Blog de Alfonso Roldán Panadero

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En las fronteras hay vida y tuve la suerte de nacer en la frontera que une el verano y el otoño, un 22 de septiembre, casi 23 de un cercano 1965. En la infancia me planteé ser torero, bombero (no bombero torero), futbolista (porque implicaba hacer muchas carreras), cura (porque se dedicaban a vagar por la vida y no sabía lo de la castidad...) Luego, me planteé ser detective privado, pero en realidad lo que me gustaba era ser actor. Por todo ello, acabé haciéndome periodista. Y ahí ando, juntando palabras. Eso sí, perplejo por la evolución o involución de esta profesión. Alfonso Mauricio Roldán Panadero

miércoles, 27 de marzo de 2013

Reinventarse


Anda de moda la palabra «reinventarse» a cuento de la crisis. A cuento de la crisis, lo que durante años hemos ido haciendo, creando, trabajando ya no sirve para nada. La experiencia se disuelve como un azucarillo.

Ellos saben hacerlo: Se les ha acabado la gallina de los huevos de oro del pelotazo urbanístico y ahora toca reinventarse. Toca privatizar educación, sanidad y hasta el agua que bebemos para buscar nuevos «nichos de pelotazos».

Igual que se nos olvidó que la vivienda es un derecho, querrán que se nos olvide que la educación, la sanidad, y hasta el agua que bebemos son derechos.

Aquí, la Iglesia es la única que sabe hacerlo. Ahí siguen en la cresta de la ola sin reinventarse desde que Pedro puso la primera piedra en una organización que cada domingo sigue dando un mitin obligatorio para sus afiliados por todo el mundo.

Hay que tener cuajo para dimitir en latín y conseguir ser portada en todos los periódicos.

Yo, que miro de reinventarme, me quedo perplejo cuando hasta los medios de comunicación más ilustrados, en el sentido racional del término, viajan a Roma y, hora tras hora nos tienen en un sinvivir para ver y transmitir urbi et orbe si echa humo blanco una chimenea.

Un humo, que si es blanco, significará que un señor nuevo con un gorro gigantesco y más anticuado que el tricornio hablará con el cielo.

Eso sí, conseguirá que todas las propiedades terrenales no tengan que pagar Impuesto de Bienes Inmuebles a pesar de que cientos de personas de su rebaño sean desahuciadas de sus viviendas y consideradas «filoterroristas» por representantes de las fuerzas de orden como proclama la delegada del Gobierno madrileña. A César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios.

En definitiva, o nos reinventamos, o nos hacemos curas. O monjas.

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