Blog de Alfonso Roldán Panadero

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En las fronteras hay vida y tuve la suerte de nacer en la frontera que une el verano y el otoño, un 22 de septiembre, casi 23 de un cercano 1965. En la infancia me planteé ser torero, bombero (no bombero torero), futbolista (porque implicaba hacer muchas carreras), cura (porque se dedicaban a vagar por la vida y no sabía lo de la castidad...) Luego, me planteé ser detective privado, pero en realidad lo que me gustaba era ser actor. Por todo ello, acabé haciéndome periodista. Y ahí ando, juntando palabras. Eso sí, perplejo por la evolución o involución de esta profesión. Alfonso Mauricio Roldán Panadero

jueves, 6 de diciembre de 2012

6 de diciembre: Constitución incumplida. La calle arde.


Recuerdo que aquel día de 1978 los periódicos, muchos de ellos, incluían una banderita con los colores rojos y gualda y un “¡Viva la Constitución!” Al menos por la calle Atocha de Madrid fueron muchas las personas que colgaron estas dobles páginas. Otros ponían banderas y también sábanas blancas. En mi casa, como era costumbre, pues no se puso nada.

Parece ser que lo que estaba pasando era que se votaba la Constitución, redactada por personas de toda calaña política y territorial. Bueno…, no hubo padre de la Constitución vasco. Eso hay que recordarlo. A cambio, pues estaba Fraga, demócrata de hacía dos días. Tampoco hubo madre alguna de la Constitución, y se nota. Lo de “los padres” tenía bastante de paripé, vamos que se limitaron a juntar las palabras que iban acordando Alfonso Guerra (PSOE) y Fernando Abril Martorell (UCD), comisionados de lo que acordaban Felipe González (PSOE) y Adolfo Suárez (UCD). La música de la Carta Magna, pues ya vino dada, que quedaba todo atado y bien atado con una jefatura del Estado heredada por Franco.

Pero no seamos malvados. Si se aplicara la Constitución esto sería un país “social democrático y de derecho, que propugnaría como valores superiores de su ordenamiento jurídico la libertad, la justicia, la igualdad y el pluralismo político”. Ahí es nada. Y voy más lejos, la “soberanía nacional” residiría en “el pueblo español, del que”, emanarían “todos los poderes del Estado”. O sea que no estaríamos secuestrados por los mercados, por la banca, la prima de riesgo y Ángela Merkel.

La Constitución, con los años, se ha convertido en papel mojado, en un cuento, una leyenda, salvo para mantener una casa real cada día más desprestigiada, envuelta en escándalos, corrupciones y cacerías. Bueno, la Constitución debía tener un artículo muy importante, el 135, que se cambió sin consultar a nadie hace dos veranos y que le daba la soberanía a Merkel: “El Estado y las Comunidades Autónomas no podrán incurrir en un déficit estructural que supere los márgenes establecidos, en su caso, por la Unión Europea para sus Estados Miembros”. El rey y el déficit son lo único que los gobiernos se toman en serio de la Constitución en detrimento de sus súbditos.

Ahora. Más de treinta años después del nacimiento de la Constitución, España está en permanente estado de movilización ciudadana. Madrid especialmente por tener un Gobierno autonómico avanzadilla con la intención de acabar con todo lo público.

Para celebrar la Constitución, el ministro Wert decreta la provocación contra Catalunya, contra el catalán.

Ataca sin el ejercito el artículo 3 de la Constitución:


Igual que Gallardón ya ha hecho con el artículo 24, convirtiendo la Justicia en artículo de lujo con unas tasas inasumibles por la ciudadanía. Una Justicia que termina administrando el Gobierno de turno a golpe de indultos.


O como la banca hace con la complicidad del Gobierno y la policía alentado suicidios porque las personas no tienen un lugar donde vivir. Eliminan el artículo 47 impidiendo el acceso a una vivienda digna.


O como hace en Madrid Ignacio González desmantelando el artículo 43 de la Constitución. O sea, desmantelando la sanidad pública.


Algo que ya empezó haciendo Esperanza Aguirre con la Educación, poco a poco, despacio pero sin pausa están acabando en Madrid con el artículo 27 de la Carta Magna.


Y…, qué es acabar con Telemadrid y favorecer sin vergüenza al coro mediáitico ultra si no atacar al artículo 20 y la libertad de expresión.

Esa libertad de expresión que está siendo atacada al impedirse y reprimir el derecho de reunión pacífica como proclama el artículo 21. Madrid es hoy una ciudad tomada por la policía. Su delegada de Gobierno, Cristina Cifuentes, que parece quiere ser alcaldesa reprime manifestaciones indiscriminadamente y convierte la capital en una ciudad en estado de sitio.

Porque en Madrid hay decenas de manifestaciones de todos los sectores, de ciudadanos afectados a los que la Constitución no les sirve para nada, como las personas con discapacidad que se manifestaban el día 3 porque se quedan sin ayuda, contrariando el Gobierno el artículo 49.


Rajoy pasará a la historia como el más mentiroso presidente del Gobierno, que de abanderar la no subida de impuestos, sube el IVA con alcance confiscatorio  contraviniendo la Constitución en su artículo 31.


Igual que ocurre con el artículo 50. Se lo salta a la torera y deja desprotegidos a los pensionistas y jubilados.


Pero ese artículo que incumple el Gobierno con reformas laborales inconstitucionales es el 35, enviando a cientos de miles de personas al paro, y que está poniendo el país al borde de un estallido social.


En definitiva, si algo hay que celebrar hoy, es que hace treinta años llegó a las pantallas de nuestro país ET. Claro, ahora la peli está remasterizada y se puede ver en calidad blue ray. Esa es la cuestión, progresar, avanzar, mejorar.

(¡Ah! Muchas gracias a quien desde mayor conocimiento de las leyes que yo me ha ayudado a ir al turrón constitucional)


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