítica: “Soy
una periodista teatral que, a veces, opina. Mi objetivo como periodista de
teatro es animar a que la gente vea más teatro, a que aumente el público, que
el teatro resulte interesante por encima de la supremacía de la supremacía de
la música y el cine. El teatro ofrece idealismo, una experiencia única,
artesanal realizada por los artistas. Los artistas vivimos en el riesgo. El
teatro enseña muchísimo; es intangible y ofrece respuestas. Muestra las
pasiones y sentimientos más humanos; nos muestra cómo vivimos: la fragilidad,
la inseguridad, crisis existenciales, momentos de plenitud, capacidad de
superación…, todo ello está en el teatro”, y remacha esta parrafada tan bonita
citando al maestro El Brujo, “el
teatro es una nada, pero que hermosa nada”.
Claro, cada vez que veo a alguien
del artisteo le meto las gomas con la
subida rajoniana del IVA… Y Natalia
se pone muy filósofa: “Al rendimiento del espíritu no se le debería aplicar el
IVA. Son muchísimas las personas que viven de este sector, que da mucho empleo
y en el que hay empresarios muy serios que se van a ver muy afectados. Las
salas alternativas ya empiezan a cerrar. Yo me siento indignada porque se
considera la cultura un entretenimiento y eso es una falta de respeto y de
conocimiento. Están confundiendo musicales con teatro, y eso lleva a una
marginación muy desacertada”.
Vocación de adolescencia
A nuestra Areusa particular se la
ve enamorada del teatro. Siempre me causa gran curiosidad de dónde vienen las
vocaciones. Ya sea de actores, actrices, momjas, curas, médicos, periodistas…
Tras un cierto silencio para
pensar, parece que da con la respuesta: “mi vocación desde el cole era transmitir.
Recuerdo que con unos 15 años tuve que hacer una lectura de La leyenda del monte de las ánimas, de
Bécquer. Me la aprendí de memoria, desdoblé los personajes y conseguí el
objetivo: captar la atención. Me gustó mucho la sensación”. O sea que el placer
está en dar un poquito la nota, entiendo desde la ignorancia.
Natalia, ya he dicho, ha tocado
multitud de géneros. Ahora, como espectadora le gusta la comedia, “aunque es
muy complicada hacerla. Requiere de un buen guión y una buena dirección, me
encanta el humor y cuando lo he hecho me he sentido privilegiada, pero…”, ahora
es cuando me vuelve loco, asegura que lo que le atrae “especialmente”, es la
tragedia. “La tragedia posee unas conexiones mágicas que te permite entrar en
conexiones catárticas. Con la tragedia se pueden tocar sentimientos universales
de una manera profunda. Me gusta la tragedia, desde Grecia, hasta Lorca. Soy una
enamorada de Yerma”, explica.
Y ahora, nada más y nada menos,
que junto a Gemma Cuervo en La Celestina … “Estoy
muy contenta de hacer esta versión limpia y ágil. Creo que es una tragicomedia
muy actual: todo se mueve por avaricia, dinero, lujuria. Celestina es como una conseguidora en la actualidad. Cuando se
mueven estas fuerzas, se crea un oscurantismo de la que nadie se salva. Esta
versión es original porque es clara por encima, pero oscura por debajo”.
- ¿Y Areusa, tu personaje?
- Areusa es manipuladora gracias
a su cuerpo. Odia a la clase alta, representada por Melibea. Me cae muy bien mi
personaje. Es una superviviente que la gusta el peligro y sabe moverse en el
peligro, es muy fuerte y, aunque prostituta, reivindica su independencia como
mujer. Esa vertiente feminista también la tiene Melibea, que no quiere marido.
Reivindica el placer sin matrimonio, rompe las reglas sociales.
Ahora sólo me queda acercarme al
Fernán Gómez a ver La Celestina , que está
en cartel hasta el día 28 de octubre. Ya os contaré.
Foto de Fran Lorente. Sobre Natalia Erice, puedes ver más aquí, y…, vale, quizá tengo cierta predilección por ella como puedes ver aquí. |
No hay comentarios :
Publicar un comentario