El destino, o la casualidad vaya usted a
saber, me llevó, o me buscó y me llevó a un libro de título, cuanto menos,
llamativo: Sentimientos de cristal.
Como una cosa lleva a la otra, no lo neguéis, navegué hacia la editorialresponsable de aquello, o sea, Agalir, que resultó ser una editorial solidaria
cuya página web está repleta de actividades, eventos, proyectos… Claro, ya me
piqué y terminé comprando el libro por internet, que recibí rápidamente por
correo y dedicado por su autora. Llegados a este punto, lo leí. Y como una cosa
lleva a la otra me voy a Bilbao a buscar a Agurtzane Estrada y a Iñaki
Urdangarín (sí, has leído bien), que no es el golfo, sino un tipo con huesos y
sentimientos de cristal, un "soldado raso del amor", que ha diseñado el libro en
maridaje laboral con Agurtzane.
Sentimientos
de Cristal es un libro bonito por dentro y por fuera. Además, con cada
ejemplar comprado, colaboras con 3 euros con el niño Lucas Argoitia, embajador de la osteogénesis Imperfecta (O.I.), o sea, los huesos de cristal. Esos
huesos que se rompen con nada.
Algunas
personas, cuando cogemos un libro nuevo, lo tomamos con la mano derecha y con
el dedo gordo de la izquierda escanciamos las páginas. En ese ojear, al tiempo que olemos el papel y la tinta,
recibimos las primeras impresiones. Al hacer la primera cata de Sentimientos
de cristal me encontré con un olor parecido al de los libros de EGB
nuevos, mientras que a mis ojos llegaron partituras (aportadas por Kepa Junkera), fotografías, dibujos,
verso y prosa…
Sentimientos de cristal no es otra cosa
que la osteogénesis imperfecta llevada a los sentimientos de Agurtzane, su
autora. No son textos de colores alegres. Es un libro de emociones íntimas y
soledades en los que sólo vislumbramos algo de aire en la naturaleza, en el
viento, o “con el Sol en la espalda… un paseo junto al mar”.
No
es difícil que nos encontremos en alguno de los textos porque, aunque tengamos
la costumbre de tragarnos emociones y sentimientos, están ahí. Y dentro de la
dureza, de los sufrimientos y soledades, siempre hay una salida, un empujón
para hacer lo que nos guste aunque pueda parecer un sinsentido: “No me gusta
ser sensata. / Me gusta volar / y balancearme en los sentimientos. / Me gusta
subir / y caer / y levantarme / y alzarme de nuevo / a nuevas sensaciones, / y conocer mundo / y
gentes / y soñar palacios / y jardines del Edén… / y ver realidades / y
pobrezas / y divagar / y disolverme”. (Me
gusta. pag. 106)
Dicho esto, más pronto que tarde, traeré a Agurtzane e Iñaki a esta Vida desde el
lago.
Entretanto, aquí os dejo un video de Lucas Argoitia. Y para saber más, o comprar el libro, puedes pinchar en: Editorial Agalir.
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