Recuerdo que aquel día de 1978 los
periódicos, muchos de ellos, incluían una banderita con los colores rojos y
gualda y un “¡Viva la Constitución!” Al menos por la calle Atocha de Madrid
fueron muchas las personas que colgaron estas dobles páginas. Otros ponían
banderas y también sábanas blancas. En mi casa, como era costumbre, pues no se
puso nada.
Parece
ser que lo que estaba pasando era que se votaba la Constitución, redactada por
personas de toda calaña política y territorial. Bueno…, no hubo padre de la Constitución vasco. Eso hay que recordarlo. A
cambio, pues estaba Fraga, demócrata
de hacía dos días. Tampoco hubo madre alguna de la Constitución, y se nota. Lo
de “los padres” tenía bastante de paripé, vamos que se limitaron a juntar las
palabras que iban acordando Alfonso
Guerra (PSOE) y Fernando Abril
Martorell (UCD), comisionados de lo que acordaban Felipe González (PSOE) y Adolfo
Suárez (UCD). La música de la Carta Magna, pues ya vino dada, que quedaba
todo atado y bien atado con una jefatura del Estado heredada por Franco.
Pero
no seamos malvados. Si se aplicara la Constitución esto sería un país “social
democrático y de derecho, que propugnaría como valores superiores de su ordenamiento
jurídico la libertad, la justicia, la igualdad y el pluralismo político”. Ahí
es nada. Y voy más lejos, la “soberanía nacional” residiría en “el pueblo
español, del que”, emanarían “todos los poderes del Estado”. O sea que no
estaríamos secuestrados por los mercados, por la banca, la prima de riesgo y Ángela Merkel.
La
Constitución, con los años, se ha convertido en papel mojado, en un cuento, una
leyenda, salvo para mantener una casa real cada día más desprestigiada,
envuelta en escándalos, corrupciones y cacerías. Bueno, la Constitución debía
tener un artículo muy importante, el 135, que se cambió sin consultar a nadie
hace dos veranos y que le daba la soberanía a Merkel: “El Estado y las
Comunidades Autónomas no podrán incurrir en un déficit estructural que supere
los márgenes establecidos, en su caso, por la Unión Europea para sus Estados
Miembros”. El rey y el déficit son lo único que los gobiernos se toman en serio
de la Constitución en detrimento de sus súbditos.
Ahora.
Más de treinta años después del nacimiento de la Constitución, España está en
permanente estado de movilización ciudadana. Madrid especialmente por tener un Gobierno autonómico avanzadilla
con la intención de acabar con todo lo público.
Para
celebrar la Constitución, el ministro Wert
decreta la provocación contra Catalunya,
contra el catalán.
Ataca
sin el ejercito el artículo 3 de la
Constitución:
Igual que Gallardón ya ha hecho con el artículo 24, convirtiendo la Justicia en artículo de lujo con unas tasas inasumibles por la ciudadanía. Una Justicia que termina administrando el Gobierno de turno a golpe de indultos.
O como la banca hace con la complicidad del Gobierno y la policía alentado suicidios porque las personas no tienen un lugar donde vivir. Eliminan el artículo 47 impidiendo el acceso a una vivienda digna.
O como hace en Madrid Ignacio González desmantelando el artículo 43 de la Constitución. O sea, desmantelando la sanidad pública.
Algo que ya empezó haciendo Esperanza Aguirre con la Educación, poco a poco, despacio pero sin pausa están acabando en Madrid con el artículo 27 de la Carta Magna.
Y…,
qué es acabar con Telemadrid y favorecer sin vergüenza al coro mediáitico ultra
si no atacar al artículo 20 y la libertad de expresión.
Esa
libertad de expresión que está siendo atacada al impedirse y reprimir el
derecho de reunión pacífica como proclama el artículo 21. Madrid es hoy una ciudad tomada por la policía. Su
delegada de Gobierno, Cristina Cifuentes,
que parece quiere ser alcaldesa reprime manifestaciones indiscriminadamente y
convierte la capital en una ciudad en estado de sitio.
Porque
en Madrid hay decenas de manifestaciones de todos los sectores, de ciudadanos
afectados a los que la Constitución no les sirve para nada, como las personas con discapacidad que se
manifestaban el día 3 porque se quedan sin ayuda, contrariando el Gobierno el artículo 49.
Rajoy pasará a la historia como el más
mentiroso presidente del Gobierno, que de abanderar la no subida de impuestos,
sube el IVA con alcance confiscatorio
contraviniendo la Constitución en su artículo 31.
Igual que ocurre con el artículo 50. Se lo salta a la torera y deja desprotegidos a los pensionistas y jubilados.
Pero ese artículo que incumple el Gobierno con reformas laborales inconstitucionales es el 35, enviando a cientos de miles de personas al paro, y que está poniendo el país al borde de un estallido social.
En definitiva, si algo hay que celebrar hoy, es que hace treinta años llegó a las pantallas de nuestro país ET. Claro, ahora la peli está remasterizada y se puede ver en calidad blue ray. Esa es la cuestión, progresar, avanzar, mejorar.
(¡Ah! Muchas gracias a
quien desde mayor conocimiento de las leyes que yo me ha ayudado a ir al turrón
constitucional)
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