
Imagino que sacerdotes y jerarquía eclesiástica practican el onanismo sin condón, por amor propio. Lo que empiezo a pensar es si Benedicto tiene alergia al latex.
La ofensiva papal y de Rouco contra el sexo seguro coincide con la llegada de la primavera, que la sangre altera, un buen momento, antes de que la Semana Santa nos invada, para pasear por ciudades de España.
Cádiz rebosa de motos, rebosa de peñas flamencas, rebosa vírgenes y cristos. Cádiz rebosa de luz y, a veces, viento. Rebosa de playa. Rebosa de prehistoria y de historia. Cuna de los intentos democráticos de España. Cádiz es casi una isla en la que el Sol sale y el Sol se va con el mar como testigo. Pero también rebosa de guasa. Que una calle puede tener dos nombres. O eso me parece a mí y parece quedar claro en la foto.
Cádiz está pensando en 2012. Pero además de pensar, debe ponerse a trabajar. Su Ayuntamiento, fundamentalmente. Igual que Sevilla o Barcelona en su momento dieron un vuelco a sus ciudades, 2012 es el momento de Cádiz. A partir de 2012, además de su encanto, Cádiz debe sumergirse de lleno en el siglo XXI, más allá de los astilleros. Cádiz debe aprovechar su pasado para mirar al futuro. Para ganar el futuro.
Mientras tanto, y, a pesar del Papa y del polen. ¡Viva la primavera!
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