Blog de Alfonso Roldán Panadero

Autorretrato
Mi foto
En las fronteras hay vida y tuve la suerte de nacer en la frontera que une el verano y el otoño, un 22 de septiembre, casi 23 de un cercano 1965. En la infancia me planteé ser torero, bombero (no bombero torero), futbolista (porque implicaba hacer muchas carreras), cura (porque se dedicaban a vagar por la vida y no sabía lo de la castidad...) Luego, me planteé ser detective privado, pero en realidad lo que me gustaba era ser actor. Por todo ello, acabé haciéndome periodista. Y ahí ando, juntando palabras. Eso sí, perplejo por la evolución o involución de esta profesión. Alfonso Mauricio Roldán Panadero

domingo, 26 de abril de 2009

París, París (Foubourg 36)

Yo creo que estamos en tiempo de ver películas que al salir de la sala nos dejen buen sabor de boca. En París, París eso ocurre. Al menos a mí. No discutiré con quien la califique de moñoña, más como sinónimo de bonita que de pastelona. Es, lo que ahora viene en denominarse una comedia dramática, pero que para mí sigue siendo un drama, pues narra la vida misma, con sus alegrías y sus penas.



">

Su director, Christophe Barratier, y su protagonista, Gérdard Jugnot, vuelven a trabajar juntos tras el éxito de Los chicos del coro. En esta ocasión, un grupo de hombres en paro deciden unirse y ofrecer un espectáculo en el teatro del barrio. ¡No! No tiene nada que ver con Full Monty, que estamos hablando del París de 1936, tras la victoria del Frente Popular, y con los fascistas franceses envalentonados.

Al igual que en Los chicos del coro, el fondo del asunto gira entorno a las desgracias de un niño y su padre y, al igual que Los chicos del coro, la música juega un papel fundamental en la película. A esa música parisina con acordeón, callejera, de cabaret, sensual, animosa. Esa música que nos evoca Edith Piaf o la italiana adoptada por los franceses, Rina Ketty.

La película nos sitúa en ese París de calles convulsas, en las que los sindicatos van logrando con mucho esfuerzo la Europa social que aún conservamos. Paralelamente surge la historia de los cómicos, que se ven abocados al paro y en el centro la historia representada por Gérdard Jugnot, un hombre al borde del abismo que va perdiéndolo todo. Incluso, lo que más quiere, su hijo, le es arrebatado. Cierto que, cuando la película empieza a resultar un tanto lentita, resurge con la fuerza de la canción interpretada por Nora Arnezeder, una mujer enamorable, como queda claro en la cinta.



No hay comentarios :

Publicar un comentario