Felipe Serrano, su libro y una bici en una foto de FRAN LORENTE. |
Un día de hace tres años entrevistaba a Felipe Serrano, periodista en la
cadena Ser, a cuento de un interesante libro sobre los 200 años del Hotel Ritz,
donde trabajó como camarero en su juventud. Ese mismo día de la entrevista,
recuerda Serrano, Eduardo Tamayo fue a la Puerta del Sol para reunirse con
Esperanza Aguirre porque tenían “supuestamente” una cita. Ahora acaba de
publicar El tamayazo. Crónica de una
traición, coincidiendo con el décimo aniversario de aquel golpe a la
democracia. Si PSOE e IU hubieran accedido al poder en Madrid tal como clamó la
voluntad popular no estaríamos donde estamos con Caja Madrid, con los horarios
comerciales, con las privatizaciones sanitarias y el golpe a la enseñanza
pública… Quizá detrás del tamayazo,
que contó con la colaboración de militantes del PP, había muchos más intereses
de lo que pensamos. O quizá no. Felipe Serrano ahonda en nuevas claves a través
de su libro.
P. ¿Cómo surge
la idea de escribir un libro sobre el tamayazo?
R.
Principalmente por una necesidad periodística. Igual que ocurrió con el Ritz,
aprovecho un aniversario, es este caso el décimo para abordar un asunto que
desde el punto de vista periodístico tiene morbo e interés; y desde el punto de
vista judicial nunca se había investigado.
P. ¿Cuánto
tiempo has trabajado en él?
R. Empecé hace
dos años. La primera parte, la más engorrosa, consistió en hacer acopio de la
abundante documentación, especialmente del Diario
de Sesiones de la Asamblea de Madrid, con motivo de la comisión de
investigación. La parte intermedia la dediqué a entrevistas personales y al
final intenté encajar el puzle con los numerosísimos datos que había.
P. Con cuántas
personas te has entrevistado?
R. Alrededor
de medio centenar de personas. No con todos los que hubiera querido, pero hubo
algunos que no quisieron atender la petición de entrevista…
P. ¿Quiénes?
R. Por
ejemplo, Eduardo Tamayo, Dionisio Ramos y Ricardo Romero de Tejada.
Posiblemente son las tres personas que más saben del asunto.
P. Has tirado mucho de hemeroteca. Llaman mucho la atención
los interesantes “pies de página”. Contextualizan mucho a los protagonistas
además de dar algunos toques culturales de Madrid.
P. No hay tanta hemeroteca, pero sí me hago cargo de que
después de tanto tiempo muchas personas no tienen por qué estar al cabo de la calle
de lo que ocurrió y me parecía que podía resultar de interés acotar al máximo
el terreno para que todo el mundo tuviera una especie de guía, ya que se
manejan muchos nombres y corría peligro de que el lector se pudiera perder.
P. Dicen que es una crónica sin ficción y que se dedica a
indagar. Yo creo que es un gran reportaje interpretativo, aunque no haya
opinión.
R. Intento aplicar periodismo interpretativo sin adornar con
muchos adjetivos. La única parte opinativa está en el prólogo y el epílogo.
P. El libro,
lógicamente, no está cerrado… No sé si piensas continuar con ello o se trata de
una obra imprescindible para que alguien, en un tiempo, siga con la
investigación.
R.
Solemnemente garantizo que no habrá segunda parte ocurra lo que ocurra… Es
obvio que el tamayazo continúa siendo
un caso abierto, fundamentalmente porque los que más saben del asunto no han
dicho la última palabra. El hecho de que algunos personajes, como María Teresa
Sáez, esté empezando a manifestar su malestar por cómo fue tratada por sus
compañeros de andanzas, puede abrir una nueva línea de investigación. Creo que
ha transcurrido demasiado tiempo sin que se puedan aportar novedades con el
agravante de que es una herida abierta de la democracia.
P. En el libro
hay una entrevista con el que fuera jefe de los “renovadores por la base” del
PSOE, Balbás, con Esperanza Aguirre, con Rafael Simancas, descubre las andanzas
de Tamayo… ¿Qué es lo más novedoso que aportas con tu investigación?
R. La salida
profesional de Tamayo buscándose la vida en Guinea tiene un componente exótico.
A mí me resulta muy llamativo que él en un momento hablara de pactos económicos
con la dirección del PP de Madrid y el PP no niega aunque lo desmiente. También
me resulta llamativo que, como reconoce Rafael Simancas en el libro, Zapatero
se desentendiera de la investigación del tamayazo
cuando llega al Gobierno de la nación en 2004 con el argumento de que no era
demasiado interesante hacer de ello un asunto central porque podría
desestabilizar a la Comunidad de Madrid y al propio PSOE, por su
responsabilidad al incluir a estos dos tipos en la las listas.
