La luz que de tus pies
sube a tu cabellera,
la turgencia que
envuelve tu forma delicada,
no es de nácar marino,
nunca de plata fría:
eres de pan, de pan
amado por el fuego.
La harina levantó su
granero contigo
y creció incrementada
por la edad venturosa,
cuando los cereales
duplicaron tu pecho
mi amor era el carbón
trabajando en la tierra.
Oh, pan tu frente, pan
tus piernas, pan tu boca,
pan que devoro y nace
con luz cada mañana,
bienamada, bandera de
las panaderías,
una lección de sangre
te dio el fuego,
de la harina
aprendiste a ser sagrada,
y del pan el idioma y
el aroma.
Pablo Neruda
Soneto XIII
Surge a diario en la
mesa de la más humilde tasca con menú del día y en el más lujoso de los
restaurantes; indispensable para el bocadillo del rápido almuerzo o de esa
frugal cena, nos lleva acompañando miles de siglos. El pan es protagonista en
las religiones, es bandera en motines y revoluciones, consigna de las más
diversas ideologías, presente como ningún otro alimento en refranes y dichos
populares… “Pan”, en la mitología griega era el dios de todo, de la naturaleza.
Desde luego, cuando le hincamos el diente no somos
conscientes de cómo surgió, en la Edad Piedra, ni agradecemos lo suficiente el
“descuido” del panadero egipcio que hace seis mil años dejó sin cocer la masa y
la fermentó accidentalmente. Después, al cocerla sobre la piedra, la masa
aumentó de volumen y logró ser blanda, esponjosa, ligera y con mejor sabor. No
es hasta el siglo XVII cuando se le añade la levadura para lograr ese mismo
efecto.
No está demasiado claro dónde surge el pan como mezcla de
agua, harina y sal (pan ácimo, sin fermento, ni levadura). Las primeras
noticias parecen situarlo en Egipto, Babilonia y los pueblos mesopotámicos.
También se puede hablar de pan en las antiguas civilizaciones precolombinas y
en las ancestrales culturas orientales, aunque su base eran otros cereales
distintos al trigo.
Sí parece claro que Egipto tuvo las primeras grandes
cosechas de trigo entre el sexto y el quinto milenio antes de nuestra era. De
Egipto se exporta a la Grecia clásica, donde comienzan a surgir exquisitos y
esmerados panaderos con nuevos útiles para la elaboración de los panes. El
Imperio Romano descubre en Grecia el preciado alimento y lo extiende por
Europa, África y Asia. En el siglo II después de Cristo, un escritor
grecorromano describe hasta setenta y dos formas distintas de hacer pan.
Parece documentado que los patricios (clases altas), tenían
acceso al pan blanco, siendo para los plebeyos el pan moreno. Incluso había
panes de inferior calidad reservado a esclavos y prisioneros. Los romanos
también progresan técnicamente en la elaboración del pan. De hecho sofistican
los hornos. Curiosamente, el término “horno” tiene como raíz etimológica, forn, igual que fornicatio y fornix. Es
más, fornix era una habitación
abovedada donde las prostitutas del Imperio recibían a los clientes. El lugar
donde se cocía el pan adquiere el mismo nombre por ser también una habitación
de similares características.
Religión y “milagros”
El pan es fundamental en el mundo hebreo y cristiano. La
Biblia está repleta de alusiones al simbólico alimento, tanto en el Antiguo
como en el Nuevo Testamento. Dios castigó a Adán, después de comer la manzana
presentada por Eva, “con el sudor de tu rostro ganarás el pan”. Y ya el cristianismo
verá como Jesús multiplica los panes en las bodas de Canáan e identifica –en la
última cena- su cuerpo con el pan. Eso sí, el judaísmo sólo consume pan ácimo
–sin levadura-, porque es así como se considera puro.
El otro día me contaban mucho mejor de lo que yo lo hago
ahora, que hubo un tiempo, allá por la Edad Media, en que los habitantes de los
países que consumían pan de centeno comenzaron a tener problemas de salud. Os
podéis imaginar como debían andar las tripas del personal… Pues bien, comenzaron
a observar… ¡el milagro! Los peregrinos enfermos que recorrían el Camino de
Santiago, sanaban, ¡alabado sea Santiago! (sobre Santiago os recomiendo ESTA entrada). Y ¡hala! diarreas, dolores y espasmos sanaban yendo caminito de
Santiago. En lo que no cayeron los doctos peregrinos era que el mal lo
proporcionaba el pan de centeno, y la curación no era tanto por peregrinar
rezando y rezando como por el cambio de dieta. Que los peregrinos abandonaban
el pan de centeno, enfermo de virus, bacterias o vaya usted a saber; en
beneficio del pan de trigo. Pan que consumían etapa tras etapa con propiedades
terapéuticas desconocidas.
