Fue Platón quien hablaba del “arte” de la política. Un arte
noble. Esta mañana escuchaba en la Cadena Ser una entrevista que le hacía Pepa Bueno a Ignacio
González, presidente de la
Comunidad de Madrid. Como triste conclusión general, ha
quedado claro que este hombre hace de la política un arte innoble. Hace de la
política un arte de birlibirloque, de trilero.
Como diría mi madre, IG ha hecho suya la máxima “por eso los
albañiles usan zapatillas blancas”, que por más que Pepa Bueno preguntaba por
activa y por pasiva acerca de la
Sanidad , de la privatización, él miraba para Cuenca sin
ninguna vergüenza.
Y sin ninguna vergüenza ha asegurado que “está bien
aprovechar la experiencia adquirida en la vida pública (en la política) para la
empresa privada”. O sea, contactos y tal… O sea que pagamos a los políticos
durante años para que con sus contactos luego se dediquen a la empresa privada.
En el absurdo de los absurdos, ha llegado a comparar la
privatización de la Sanidad
con la de Gas Natural, como si un cáncer nos lo fueran a solucionar en Gas
Natural. No se entera. Las movilizaciones contra la privatización de la sanidad
afecta a todos los sectores profesionales y a toda la ciudadanía, especialmente
a las personas más desfavorecidas. Mire, IG, se puede vivir con un gas
privatizado aunque seamos contrarios a ello, pero no se puede vivir con
enfermedad. Casi seis millones de parados no van a poder acceder a la sanidad
privada. Enfermos crónicos ya están quitándose de comer porque tienen que pagar
unos medicamentos a los que ahora, además, en Madrid hay que pagar un euro porreceta.
Y más, que IG ha venido a reconocer que todo esto que se
está haciendo con la Sanidad ,
con la enseñanza, con Telemadrid es porque el PP ha sido un desastre gestionando
durante 17 años, por ello Madrid está en una situación económica espantosa.
Los argumentos de IG son una parte más de la suciedad que
todo lo invade. Horas después de la entrevista, el que fuera consejero de
Sanidad de la Comunidad
de Madrid, Güemes, dimitía de su actual cargo en el Consejo de Administración
de la empresa a la que benefició con la privatización de los servicios de
análisis de sangre. Por lo visto, era legal lo que hizo, pero estaba en la cima
de la inmoralidad. Lo legal puede ser inmoral, indecoroso.
La política en España, y especialmente en Madrid, ya no es
un noble arte. La ciudadanía está cada vez más harta. No echen más leña al
fuego.
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