Están las cosas para ver comedias. Y si de
paso dejan dos o tres perlitas con fondo, pues mucho mejor. Y si hay unas gotas
de romanticismo, mejor todavía. La invención del vibrador es buena excusa para
presentar unas pinceladas de lo que era la Inglaterra victoriana, la miseria
existente, la hipocresía de su burguesía y como la mujer, fuera de la clase
social que fuera, siempre era víctima de una sociedad patriarcal y machista. Esperemos
que la peli no la vea Gallardón, no vaya a darle la idea de volver a considerar
la histeria femenina, una enfermedad.
En
los albores del feminismo se encontraba en el socialismo un punto de encuentro.
Era el sueño de la protagonista de Histeria,
Charlotte Dalrymple, “las mujeres unidas”, quien conseguirá el aplauso de todas
(pobres, burguesas, prostitutas…) en una de las mejores escenas de la cinta,
durante el juicio. Charlotte (interpretada por Maggie Gyllenhaal) es la mala, la mujer que se rebela,
sufragista, solidaria, peleona. La mujer que ve la pareja como algo entre
iguales, y que tiene claro que las mujeres que tienen que buscarse la vida para
comer, no tienen tiempo para “los nervios de la clase media”.
Esos
“nervios” son la “histeria femenina”, que hasta 1952 fue considerada una
enfermedad de mujeres. Allá por 1870 los síntomas estaban claros:
desfallecimientos, insomnio, retención de fluidos, pesadez abdominal, espasmos
musculares, respiración entrecortada, irritabilidad, pérdida de apetito y
“tendencia a causar problemas”. La curación, teniendo en cuenta que la ciencia
había decretado que las mujeres no podían tener orgasmos sin penetración, era
masajear médicamente el clítoris de la histérica hasta que tenían un
“paroxismo”, y se quedaban relajadas.
El
médico suplía a esos maridos puritanos que no sabían hacer el amor a sus
mujeres, ni con la forma, ni con la frecuencia debida. El uso de la mano resultaba
agotador, hasta que Joseph Mortimer, un joven médico, inventa junto a su amigo
millonario, Edmund St. John, un friki de la electricidad, el vibrador eléctrico.
El vibrador se convertirá desde el principio en un éxito, en sus inicios, como
material sanitario. Con el tiempo, no hace tanto, se ha convertido en juguete
sexual.
Directora: Tanya Wexler.
Guión: Stephen Dyer, Jonah Lisa Dyer.
Reparto: Hugh Dancy, Maggie Gyllenhaal,
Felicity Jones, Rupert Everett, Anna Chancellor, Gemma Jones, Jonathan Pryce.
País: Gran Bretaña.
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