Parece que a la Cadena de los obispos no le ha sentado bien que Esperanza Aguirre les haya negado una emisora de FM para la capital del reino. Y lo más grave es que sí se la ha concedido a Federico Jiménez Losantos y El Mundo en su alianza a través de Libertad Digital. Los obispos se la están jugando con el endemoniado Losantos y Losantos se la está jugando con la caridad cristiana de los obispos. Ahora, la jerarquía empresarial mediática expulsa al purgatorio al facha, facha, facha (como decíamos ayer, a él le gusta que le califiquen tres veces así). Ya hay pocas pintadas inteligentes en las calles, pero he visto una, que creo que sirve y que ilustra estas líneas.
Coincidiendo con la bajada de audiencia matinal de la COPE, -que los insultos y exabruptos constantes y reiterativos, aburren- a Losantos le echan de la Mañana copera, andan los unos apretando a los otros y los otros a los unos, donde más duele, mientras Losantos se hace fuerte entre la camarilla mediática de Esperanza Aguirre. Que esto de la amistad es lo que tiene.
Pero para amigos, Obama y Zapatero, que los editorialistas de El País ya parece que pueden dormir tranquilos mientras Rajoy se tira de los pelos viendo la proyección internacional que en unos días ha logrado el presidente español. Claro que esa proyección está en proporción directa con el lío montado ante la inminente crisis de Gobierno. Parece que también en este asunto pueden estar tranquilos los editorialistas. Veremos. Lo curioso es cómo han saltado a las páginas de El País los posibles cambios mientras Zapatero estaba arreglando el mundo con Obama.
A todos estos amigos mencionados, Losantos y obispos; Obama y Zapatero, les recomendaría la comedia Amigos hasta la muerte, antetitulada: ¿Qué serías capaz de hacer por (tachado) a tu mejor amigo?". Yo me he reído con sus casi dos horas de trepidante ritmo. Dos horas en las que como en una tragedia shakesperiana, el tan de moda Hamlet es citado, los fundamentales sentimientos humanos que triunfan en la escena aparecen: amor, celos, amistad, muerte; sólo que en clave de humor, lo cual no es sencillo.
Javier Veiga ha escrito y dirigido esta obra, y la interpreta junto a Mélani Olivares y Jorge Sanz. Una vez más, actores de cine y televisión disfrutan de la magia del teatro con un resultado más que aceptable. De la sala se sale con buen sabor de boca y habiendo pasado un buen rato, que es lo importante. Y por qué no, con ese ánimo del ¡Carpe diem! del Club de los poetas muertos, trasladado a Malasaña.
También desatacaría la música que nos va acompañando, y que comienza con la sintonía de aquella serie de hace ya unos cuantos años, Cheers:
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