…, pero los trabajadores darán jaque mate a Coca-Cola
Foto de @frlorente tras la carga policial de hoy en Fuenla. |
Hace ya prácticamente un año
que comenzó lo que vino en calificarse el “monstruoso” expediente de Coca-Cola.
No soy yo amigo de conspiranoias ni
de supuestos gobiernos en la sombra, pero desde que empezó el culebrón, los
hechos dejan claro que la multinacional de refrescos tiene un poder que hace
que se salte a la torera gobiernos y leyes impunemente.
La plantilla ha encontrado el
apoyo unánime del parlamento madrileño y del pleno municipal de Fuenlabrada
para que la fábrica embotelladora que hay en esta ciudad no se cierre. Pero Coca-Cola
se ha reído de los representantes políticos madrileños.
Además, de la mano de CCOO,
los trabajadores han ido ganando todas las batallas jurídicas. Pero Coca-Cola
se ha situado en la ilegalidad haciendo alarde de antisistema o quizá de
precursora de un nuevo sistema, a día de hoy, ilegal. Coca-Cola se ha reído de
la justicia española, se ha reído hasta de la Audiencia Nacional que ha
obligado a ejecutar la sentencia que da la razón a los trabajadores. Porque los trabajadores tienen, por ley, que ser readmitidos en sus puestos de trabajo.
Coca-Cola no reconoce a la justicia
española de una forma que sólo nos puede recordar a algunos juicios a
terroristas, pero con el agravante de que en este caso la policía española se pone
de parte de los que incumplen la ley.
Hoy la policía ha cargado violentamente
contra los trabajadores que defienden la fábrica, que a su vez defiende la justicia
española. Coca-Cola ha dado un golpe de estado con el beneplácito del
Ministerio del Interior y la Delegación del Gobierno. Porque la intención de
Coca-Cola es desmantelar, ilegalmente, la fábrica de Fuenlabrada.
La policía, el Gobierno español,
debería proteger a los trabajadores que han ganado todas las batallas
jurídicas; debería custodiar a los representantes sindicales porque la
Audiencia Nacional es muy clara con la obligación de la empresa, que “de
impedir u oponer algún obstáculo a dicho ejercicio, se pondrán los hechos en
conocimiento de la Autoridad Laboral a los efectos de sancionar su conducta de
acuerdo con lo que dispone la ley”.
Coca-Cola quiere dar jaque
mate a la plantilla de Fuenlabrada y sus representantes, pero, tiempo al
tiempo, los trabajadores darán jaque mate a Coca-cola apoyados por la Justicia.
Lo ocurrido es un escándalo,
pero no uno más. Como ha dicho Ramón Górriz, secretario de Acción Sindical de
CCOO, “la policía al servicio del patrón era una conducta habitual en la dictadura
de Franco. No es esa su función en Democracia”. Hoy la policía no ha estado con
su ciudadanía, ha estado con la ilegalidad. Y eso en una democracia no debería
salir gratis.
Esperemos que la ciudadanía, que los trabajadores de Coca-Cola, no paguemos los nervios electoralistas del PP, las peleas por la candidatura a la alcaldía de Madrid...
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