Me gustan los puentes y los túneles. Sirven para unir. Los túneles consisten en construir algo donde no hay nada. En los puentes, no ocurre eso. Los hay de muchas técnicas. Siempre hay alguna forma de tender puentes.
Acabo estos días isidriles con el madrileño puente de La Arganzuela, de Dominique Perrault, sobre el río Manzanares. El puente une los distritos de Carabanchel y Arganzuela. Vale, no es de Calatrava, pero..., mejor. Y vale, el Manzanares no es la ría de Bilbao, ni el hermano pequeño de ésta; o sea, el Támesis, pero tiene dignidad, duintasuna.
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