Blog de Alfonso Roldán Panadero

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En las fronteras hay vida y tuve la suerte de nacer en la frontera que une el verano y el otoño, un 22 de septiembre, casi 23 de un cercano 1965. En la infancia me planteé ser torero, bombero (no bombero torero), futbolista (porque implicaba hacer muchas carreras), cura (porque se dedicaban a vagar por la vida y no sabía lo de la castidad...) Luego, me planteé ser detective privado, pero en realidad lo que me gustaba era ser actor. Por todo ello, acabé haciéndome periodista. Y ahí ando, juntando palabras. Eso sí, perplejo por la evolución o involución de esta profesión. Alfonso Mauricio Roldán Panadero

domingo, 12 de enero de 2014

Sin periodistas la sociedad muere


Es cierto que aquella lucha que se pierde es la que se abandona. El Partido Popular nos tiene desbordados con su permanente y brutal ataque permanente a todo lo que significa libertad, igualdad y, si me apuras, fraternidad. El Partido Popular es un tsunami reaccionario. Desde la ley Gallardón del aborto a su reforma laboral; desde su obsesión por acabar con el estado de bienestar dinamitando la educación pública o la enseñanza hasta dejar la cultura hecha un solar. El Partido Popular en Europa ya está más cerca del fascismo de Le Pen que de sus socios conservadores. Al PP le va bien con la provocación, no le interesa la paz en Euskadi. Más que narcotizada, la sociedad está noqueada por una mayoría absoluta que no es un rodillo sino una apisonadora. La corrupción es sinónimo de PP. Gürtel es igual a Partido Popular. Dan golpes de estado por doquier. Desde el tamayazo madrileño al estilo Esperanza Aguirre a los EREs de Telemadrid o la Radio Televisión Valenciana. Y son impunes, con sus chalets y áticos en Marbella. Son tan impunes como aquellos que no vieron ni ven la cárcel tras el Golpe de Franco o tras su violencia asesina en la Transición.

Con Juárez, fotografiados por su hijo, hoy. La foto no hace justicia.
Madrid se revuelve contra la tristeza que impone su alcaldesa en la capital y su presidente en la región. Hoy pasé por uno de los parques más bonitos y románticos de la ciudad, el de la Fuente del Berro. Desde 1948 los jardineros municipales, auténticos especialistas, lo cuidan con más esmero que si fuese suyo, porque es de todos. Esos jardineros también le sobran a Ana Botella, la alcaldesa del foro privatiza sus servicios y desaparecen. Puede parecer una gotita de agua con la que está cayendo, pero cuando los parques están en manos privadas dejan de ser un poco de todos.

Luego me dirigí al centro. Hace un año del ERE de Telemadrid y allí, desde la plaza de la Villa hasta Sol, una gran manifestación recordó que la lucha continúa, que Telemadrid es de los madrileños y de las madrileñas, no de la Gurtel y sus voceros.

En la manifestación recordé que hace más de 25 años empecé a ser periodista. Y he visto como a muchos de mi quinta nos han robado ilusiones. Allí me he encontrado a Javier Juárez, amigo casi hermano, con su hijo. Juárez es un tipo que sabe lo que es hacer periodismo y que hasta hace un año trabajó en Telemadrid desde sus inicios. Sin enchufes, currando. Eso ya no sirve.

Una selfie con Vincent. La foto no hace justicia.
Luego, al final de la manifestación llegó a mis oídos un rotundo discurso con acento mediterráneo. Allí estaba Vincent Mifsud, una de las voces cantantes de los trabajadores de la RTVV, a quien no veía desde hace más de 20 años. Compañero en la facultad recordábamos los tiempos en que él trabajaba en Temps y yo en Mundo Obrero. Recordábamos el Congreso en que AP pasó a ser PP y que fuimos a cubrir juntos. Recordábamos como por los pasillos decían que había uno de Mundo Obrero, “un bolchevique de la hostia”.

Javier como Vincent son buena gente, pero además son ese tipo de periodistas que  están siendo devorados por un tiempo triste, indecente. Y pensaba en tanta gente buena que anda desperdigada, sobreviviendo. Pensaba en Chus; con una capacidad impresionante para interpretar la actualidad; políglota, currante. Y en Ángela, en Manzano, en Arano, en Temprano (perdón por el ripio). Pensaba en otros montones de personas cuyas firmas han ido desapareciendo.

Panfletos y voceros han sustituido al periodismo. Cuentas de resultados e ignorantes supremos han tomado posiciones. El periodismo está muriendo, por eso está muriendo la sociedad. Pero…, la lucha que se pierde es la que se abandona.

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