P. Con la
lectura del libro se observa cómo son los entresijos a la hora de conformar las
listas electorales, al menos en el PSOE en ese momento. Se negocian en reservados
de restaurantes, en hoteles, con personajes que son auténticos sinvergüenzas…
R. Hay un
pasaje, en el que quizá no se ha reparado demasiado, en el que explico que el
entorno de Simancas traslada a la dirección federal que no va a incluir ni a
Tamayo ni a Sáez en las listas y reciben una indicación expresa por parte de
Ferraz (sede federal del PSOE) en el sentido de que “sí o sí” tenían que estar
incluidos. Si no los incluía la dirección de Madrid, lo haría la federal a
través de la Comisión de Listas. Al final, la traición fue, primero a los
electores; en segundo lugar a Rafael Simancas; pero muy singularmente también a
la dirección federal del PSOE, muy interesada en que los traidores estuvieran
en la lista ya que pertenecían a la corriente “renovadores por la base”
dirigida por Balbás, que jugó un papel determinante en la elección de Zapatero
como secretario general del PSOE en el 35 Congreso.
P. Queda la
impresión de que las heridas siguen abiertas, de que las relaciones Esperanza
Aguirre y Gallardón por estos hechos siguen enconadas; que Simancas sigue
tocado…
R. Creo que la
parte del PSOE lo tiene más resuelto porque por esa vía pocas novedades va a
haber. No descarto que por parte del PP, en algún momento, pueda haber alguna
novedad.
P. ¿Fue una conspiración
del PP?, ¿del PP con el PSOE?, ¿fue algo tan simple como que dos personas se
llevaran un dineral?
R. No tengo
datos que muestren que Tamayo y Sáez hayan tenido un incremento patrimonial
notable como consecuencia de la traición. Sí es evidente que ambos formaban
parte de una actuación antidemocrática para impedir que Rafael Simancas fuera
presidente de la Comunidad. Y ellos no estuvieron solos en su felonía, tal como
atestiguan las numerosas coincidencias y datos que avalan que militantes del PP
les prestaron un apoyo inequívoco.
P. ¿Fue un
golpe de Estado?
R. Fue un
golpe civil a la voluntad democrática manifestada en las urnas por un millón y
medio de personas que querían que hubiese un Gobierno de izquierdas.
P. ¿Hay muchos
indeseables en la política? Personajes que aparecen en su libro siguen
deambulando…
R. Algunos
siguen deambulando, pero básicamente todos están amortizados políticamente.
Unos han ascendido, otros han cambiado de actividad, pero básicamente diez años
después no queda títere con cabeza.
P. Balbás, el
jefe de los “renovadores por la base” es un personaje curioso…
R.
Prácticamente es el único que sigue haciendo lo que hacía, es decir, dedicarase
al asesoramiento. Es auditor, es contable y parece ser que los negocios le van
muy bien, incluso con proyección internacional en algún país exótico incluso,
con lo cual la crisis no le ha hecho mella.
P. Se define
como cristiano que utiliza métodos leninistas…
R. Presume de
ser un gran estratega. Bueno…, es conocido por algunas intervenciones en alguna
conocida TDT.
Presiones fácticas
P. ¿Se
paralizó algo que hubiera en el programa de izquierdas (PSOE-IU) especialmente
peligroso o importante para alguien?
R. Rafael
Simancas iba a ser un presidente incómodo porque ponía en entredicho muchos
intereses económicos que había en juego. En su momento se hizo mucho hincapié
en el modelo urbanístico; pero también había otro tipo de intereses,
singularmente todo lo que tiene que ver con Caja Madrid, habida cuenta de que
Rafael Simancas ya había dicho en una entrevista periodística que Blesa no iba
a continuar al frente de la entidad. Además había otro tipo de intereses en
juego de primerísimo nivel, hasta el punto de que Rafael Simancas recibe
presiones directas por parte de determinados poderes fácticos que le envían
emisarios advirtiéndole de que tuviera mucho cuidado en lo que hacía, sobre
todo en asuntos relacionados con la enseñanza concertada, los horarios
comerciales y los intereses sanitarios privados. Creo que todos esos elementos pesaron
mucho como para que hubiera movimientos subterráneos, no necesariamente
relacionados con el tamayazo, o quién
sabe si también con el tamayazo para
evitar que Simancas fuera presidente de la Comunidad de Madrid.
Con el autor, el libro y la bici en otra foto, espontanea, de FRAN LORENTE |
“El tamayazo es una herida abierta de la democracia”
“No descarto
que por parte del PP, en algún momento, pueda haber alguna novedad”
“La traición
fue a los electores; a Rafael Simancas; pero muy singularmente también a la
dirección federal del PSOE”
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