Fotografía de Fran Lorente @frlorente de una de las movilizaciones de la plantilla. |
Casbega Coca-Cola ha empezado a enviar en el día de hoy cartas de
despido a los trabajadores de la fábrica de Fuenlabrada, ejecutando así el ERE
que fue rechazado en la mesa de negociación por todos los sindicatos. A pesar
de los intentos de la empresa por mantener el silencio sobre el conflicto que
ha provocado con su intento de cierre de fábricas, “el conflicto continúa y
continuará hasta que se imponga la razón de una forma dialogada y fuera de la
reforma laboral”, tal como contaba Juan Carlos Asenjo, miembro del comité de
empresa.
El 31 de marzo finalizó el
periodo de adscripción voluntaria. En Madrid, con más de mil trabajadores,
sólo se han contabilizado cincuenta
salidas de trabajadores; 48 en el centro de Fuenlabrada, con una plantilla de
más de quinientos; y dos en el centro de las Mercedes.
Esperanza Hernández, secretaria general
de la Federación Agroalimentaria de CCOO de Madrid ha venido insistiendo en que
el conflicto sigue muy vivo, igual que desde el primer día, a pesar del
silencio existente en los medios de comunicación. Cada día hay movilizaciones y
protestas porque son inadmisibles los despidos forzosos. Esa prepotencia es la
que provoca el rechazo de la plantilla.
La parte jurídica del conflicto
también se ha desarrollado con la impugnación del expediente realizada por los
sindicatos. Los sindicatos insisten en seguir dispuestos a negociar para que no
se cierre ninguna planta y en concreto, en Madrid, la de Fuenlabrada.
Con todo, la lucha de las plantillas
de Coca-Cola está calando en la sociedad, así “según datos de la embotelladora
que no podemos certificar el consumo de Coca-Cola en Madrid ha descendido en un
50 por ciento”, según explica Esperanza Hernández.
Movilización muy dura
La empresa ha obtenido unos
beneficios de más de 920 millones de euros, a pesar de lo cual pretenden cerrar
cuatro centros en España que afecta a 1.253 trabajadores. En Madrid las cifras
son especialmente preocupantes, ya que el cierre de la fábrica de Coca-Cola supone la
desaparición de quinientos cincuenta y nueve empleos directos y más de cuatro
mil indirectos.
La estrategia de recorte de la
empresa va más allá de la táctica llevada en España, cuyo objetivo es incrementar
los beneficios a costa de las plantillas. En este sentido, no parece
descabellada la propuesta de Jaime Cedrún, secretario general de CCOO de
Madrid, es decir, negociar un plan industrial de empleo para la empresa.
La movilización de trabajadoras y
trabajadores de Coca-Cola está siendo muy dura. Son más de sesenta días de
huelga con movilizaciones diarias y un sin fin de iniciativas ante
instituciones, administraciones, gobiernos e incluso la sede de la marca en
Atlanta.
La propia Asamblea de Madrid ha
acordado una Declaración Institucional,
aprobada por unanimidad, lo que es reconocido por Jaime Cedrún. En este
reconocimiento, incluye al Gobierno regional, pero no así al de la nación “que
no está haciendo nada a pesar de que haya condiciones para negociar”.
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