La hemos visto en multitud de ocasiones sobre el escenario,
en el cine, en series de televisión; hemos oído su voz doblando a las grandes
actrices; hemos vivido su compromiso social en multitud de actos. Ahora expone
sus retratos, In Solidum, en la Fundación AISGE (Ruiz de Alarcón, 11 de Madrid).
(Las fotos..., de Fran Lorente)
El tamaño de los retratos es muy grande y Amparo explica,
escenificando, cómo se aleja y acerca al cuadro buscando perspectivas y
tamaños, que de tanto ir y venir se hace mucho ejercicio, que no hace falta
gimnasio. Con su mirada clara y su vitalidad nos explica cómo surge In Solidum.
Me explica que surge de la necesidad de hacer un homenaje a
los poetas y artistas que marcaron su vida: “Son aquellas personas con las que
de una u otra forma fui creciendo como ser humano. Evidentemente, no están
todos, pero sí los diez principales. En una exposición anterior titulada Diez mujeres, diez las protagonistas
eran exclusivamente mujeres… Mujeres como Pasionaria, Clara Campoamor,
Rigoberta Mentxu, Rosa Luxemburgo, las abuelas de la Plaza de Mayo…
Se trata de un cambio radical con respecto a su última
muestra Colores…, era una obra abstracta en la que lo importante era las
posibilidades del color y los juegos cromáticos.
El retrato es un género complicado, asegura Climent, “la
persona retratada es también parte de mí. Me sumergí en sus vidas, me
documenté, releí sus obras. Con Marcos Ana, que es el único personaje con vida,
hablé mucho. Y a partir de ahí comenzó el trabajo del formato y el cromatismo.
Hay que tener en cuenta que los retratos están basados en fotografías en blanco
y negro.
Los textos que acompañan a los cuadros también son muy
importantes, “son un valor añadido”, asegura. “Conozco a todos los autores y
han sido muy generosos al aceptar participar sin poner ninguna pega. Son gentes
de mundos variopintos: escritores, profesores universitarios, políticos…La idea
de que escribieran redimensiona la exposición. De hecho, mi figura pasa a un
segundo plano. El protagonismo es, sin duda, de las figuras homenajeadas”.
No puede esconder Amparo Climent que tiene querencia por el
retrato de Tina Modotti: “En principio no sabía quien era, pero enseguida me
atrapó. Me fascinó su vida apasionante, apasionada y me he sentido muy
identificada con la vida de esta fotógrafa”.
Reconoce que la exposición ha supuesto un trabajo “intenso,
emocionante, creativo de casi tres años. Ha sido un trabajo íntimo en el que la
vida del personaje me impactaba tanto que tenía que parar a tomar aire. Y he
descubierto cosas muy profundas de unas personas que, de alguna manera, se han
convertido en parte de mi familia”.
Amparo Climent se considera una artista comprometida, “sin
duda. Siempre he tenido un compromiso claro en defensa de la justicia,
especialmente a raíz de la huelga de actores y actrices de 1972, momento en que
comencé a militar en el PCE, hasta principios de los ochenta”.
Y, aunque la
Climent es valenciana, todo esto surge en Madrid: “Vine a
Madrid muy joven a buscarme la vida como actriz. Bueno mi familia no era de
izquierdas, que mi padre era médico militar”. Narra como sufrió un par de
detenciones y le costó alguna bronca familiar, pero aunque haya sido un poco
“la cosa rara de la familia, siempre hemos mantenido el respeto mutuo”.
Aunque separa sus distintas facetas de pintora y actriz, se
trata de una artista muy redonda, no literalmente, claro…También escribe: “Obtuve
el premio Agustín González de teatro; y he escrito guiones, como el del corto ADN, basado en la
tragedia del Yack 42. El problema es que sigo haciendo de todo y me falta
tiempo a pesar de estar en pie a las seis de la mañana”.
Lo suyo es un no parar, que hasta hace poco formó parte de la
directiva de la Unión
de Actores, y opina de la situación de
actores y actrices. Lo ve mal y es crítica: “La cultura es de lo primero que se
prescinde y lo menos importante para este Gobierno”. Ahora bien, considera que
la evolución es muy buena. El cine español está muy bien posicionado.
Actualmente en España se hace un cine magnífico porque hay muy buenos
directores. Por fin ha dejado de ser menospreciado lo que tenemos”. Y eso sí,
considera que hay que invertir dinero porque
sin ayuda no podrían realizarse películas. “De hecho, si no hubiera
compras por parte de los canales de televisión, no podrían hacerse películas”.
Un placer compartir un tiempo con Amparo Climent, con su
elocuencia, con su mirada clara y brillante, con sus manos llenas de pintura. Con su voz..., que suena a la serie Vacaciones en el mar. Y
una grata sorpresa, su pintura.
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