El beso de Klimt |
No soy yo muy de celebraciones impuestas por
grandes almacenes, pero creo que me he encontrado con una historia de amor, o
Amor, que intento descifrar... Me acerqué esta mañana, San Valentín y sábado de
Carnaval, al mercadillo de La Elipa, junto al Cementerio de la Almudena, a
comprar fruta y verdura de temporada. Allí anduve hasta que una cincuentena de
fascistas con símbolos inconstitucionales y de ideología nazi se encaminaron;
protegidos por la Policía Nacional, que no detenidos; hacia el cementerio dando
gritos que hablaban de conquistar no sé
qué y acabar con los comunistas. Un amigo, Antonio, me ha hecho caer a través
de twitter, que seguramente iban a conmemorar la muerte de Matías Montero.
La
cuestión es que entre sujetadores, bragas y camisetas “a leuro”, una gitanilla había desplegado una mesita con…, bártulos.
Libros viejos, postales viejas, fotos viejas... Me han llamado la atención dos
latas de las de Cola-Cao de cuando
era pequeño. He abierto la primera y me he encontrado, en primer término, una
vieja postal con El beso de Klimt, en un sobrecito. En el mismo
sobre una nota manuscrita con bonita letra en un papel que supongo antiguo
aunque bien conservado. Transcribo:
“14 de febrero
Ahí
va un beso rápido, de a la carrera y repleto de objetivos. Otro beso que no
espera respuesta pero que te quiere.
De
la caja coge el que desees, según tu animo y tu tiempo. Desde luego no será
empalagoso ni envuelto en papel rojo y con rosas. Eso sí, los dejé llenos de
cariño y seguro que también te quiere. Como yo”.
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¿Una
caja con besos…?
Lógicamente
llevo toda la tarde desplegando notas, fotos, postalitas y recuerdos algo
fetichistas. Creo que he contabilizado cincuenta besos correlativos en notas
que intento contabilizar por fechas, aunque no tienen año. Aunque el primero
que he visto ha sido el de 14 de febrero, había otro, anterior:
“13 de febrero
Ahí
va este beso de lunes que espero recojas descansada. Cogí cierta manía al
lunes, ya sabes, y quizá por ello mis besos de lunes no suelen ser demasiado
floreados. Pero van venciendo sentimientos encontrados y hoy disparo un beso de
lunes grandioso, de ¡a por el lunes! Un beso ganador para una ganadora; un
besoamor único en su especie; un beso continental inacabable”.
--
Sí.
Creo que hoy no duermo leyendo y releyendo secretos e intimidades. Tratando de
adivinar de quién podrían ser estas cajas de Cola-Cao. Buscando pistas. Según vaya sabiendo ya cuento. O sea, que continuará.
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Las famosas cajas de Colca-Cao, reconvertidas en contenedor de secretos. |
Ahí ando intentando poner orden en el
papeleo de las latas de Cola Cao, en estos días de aniversario de estos
misteriosos besos escritos. Tal que un día como hoy de no sé cuándo…:
“15 feb
Hoy
no puedo enviarte beso elaborado. Quería pero no puedo. Estoy enfadado, triste,
cansado, desanimado. Y desganado hasta para enviarte un beso, que además no iba
a ser sincero.
De
la caja, como quieras. Es tuya”.
--
Más
allá del estado de ánimo del autor de estas líneas, queda claro que es de sexo
masculino. Y sí, está enfadado. Sin embargo, parece que en pocas horas le
cambia el ánimo porque hay que ver como dispara el 16 de febrero:
“16 feb
Toma
un beso y lo multiplicas por sí mismo, que tenía uno en mi debe. Yo quisiera
que fuera un beso como una descarga eléctrica que, aunque te pusiera los pelos
de punta, te llenara las baterías a tope. Un beso que te insuflara renovado
vigor para las peleas y mil batallas que acechan.
Quiero que sea, como siempre,
un beso compañero, camarada, cómplice, que te levante si tropiezas. ¡¡Qué
ostias!! Un beso musculoso, armado, guerrillero, peleón, rebelde, insistente,
descarado, poderoso. Un beso que te eleve, un beso que te dé alas.
Venga amor,
un beso que te haga sonreír. ¡¡Qué cojones!! Un beso que te haga reír. Un beso
para que seas feliz, joé. Un beso para recapitular y ver que vas viento en popa
a toda vela. Y para que al mirar al futuro te veas con una nueva vida, joé.
Pasando de monstruos y pedorros, de adinerados, de broncas y violencias
gratuitas, pasando de cotilleos, de resalseo...
Que
sí, que no hay calma chicha, ni vía muerta, reactívate. Ya lo sabes: cumple
sueños, en vez de superar objetivos. Sueña con ser feliz. Mira lo que has
avanzado, joé.
¡¡Ah!!
Y tu tropa (me pido valeroso abanderado) está contigo, pero..., claro, tú eres
la capitana. No te pierdas en la retaguardia porque hasta el abanderado se
despista. Ordena tocar arrebato, o zafarrancho de combate. Venga, un beso
arenga de a por ellos, a por los pedorros, a por los petardos…
Un
beso..., que te puede dar algo.
Y de
la cajita..., pues haz una macedonia de besos. Si te parece. Para que sean
multiusos”.
--
Sobre
este beso, con bolígrafo rojo aparecen dos palabras:
“lo
haré...”
Llegados
a este punto, parece claro que las cajas de Cola Cao son de la mujer, que
recibía las notas de un hombre. Notas manuscritas. Lo que no veo son
sobres con direcciones, ni sellos, ni matasellos. O las hicieron desaparecer, o
no se enviaban esas notas por correo.
Sigo
intentando descifrar y os continuaré contando…
AL FINAL HE DECIDIDO CONTINUAR ESTA HISTORIA AQUÍ.
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