Una niña enferma de
leucemia, que una hija muera, es algo que va contra natura. Es terriblemente
doloroso. Es algo que nos llega al hígado. Un padre es capaz de cualquier cosa
para que su hija no muera y si la muerte es irreversible, es capaz de cualquier
cosa para que sea feliz, para que vea cumplidos sus deseos. Ese es elemento
central del puzzle que es Magical girl. Alicia está enferma y su gran deseo es
tener el vestido de la serie japonesa Magical Girl Yukiko. Luis, su padre hará lo
indecible para cumplir el deseo de su hija.
Pero el destino, o la casualidad que siempre tengo dudas al
respecto, hace que aparezca Bárbara una mujer especialmente complicada. Vale,
una persona bastante desequilibrada que desde la infancia roba la voluntad de
un profesor de matemáticas como sólo una mujer sabe hacer. Es la manipulación
llevada al extremo. Una manipulación capaz de doblegar y destrozar la vida de
ese profesor, magistralmente interpretado por José Sacristán.
Las circunstancias dan lugar a nuevas circunstancias y la
perversión humana a nuevas perversiones con ese fondo inquietante y de estética
manga al que tan aficionado es el director de la cinta, Carlos Vermut.
Efectivamente, de la sala oscura sales impactado, o impactada.
En eso consiste también el cine. ¡Ah! Y dos detalles más: coincido en que la Constitución Española
es el libro menos leído de las bibliotecas y…, si no hubiera recortes en la
educación madrileña no habría historia…
País: España
Director: Carlos Vermut
Guión: Carlos
Vermut
Reparto: Luis
Bermejo, José Sacristán, Bárbara Lennie, Lucía Pollán, Israel Elejalde, Alberto
Chaves, Teresa Soria Ruano, Miquel Insúa, Elisabet Gelabert
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