Querido rey:
Veo que te han entrevistado, o mejor, has mantenido una
charla amistosa con Jesús Hermida en la tele pública para lavar tu imagen, que
anda maltrecha entre cacerías y urdangarines. Veo que se emitió una entrevista
de 20 minutos que en el reloj del despacho fueron 50, como nos hace ver El
País. Habrías necesitado un script para tanto mamoneo manipulador. Veo que estás
completamente inflamado y deformado a pesar de que te buscaran el mejor perfil.
Querido rey, veo que al hilo de las ocurrencias
independentistas de Mas, andas diciendo, entre circunloquios en plan Gila, que
alguien anda con políticas rupturistas.
Querido rey, no te enteras. Los principales problemas están
en tu casa con tu opacidad. Dicho esto, deberías entender que las políticas
rupturistas territoriales (el patrioterismo catalán, el euskaldun o el de Villa
Abajo) las alimentan los patrioterismos
españolistas. ¿Te suena Wert, querido rey?
Querido rey, que aquí el rupturismo viene de donde viene,
incluyendo a la Iglesia católica que se mete, con la complicidad histórica de
la derecha en la médula del Estado, en la médula de la educación. La Iglesia va
más allá de aquel concordato con el que, como tú, Franco dejaba las cosas
atadas y bien atadas.
Querido rey, veo en El
País que desde príncipe mentías con frecuencia, que yo creo que nos has
tenido engañados durante muchos años. Sí hombre, cuando decías que el rey lo iba
a ser tu padre. No lo olvidemos, al fin y al cabo eres un Borbón, vergonzoso
apellido en la historia de este país, que el vecino supo atajar a tiempo con la
guillotina.
Querido rey, el rupturismo es saltarse la Consitución para recortar
pensiones, privatizar sanidad, educación, recaudar más IVA, acabar con la
negociación colectiva,
Querido rey, entre cacerías y tal seguramente no te enteras
de lo que ha venido pasando en España. Allá por 1996 al PP de Aznar le dio por
decir que España iba bien, cuando lo que ocurría era el principio del fin. El
PP aprobó una ley del suelo que posibilitó la locura urbanística especulativa. El
dinero se movía, o mejor, se movían apuntes bancarios porque, no nos engañemos,
dinero no había salvo en las cajas de seguridad de los bancos y en los paraísos
fiscales de los chorizos de siempre.
La cultura del pelotazo y nuevo rico triunfaba en detrimento
de la industria, en detrimento de la formación y el desarrollo.
Finalmente todo estalló. Y aquí andamos sin sistema
productivo y sin siquiera apuntes bancarios.
¿La solución ultra del capital? Regalar a empresarios, o
mejor, amiguetes, todo lo público: sanidad, enseñanza, cultura..., todo. No
vayas a creer que eras el único al que regalaban yates y prebendas, querido
rey.
Querido rey, quizá no contaban con la rebelión de la calle.
Ya no somos los «perroflautas», somos médicos, jueces, abogados, científicos...
Es toda la sociedad la que está en la
calle: juventud sin futuro, pensionistas sin derechos, personas dependientes...
Pero les da igual. Desfachatez, desvergüenza, calladas por
respuesta o, si acaso, represión policial, cargas injustificadas, detenciones
dignas de países totalitarios. Respuestas en Madrid de Ignacio González, su
presidente, como «bienvenidas sean las dimisiones de los médicos» o vamos la
ilegalizar el derecho de huelga.
Si a este caos se hubiera llegado con la izquierda en el
Gobierno..., no sé yo si los tanques no estarían en las calles con una derecha
cómplice.
Querido rey…, y tú…, a tus cosas, perdido completamente el
pulso del país, perdida la complicidad de tus súbditos. Con entrevistas que no
son entrevistas, sino patéticas puestas en escena que recuerdan a lideres
divinos que aquí no nos creemos. Querido rey, tienes edad de jubilación. No sé
si deberías dejarle el marrón a Felipe o a quien sea, o mejor, lo hablamos y
montamos la Tercera, con colores más bonitos.
No me malinterpretes, que esta noche vienen los reyes, los
magos.
Felicidades por tu cumpleaños.
¡Y ah!, ¡feliz 2013!
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