La imagen es de Fran Lorente. |
Cuando la respuesta a la libertad de expresión y
manifestación son los palos, los golpes, la violencia indiscriminada dictada
desde el Gobierno, es que la democracia es muy débil. España ha entrado en
barrena en derechos laborales, sociales y también civiles. Fraga ya murió, pero
esa máxima lanzada por el ministro franquista de “la calle es mía” se ha
mantenido, quizá aletargada, como el ultraderechismo que no fue juzgado tras la
muerte de Franco.
Quieren que la calle vuelva a ser suya. El centro de Madrid
ya vive en estado de sitio desde antes del verano. Quieren que la calle se
llene de miedo, de represión. Nos quieren insuflar en vena el temor a criticar,
a gritar contra los poderes. Quieren equiparar manifestaciones con terrorismo.
Quieren que la resistencia pasiva sea violencia activa. Se les cae la máscara
totalitaria.
Rajoy agradece a las gentes que no se manifiesten. Quiere
súbditos en vez de ciudadanos. Nuestra mejor arma, las palabras, la
manifestación. No nos van a domesticar. Mañana es 14 de noviembre y toca hulega general laboral y ciudadana. Como en Portugal, como en Grecia, en Italia, en Bélgica, en Malta o en Chipre. Cada vez más.
No hay comentarios :
Publicar un comentario