Como vemos, el desarrollo en la cocción del pan implica un
paralelo desarrollo tecnológico y agrícola. Gracias al consumo de pan, el
hombre se preocupa de tener preparadas las tierras para que ofrezcan buenos
trigos, con lo que surge el barbecho, o el descanso que se le da a la tierra
algunos años entre plantación y plantación. Se desarrollan los útiles para
recoger el trigo, para separar el grano de la paja y para triturar el grano
hasta convertirlo en harina.
Molinos y gigantes
Por tanto, gracias al pan, Cervantes pudo escribir su
capítulo de El Quijote dedicado a los gigantes que no eran otra cosa que
molinos de viento manchego. Los primeros molinos de viento datan del año 833 y
se construyeron fundamentalmente en España, norte de Alemania, Holanda e
Inglaterra. Previamente, los romanos ya inventaron los molinos de agua allá por
el siglo IV.
Durante la Edad Media comienzan a aparecer cooperativas y
hornos públicos. En la mayoría de los pueblos existía un horno al que todos
iban a comprar el pan. En el campo, era fácil que el pan se fabricara en el
propio molino y se compraba en grandes cantidades. Fue en esta época, en un
periodo de sequía y enfermedad causada por el gorgojo (larva de insecto que se
alimenta de las semillas), cuando Carlomagno ordenó “que el número de panaderos
esté siempre al completo y que el lugar de trabajo esté siempre limpio y
ordenado”.
A través de la historia el pan ha acompañado al ser humano y
éste lo moldeaba a su gusto. En Egipto le daban forma de trenzas, corazones…;
en Grecia lo amasaban en forma de racimos de uva; en Roma se moldeaba con
formas cuando se utilizaba en homenajes; en la Europa Medieval se le daba forma
de plato y en las bodas con forma de anillos.
El pan se convertiría a partir del siglo XVIII en símbolo
de muchas reivindicaciones sociales. La revolución francesa tuvo como una de
sus causas inmediatas el aumento del precio del pan. La esposa de Luis XVI,
María Antonieta, ante una revuelta previa al 14 de julio de 1789, en tono
despreciativo se dirigió a los hambrientos diciendo: “Si no tienen pan, que
coman tortas”. María Antonieta terminó guillotinada, pero ha quedado el dicho
popular “a falta de pan, buenas son tortas”.
De la tapa al
sándwich
Son innumerables los tipos de pan: moreno, candeal, panini,
baguete, payés, parisina, de molde, de hogaza, de barra…, igual que es
innumerable el acompañamiento que hace. Desde el mediterráneo pan con aceite;
al que se le puede añadir sal, azúcar o tomate (uno de los mejores inventos
catalanes) y ajo; hasta la indispensable base de tapas y pinchos.
No podemos olvidar un invento del siglo XIX, el sándwich. Se
dice que el conde de Sandwich era un ludópata y que su cocinero tuvo que
inventar el sándwich para que aquél no tuviera que abandonar la mesa de juego.
La primera mención al sándwich fue en una novela de Balzac, en 1836.
Y termino con mucho pan, mucho aceite y mucho tocino
manchego en tono un poquito más duro que la tradicional jota castellano manchega.
Tierra de molinos harineros:
Hay que ver cómo te has currado este Post panadero, mi querido amigo Alfon...haciendo honor a tu apellido :D
ResponderEliminarTe envío este enlace para completar tu relato, me refiero al castigo divino....mal de los ardientes o fuego de San Antonio", que poco de pecaminoso tenía, a no ser con la gula y poco más. Era debido a la mera ingestión del cornejuelo que contaminaba el pan amasado con harina de centeno allá por el Siglo XI. Pero los " ardientes"
sufridores de la enfermedad, eran enviados a recorrer el Camino de Santiago para purgar sus " pecados" y sanar, bajo la creencia, inducida por la sacro santa autoridad religiosa, de que el báculo del Santo hacía su labor milagrosa...sigamos disfrutando de ese pecaminoso manjar llamado pan. Besos :)*.
http://isladepan.blogspot.com.es/2012/02/fuego-de-san-antonio-mas-limpieza.htlm
Muchas gracias seguidor-ora desconocido-ida por tu comentario.Sin duda completa de forma excelente esa parte que alguien me contó y que como digo lo hizo mejor de lo que yo hago aquí. Sin duda esta es la mejor explcación. El enlace no me iba bien. A ver aquí. Gracias y besos... anónimos.
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