
Caminaba yo por el Paseo del Prado cuando me encontré a un señor que, por lo que pensaba y pensaba (como se puede ver en la foto) llegué a creer que era el presidente del Gobierno haciendo cábalas sobre el futuro del gabinete. Pero no, era El Pensador de Rodín, que está expuesto frente a Cosmocaixa, tomando el Sol en pelotas, bajo la constante mirada de turistas y no turistas.
Miraba yo el cuerpazo de la escultura y decidido opté por marchar a una sesión pilatista. Allí, mi señora monitora, hizo que me acordara de Rodin y hasta del padre de Domingo Ortega a base de posturas complejas para mi cuerpo cuarentón. Ella sabrá.
Y con el cuerpo tembloroso, por el esfuerzo y por los nervios, acudí a Correos a recoger una notificación (otra) de…, la Agencia Tributaria. No sé si es que mi primer apellido salta en Hacienda, el caso es que tienen por costumbre marearme para nada, porque, como hoy ha sido el caso, terminan siempre diciendo que tengo razón, para lo cual utilizan dos folios escritos en terribles y tremendos párrafos sin apenas puntuación.
Después de leer la carta, adopté la postura de El pensador, de Zapatero y evoqué el nombre de Pedro, Pedro Solbes…
No hay comentarios :
Publicar un comentario