El
Golpe de estado civil que se asestó en Madrid, el conocido tamayazo, acaba de cumplir diez años. Ese torpedo a la democracia
evitó que en la Comunidad de Madrid gobernaran el PSOE e Izquierda Unida y alzó
a una derrotada Esperanza Aguirre con su ultraneoliberalismo al poder. Su
populismo, su gasto en agitación y propaganda y sus amistades peligrosas la
hicieron resucitar como un pollo sin cabeza. Aguirre y su heredero Ignacio
González convirtieron Madrid en un laboratorio ultra en el que se privatiza
hasta el aire y en el que se acabó con la participación ciudadana, es decir,
con la democracia. Aguirre acabó de un plumazo con el Consejo de la Juventud de
Madrid, con el Consejo de la Mujer…
Ya
con el PP en el Gobierno de España y con la patente de corso que le da esta
extraña crisis económica, las enseñanzas de Aguirre están siendo decretadas por
el peor Gobierno que ha tenido la joven, herida y frágil democracia española.
Con
la excusa de la crisis están acabando con la participación ciudadana, pata
fundamental de una democracia más allá del voto cada cuatro años. El pasado
jueves empezó a circular que el Gobierno cerraba el CJE (Consejo de la Juventud
de España). El Consejo de Ministros con su informe CORA para reformar la
Administración (acabar con el Estado) lo confirmó. Una escueta nota del
Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad que no está colgada en su
web intentaba quitar hierro al asunto y poner por delante de cualquier otra
consideración el “ahorro” que supone acabar con el CJE.
El
CJE nació en 1983 para desarrollar el artículo 48 de la Constitución (“Los
poderes públicos promoverán las condiciones para la participación libre y
eficaz de la juventud en el desarrollo político, social, económico y cultural”).
El Consejo de la Juventud, hasta ahora era independiente del Gobierno y
agrupaba a más de ochenta organizaciones juveniles, desde Cruz Roja hasta
Nuevas Generaciones, Juventudes Socialistas, Scouts…
Ahora
el Gobierno quiere integrarlo en el INJUVE (Instituto de la Juventud),
organismo dependiente del Gobierno, como un “órgano consultivo”. O sea, que se
acabó el ofrecer formación; se acabó la relación con jóvenes del todo el mundo;
se acabaron los observatorios de jóvenes y vivienda; se acabó apoyar lo que democrática y
mayoritariamente apoyan los jóvenes organizados: la enseñanza pública, la
sanidad pública…, Se acabaron los jóvenes organizados criticando la reforma
laboral (el CJE ha apoyado todas las huelgas generales habidas con Felipe
González, Aznar, Zapatero y Rajoy).
¿Duplicidades?
Los objetivos del CJE y del INJUVE son diferentes. Siguiendo a Ana Botella es
como mezclar peras y manzanas.
Argumenta
el Gobierno que el CJE tiene duplicidades con el INJUVE, y acto seguido asegura
que sólo cambiará el nombre, que mantendrá sus funciones y medios materiales
integrados en la cosa del Gobierno. La cosa del Gobierno, el INJUVE, tiene un
director general puesto por el Gobierno, no por las organizaciones juveniles,
cuyo uno de sus objetivos era, como buen “joven cachorro”, acabar con algo
independiente. Es bueno recordarlo.
Argumenta
el Gobierno que esto va a suponer un gran ahorro, pero acto seguido dice que
mantiene todos los medios. El “ahorro” es de 4,3 millones de euros en tres años
(1,4 millones por año), que el CJE es el organismo con menor dotación
presupuestaria. Por hacer una comparativa, a Bárcenas ya le llevan pillados 47
millones en Suiza. Con ese dinero habría CJE para treinta y tres años.
Asegura
el Gobierno que el ahorro fundamental sería de la sede, cuando la sede se paga
a la propia administración a través del Consorcio de Compensación de Seguros,
una pública del Ministerio de Economía y Competitividad.
El
CJE ha venido siendo escuela de democracia y tolerancia para la juventud
organizada. Esa juventud que el PP está echando al exilio y que terminará
echando a la calle sin organizaciones que canalicen esa sangre juvenil que
observa el mundo de las injusticias en que vive. Yo creo que ni a Nuevas
Generaciones les debe gustar ser la única organización juvenil con voz. No creo
que a Nuevas Generaciones les guste convertirse en una especie de Frente de
Juventudes.
España
vuelve a dar la nota antidemocrática y se convierte en el único país europeo
sin un Consejo de la Juventud. En Europa, desde el European Youth Forum no se
pueden creer lo que está pasando. Pues Europa…, está pasando. Esto es la marca
España de Mariano Rajoy y cía.
Bueno,es lo q se espera de un gobierno para q el futuro es un rosario y un angelus. Si la educacion es un gasto superfluo,no pretendas q la juventud pueda tener voz. Y a este paso,tampoco voto
ResponderEliminarEn 1983 me eligieron Presidente del Consejo de la Juventud de Madrid Municipio. No teníamos sueldo, no teníamos local, no teníamos nada más que ganas de dar un voz a la Juventud que entonces empezaba a "colocarse" por estos madriles. Luego tuvimos sueldos (que para eso currabamos las horas que no tenía el reloj), un local medio decente, unos carteles, unos ordenadores (de aquellos a pedales). En 1997, el Ayuntamiento de Madrid se cepilló este Consejo de Juventud y nadie dijo ni mu. Algunos entonces nos preguntamos ¿Pensarán que con esto se conforman?. Años después vino el final del Consejo de la Juventud de la Comunidad de Madrid (del que forme parte muy activa en su creación en 1987 y después) y casi nadie dijo ni mu o un mu con sordina, que para el caso es lo mismo. Y yo preguntaba ¿pensarán que con esto se conforman?. Ahora le toca al Consejo de la Juventud de España. Al que muchos creían a salvo porque se había convertido en un organo bastante institucional. Pero para el PP, bastante no es suficiente. Ellos quieren servidores, no gente que trabaja, piensa y actua según su criterio y sus ideas. Por eso cierran los Consejo de Juventud, porque más allá de sus errores, muchos, eran espacios de crítica, debate y denuncia de lo poco que le importan los jóvenes a los que mandan. Salud CJE.
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