Es
cierto que aquella lucha que se pierde es la que se abandona. El Partido
Popular nos tiene desbordados con su permanente y brutal ataque permanente a
todo lo que significa libertad, igualdad y, si me apuras, fraternidad. El
Partido Popular es un tsunami reaccionario. Desde la ley Gallardón del aborto a
su reforma laboral; desde su obsesión por acabar con el estado de bienestar
dinamitando la educación pública o la enseñanza hasta dejar la cultura hecha un
solar. El Partido Popular en Europa ya está más cerca del fascismo de Le Pen
que de sus socios conservadores. Al PP le va bien con la provocación, no le
interesa la paz en Euskadi. Más que narcotizada, la sociedad está noqueada por
una mayoría absoluta que no es un rodillo sino una apisonadora. La corrupción
es sinónimo de PP. Gürtel es igual a Partido Popular. Dan golpes de estado por
doquier. Desde el tamayazo madrileño
al estilo Esperanza Aguirre a los EREs de Telemadrid o la Radio Televisión
Valenciana. Y son impunes, con sus chalets y áticos en Marbella. Son tan
impunes como aquellos que no vieron ni ven la cárcel tras el Golpe de Franco o
tras su violencia asesina en la Transición.
Con Juárez, fotografiados por su hijo, hoy. La foto no hace justicia. |
Madrid
se revuelve contra la tristeza que impone su alcaldesa en la capital y su
presidente en la región. Hoy pasé por uno de los parques más bonitos y
románticos de la ciudad, el de la Fuente del Berro. Desde 1948 los jardineros
municipales, auténticos especialistas, lo cuidan con más esmero que si fuese
suyo, porque es de todos. Esos jardineros también le sobran a Ana Botella, la
alcaldesa del foro privatiza sus servicios y desaparecen. Puede parecer una
gotita de agua con la que está cayendo, pero cuando los parques están en manos
privadas dejan de ser un poco de todos.
Luego
me dirigí al centro. Hace un año del ERE de Telemadrid y allí, desde la plaza
de la Villa hasta Sol, una gran manifestación recordó que la lucha continúa,
que Telemadrid es de los madrileños y de las madrileñas, no de la Gurtel y sus
voceros.
En
la manifestación recordé que hace más de 25 años empecé a ser periodista. Y he
visto como a muchos de mi quinta nos han robado ilusiones. Allí me he
encontrado a Javier Juárez, amigo casi hermano, con su hijo. Juárez es un tipo
que sabe lo que es hacer periodismo y que hasta hace un año trabajó en Telemadrid
desde sus inicios. Sin enchufes, currando. Eso ya no sirve.
Una selfie con Vincent. La foto no hace justicia. |
Luego,
al final de la manifestación llegó a mis oídos un rotundo discurso con acento
mediterráneo. Allí estaba Vincent Mifsud, una de las voces cantantes de los
trabajadores de la RTVV, a quien no veía desde hace más de 20 años. Compañero
en la facultad recordábamos los tiempos en que él trabajaba en Temps y yo en Mundo Obrero. Recordábamos el Congreso en que AP pasó a ser PP y
que fuimos a cubrir juntos. Recordábamos como por los pasillos decían que había
uno de Mundo Obrero, “un bolchevique
de la hostia”.
Javier
como Vincent son buena gente, pero además son ese tipo de periodistas que están siendo devorados por un tiempo triste,
indecente. Y pensaba en tanta gente buena que anda desperdigada, sobreviviendo.
Pensaba en Chus; con una capacidad impresionante para interpretar la
actualidad; políglota, currante. Y en Ángela, en Manzano, en Arano, en Temprano (perdón por el ripio).
Pensaba en otros montones de personas cuyas firmas han ido desapareciendo.
Panfletos
y voceros han sustituido al periodismo. Cuentas de resultados e ignorantes
supremos han tomado posiciones. El periodismo está muriendo, por eso está
muriendo la sociedad. Pero…, la lucha que se pierde es la que se abandona.
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