Concha en una fotografía de Fran Lorente. |
Mantengo un
fraternal encuentro con Concha Roldán. Concha, hija de madrileña y madrileño,
también nació en Madrid un domingo de 1958 y pasó una feliz infancia en el
barrio de Usera, algo que sin duda marcó su temprana convicción de que “el sur
también existe”. Con una hija de trece años, su jornada empieza a las seis de
la mañana, para poder dejarlo todo “enjaretado” antes de irse a sus
obligaciones que, muchos días terminan a las nueve de la noche tras impartir un
seminario o una conferencia “necesitaría días de 48 horas”. En una jornada
normal recibe proyectos de investigación de filosofía que solicitan los
investigadores. Ella tiene que dar el visto bueno y, si son concedidos, hacer
un seguimiento que puede durar años. Después se publican, se realizan
conferencias, seminarios y se divulgan, por ejemplo, en jornadas de puertas
abiertas como la semana de la ciencia.
Su dedicación a la filosofía es vocacional,
una balanza que inclinó sin duda el magnífico profesor de la materia que tuvo
en el bachillerato. Desde siempre había sido buena estudiante y no le fue fácil
tomar la decisión de hacer letras, con la sorna que gastaba el refrán “el que
vale, vale, y el que no pa letras”...
Pero la línea roja de la filosofía estaba trazada y no le costó mucho
matricularse en Filosofía y Ciencias de la Educación en la Universidad Complutense ,
justo en el momento que la
Psicología se independizaba de ellas. Asegura que quería
profundizar en la historia y las distintas disciplinas filosóficas a fin de
poder explicar mejor a todo el mundo “para qué sirve esto de la filosofía. Hay
mucho desconocimiento o... resultamos molestos, ya que la filosofía es quien
siembra en la enseñanza secundaria las bases de la reflexión, de la capacidad
crítica, del comportamiento ético, de la misma política”.
Universitaria brillante, obtuvo al concluir
su licenciatura una beca del plan de formación investigador para realizar su
tesis doctoral, beca que completó con una estancia del DAAD (Servicio Alemán de
Intercambio Académico) en Berlín (entonces todavía República Federal de
Alemania, antes de la caída del muro). Defendió su tesis con éxito en la Universidad Complutense
de Madrid y regresó en 1987 a
España con una beca de Reincorporación del Ministerio de Educación y Ciencia,
que adscribió al Instituto de Filosofia del CSIC (que acababa de crearse en
1986). Pero la situación había dejado de ser halagüeña para obtener una plaza
de trabajo y más en el ámbito de las Humanidades y las Ciencias Sociales.
Primera mujer en
plantilla
Así empezaron diez años de contratos
precarios y éxodos a Alemania, donde encontró reconocimiento y distintas becas
y contratos, mientras iba realizando oposición tras oposición y luchaba en el
movimiento de Personal Investigador Contratado (PIC) por una política científica
en el CSIC.
Concha obtuvo una plaza de Científico Titular
en el Instituto de Filosofía del CSIC en 1996, convirtiéndose en “la primera
mujer en plantilla” del mismo. Desde entonces, han pasado a engrosar las filas
del Instituto otras cuatro colegas más, sin contar con las investigadoras
contratadas y becarias, que consiguen un equilibrio de género en este instituto
que dirige desde 2008. Resalta la importancia de la “Comisión Mujer y Ciencia”,
que vela por la igualdad de género desde hace una década en el CSIC.
Es difícil ser directora en tiempos de
crisis, cuando el CSIC se ha visto obligado a recortar drásticamente el
presupuesto de investigación y sus programas propios de contratación (JAE),
pero no se amedra: “Hay que conseguir que los investigadores puedan seguir
trabajando lo mejor posible”. Pero su semblante se entristece cuando habla del
futuro de sus jóvenes investigadores, cuyos contratos van cayendo a golpe de
guadaña: “no podemos ofrecerles nada, ¡con lo bien preparados que están!;
bueno, algunos han encontrado puestos en
Inglaterra o Alemania”. En fin, otros países se beneficiarán de ello, mientras
nosotros tiramos por la borda la importante función de las humanidades –de la
filosofía- para construir una buena base cultural y científica, y elevar con
ello el nivel de la sociedad.
Otra fotografía de Fran Lorente en el CSIC. |
Mercantilizar la investigación
Y los recortes llegaron al “buque insignia”
de la investigación española. El Gobierno del Partido Popular, aprovechando la
coartada de la crisis, vacía de contenidos todo lo público con el negocio
privado como horizonte.
Lamenta la gran confusión existente sobre los
costes de la investigación en este país, en el que nadie se extraña de los
contratos millonarios de los futbolistas o de la financiación de Eurovegas...
En este sentido, agradece a los sindicatos la labor que vienen realizando en la
defensa del estado del bienestar, de lo público, de la equidad, así como su
labor pedagógica social y recuerda sonriendo cómo, al morir su padre, el único
carné que obraba en su cartera era el de CCOO, “al corriente de pago”.
“Resultamos molestos, ya que la filosofía es
quien siembra en la enseñanza secundaria las bases de la reflexión, de la
capacidad crítica, del comportamiento ético, de la misma política”
Y
aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid ahí va este video en defensa
de la filosofía frente a la aniquilación que de ella quiere hacer el ministro Wert:
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