Violeta Medina en una fotografía de Fran Lorente. |
Es Violeta chilena de “eses” ibéricas, muy crítica con las terribles desigualdades sociales que vive su país. Profesionalmente ha llevado la prensa de películas como La vida de los peces o Violeta se fue a los cielos. Y ha trabajado con producciones chilenas, argentinas y cubanas. Alaba el cine de países emergentes como Ecuador o Bolivia, con unos costes de producción “irrisorios, pero hechas con ganas”. Y bueno, ya es madrileña de La Latina.
¿Qué
hace una poeta y periodista chilena en Madrid? Violeta vino a realizar un
doctorado sobre literatura en la Universidad Complutense. El primer día se
encontró cómoda en Madrid, muy a gusto, y quiso quedarse. Y de repente ya van
veinte años, como dice el tango. “Me quedé porque es una ciudad que me es
grata. Me gusta”.
Me
confirma Violeta algo que intuía: “Desde luego de la poesía no se vive”, al
menos…, es feliz por ello: “Me alegro de no vivir de ella. Escribo cuando tengo
necesidad, cuando son los tiempos, cuando son las vivencias. Yo no envidio nada
al novelista que le va bien porque tiene que publicar por contrato. Además yo
soy lenta y practico la vaguedad. Necesito estar blanca, sentir que los olores,
colores y formas llegan. Lo bueno es que a un poeta no le espera nadie. No hay
ninguna editorial tocándote en la puerta. Eso me da mucha libertad creativa”.
R. Y electrónicos. Este año tengo
varios libros en camino. El primero se presenta en febrero en la Feria del
Libro de Calcuta. Es un libro que me publican en bengalí. En abril presento
otro, Piel de vidrio, que irá
conectado por código QR a otro físico que va en cinco lenguas: bengali, indi,
italiano, español y árabe. Es una propuesta audiovisual, porque un libro
electrónico para mí son imágenes.
P. Evidentemente es un tanto heterodoxa
con la poesía…, además creo que opina que coger y leer un libro de poesía puede
resultar aburrido…
R. No, no, no. Lo que digo es que un
recital de poesía no tiene por qué ser una ceremonia de pompas fúnebres. No
entiendo que la poesía sea minoritaria y que sea de élites. La poesía es como
muy intelectual… ¡Y muy aburrida! Y no veo por qué. Estamos en el siglo XXI,
los chavales crecen con un iBook
debajo del brazo. Y crecen con imágenes. La metáfora es imagen. A mí me gusta
la estética visual. Me gusta mezclar a través de performance, donde nunca sabes
lo que va a ocurrir. Yo trabajo imágenes que están dentro de la palabra y los
sentidos. Trabajo con actores, músicos, vídeos. Hay una mezcla permanente
porque creo que puede ser entretenido. No hay ningún pecado, no hay ninguna ley
escrita que diga que tenemos que matar el aburrimiento para hacer buena poesía.
P. ¿Y esa relación tan estrecha con
India?
R. Fue una casualidad. Yo no soy nada
mística, más bien soy concupiscente. Conocí a Subhro Bandyopadhyay un poeta
indio que vino becado por la beca Antonio Machado y nos hicimos amigos. Yo de
India sólo conocía a Tagore, y gracias. Él conocía a todos los españoles y
latinoamericanos y…, como la igorancia tiene mucho de osadía, con la
colaboración del Ayuntamiento de Soria, que es Ciudad de la poesía, nos
embarcamos en una antología.
P. Veo que su poesía se traduce a
muchas lenguas, pero ¿no pierde la esencia un poema al ser traducido?
Con un té y conmigo, en el Café Central. |
P. En su día, hace pocos años, se
comentó sobre la existencia de una generación de poetas latinos en Madrid,
entre los que te encontrabas.
R. Sí ha habido una generación que
emigró a fines de los 90, extranjeros en general, diría yo, que aportaron mucho
a la sensibilidad cultural, pero ahora hay mucha gente que se ha ido por la
crisis. Pero…, no hablaría yo de una generación, que cada cual era hijo o hija
de su padre y de su madre.
P. ¿Volverías a cruzar el charco?
R. No. Chile es mi país pero no me
identifico con él. Culturalmente me gusta mucho lo que se hace, pero
socialmente no estoy de acuerdo en la sociedad que se ha creado. Es una
sociedad desigualitaria. Es una sociedad muy conservadora en la que sigue siendo
demasiado grande la brecha entre ricos y pobres.
“Un recital de poesía no tiene por qué ser una ceremonia de pompas fúnebres”
...Este es el ejemplo:
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