Blog de Alfonso Roldán Panadero

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En las fronteras hay vida y tuve la suerte de nacer en la frontera que une el verano y el otoño, un 22 de septiembre, casi 23 de un cercano 1965. En la infancia me planteé ser torero, bombero (no bombero torero), futbolista (porque implicaba hacer muchas carreras), cura (porque se dedicaban a vagar por la vida y no sabía lo de la castidad...) Luego, me planteé ser detective privado, pero en realidad lo que me gustaba era ser actor. Por todo ello, acabé haciéndome periodista. Y ahí ando, juntando palabras. Eso sí, perplejo por la evolución o involución de esta profesión. Alfonso Mauricio Roldán Panadero

jueves, 12 de febrero de 2015

¿Resistirán? De los Goya a RTVE, pasando por Coca-Cola

No estaba Fran Lorente, así que selfie de Goya que te crió.
La glamourosa gala de entrega de los premios Goya 2015 se realizó en un conocido hotel cercano al aeropuerto de Barajas, situado en un polígono industrial; camino del Corredor del Henares, uno de los epicentros de la desindustrialización madrileña. En la gélida noche de la gran fiesta poligonera del cine español, el hotel estaba rodeado de reivindicaciones y, cómo no, policía. La espartana plantilla de Coca Cola clamando justicia; jardineros de Madrid Río enfrentándose a otro ERE;  profesionales de Radio Televisión Española con su inmenso lazo naranja peleando por su empleo y la dignidad de una verdadero medio de comunicación público. Un lazo naranja que también es defender al cine español, a la cultura y a una industria generadora de empleo. 
 
En el exterior, gorros de lana, bufandas, guantes, pancartas y pegatinas buscando el altavoz que tantas veces son las gentes del cine. En el interior, tacones, escotes, transparencias, Möet y canapés.
La gala comenzó con toda una declaración de intenciones y el clásico tema musical Resistiré, pero salvo la contundencia de Pedro Almodovar, que tiene retirado el saludo al ministro Wert, algunos gracejos edulcorados del presentador Dani Rovira y elegantes aunque punzantes pinceladas del discurso del presidente de la Academia de Cine, el artisteo se olvidó de reivindicar hasta aquello que les afecta más directamente y que puede hacer augurar que no resistan.
Para resistir hay que tener seguridad en unos principios y, también entre actores, actrices, directores…, hay miedo a cazas de brujas. No. Hay que reconocer que no tienen las agallas de los trabajadores de Coca Cola que llevan ya más de un año de pelea. No tienen tampoco las agallas de esos compañeros de profesión que hace 40 años convocaron una huelga laboral, pero también política. 
La Fundación Abogados de Atocha ha querido conmemorar aquella huelga en el contexto del recuerdo de la matanza de los abogados laboralistas. Allí, Juan Diego proclamó que aquella huelga “hizo tomar conciencia a una profesión que nunca tuvo conciencia”. Y aseguró, “nos dimos cuenta de que teníamos inteligencia”. Pero ahora las cosas han cambiado.
Ahora se mata por un photo call luciendo un traje alquilado por un día a cambio de pasear la firma de un diseñador. Quizá deba ser así, pero la situación de este país es tan caótica, tan grave, que cuando no se aprovecha un altavoz como son los premios Goya renace la desesperanza.

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