Con algunas arrugas, canas y también con
algunas heridas cicatrizadas vivo este soleado 14 de diciembre de otoño
madrileño que mira al invierno. Hace ya veinticinco años de aquella jornada
histórica en la que pararon hasta los relojes. En esos días, con mis veintitrés
años recién cumplidos trabajaba yo para el semanario Mundo Obrero. Una de las mayores fortunas laborales de mi vida:
trabajar en Mundo Obrero el día de la
gran Huelga General. Una inolvidable experiencia para un joven periodista rojo.
Aquella
huelga general fue calentada por la juventud. El Gobierno de Felipe González
tenía un plan: el Plan de Empleo Juvenil que precarizaba el trabajo de la
juventud. Un plan que, como decía Paco Moreno, entonces secretario confederal
de Juventud de CCOO, no sólo cuestionaba el futuro de los jóvenes, sino todas
las relaciones laborales. Un plan, que como denunciaba Jesús Montero,
secretario general de UJCE (la Juventud Comunista del PCE), no era un plan,
sino “un decreto de guerra”.
Recuerdo
escribir reportajes previos a la huelga rememorando a Miguel Hernández:
“Sangre que no se desborda,
“Sangre que no se desborda,
juventud
que no se atreve;
ni
es sangre, ni es juventud,
ni
relucen ni florecen.
Cuerpos
que nacen vencidos,
vencidos
y grises mueren:
vienen
con la edad de un siglo,
y
son viejos cuando vienen.
La
juventud siempre empuja,
la
juventud siempre vence (…)"
Fueron
días de gran ilusión. No hacía tanto, el tiempo es algo relativo en nuestras
memorias, habíamos padecido el gran chasco
del referéndum de la OTAN. Caíamos y nos volvíamos a levantar. El 14-D fue un
revulsivo. No estábamos narcotizados a pesar de que la heroína asesinaba por
las calles a buena parte de la juventud.
Aquel
13 de diciembre por la noche había tanta energía en las calles como frío.
Aquella jornada histórica comenzaba en la sede de la USMR de CCOO, en la calle
Lope de Vega, "las once de la noche en la sede Comisiones Obreras de
Madrid era un hervidero de gente con muchas ganas de que el paro fuera un
rotundo éxito. Y así fue", narraba en mi crónica de Mundo Obrero. Las consecuencias de aquel éxito se plasmaron al año
en los acuerdos de la PSP (Propuesta Sindical Prioritaria). Con aquel éxito
ganaron los trabajadores y ganó la democracia.
Antes
de que los piquetes recorrieran las ciudades de la región, Rodolfo Benito,
entonces secretario general de CCOO de Madrid, proclamaba: "hay que actuar
con responsabilidad pero con firmeza allí donde los empresarios presionen
contra la huelga. El grito "¡¡Hueeeeelga!!", resonó al unísono por
las calles de Madrid, por las calles de toda España.
La
hora mágica fueron las 12 de la noche entre sonrisas y emotivas lágrimas de
viejos luchadores. Los periodistas ya habían hecho huelga el 13, con lo que no
hubo prensa el 14.
En
Navacerrada los siete responsables del repetidor de Radio Televisión Española
se la juegan frente a la dirección y cortan la emisión. El éxito de la jornada
se percibía.
A
las dos de la tarde, Marcelino Camacho, entonces presidente de CCOO se dirigía
a las miles de personas que conformaban los piquetes: "¡si no nos domaron
ayer, no nos domesticarán hoy!" Antonio Gutiérrez, entonces secretario
general del sindicato afirmaba: "Hay una clase obrera capaz de dar
lecciones de firmeza, lucha y también total responsabilidad. El Gobierno
debería quitarse el sombrero ante una clase obrera que no se merece".
Y
dos días después, el 16, las calles de Madrid, las calles de toda España se
llenaron de trabajadores y trabajadoras. El Gobierno no podía mirar hacia otra
parte. La calle era una olla apresión.
La
espoleta de la huelga general fue una ocurrencia del Gobierno: el Plan de
Empleo Juvenil. Un plan que precarizaba los contratos en momentos en que el
paro alcanzaba cifras trágicas. Pero en aquel momento, la prepotencia del
Gobierno y la ausencia de diálogo fueron también elementos que abocaron a la
mayor movilización social de la historia de la democracia en nuestro país.
Grandes logros
Ocho
millones de trabajadoras y trabajadores lanzaron un mensaje claro al Gobierno,
que parecía no poder creerse lo que había ocurrido. Así las cosas, el diálogo
se inició y al año estaba cerrado el acuerdo estatal de la PSP, unos acuerdos
de mínimos desarrollados por las comunidades autónomas. Madrid estuvo en la
vanguardia a la hora alcanzar los acuerdos con el Gobierno de Joaquín Leguina.
El 22 de diciembre de 1989 tras una larga reunión entre Leguina, Rodolfo Benito
y José Luis Daza, responsables de CCOO y de UGT de Madrid, respectivamente,
todo quedó prácticamente cerrado con cinco grandes temas: política de empleo;
derecho a la negociación colectiva de los empleados públicos; política y
protección social; vivienda, medio ambiente y transporte; y participación
institucional y sindical.
Recuerdo,
en medio de las recién inauguradas navidades, a Ángela Bautista, mi querida
redactora jefa, dándome la bronca porque sólo quedaban una líneas para cerrar
la edición. Entonces no había móviles. Desde la calle Claudio Coello corrí a la
presidencia del Gobierno en la Puerta del Sol. No sé cómo lo hice pero me colé
en la sede de la presidencia. En las escaleras, él no se acordará, pude hablar
con Paco Naranjo, entonces secretario de Comunicación de CCOO de Madrid. Me
dijo que sí, la cosa iba a salir pero que no se podía decir todavía. Claro, lo
mío era un semanario, no una agencia de noticias... Escribí lo que me filtró
Naranjo, me encomendé a todos los santos y…, la cosa salió.
Aquel
día, la influencia, la incidencia y el prestigio de los sindicatos se puso en
su sitio. La democracia se consolidó.
Alfonso, querido "joven periodista rojo", ¡qué bien contado y sentido!, aquella jornada que como muy bien dices "pararon hasta los relojes" y "con aquel éxito ganaron los trabajadores y la democracia" frente a un gobierno sin horizontes sociales, hasta doblegar con el paro general del 14D su autoritarismo y lograr la PSP, el giro social, y con éste "la democracia se consolidó". Gracias por reconocer esa juventud que "siempre empuja, siempre vence" como nos dejara escrito Miguel Hernández. No sé de donde sacaste "lo del decreto de guerra", pero para nosotros, "cuándo éramos jóvenes y comunistas", desde el IV Congreso, en enero de 1988 ya estábamos preparando la movilización, y tú, uno de nuestros "modelos", del agitprop "por la igualdad": https://www.dropbox.com/s/jr46j4d3hzq30o8/igualdad_cartel_Juve.jpg
ResponderEliminarHasta ahora no había podido leerlo (y masticarlo) porque como muy sabes, por Paco Moreno, anduvimos, el CatorceD de este año, celebrándolo y encontrándonos, 25 o 30 años después, en la Re_UNIÓN_de_La_JUVE... Como no podía ser de otra manera en el Restaurante, "Centro Abogados de Atocha".
Un abrazo muy fuerte, "camarada"