La manifestación de ayer, la confluencia de
las marchas de la dignidad en Madrid, por la cantidad de personas y su
pluralidad, recordaron a las celebradas por el “No a la guerra”. Por otra
parte, todo siguió la hoja de ruta: Insultos previos por parte del presidente
de la Comunidad de Madrid y su vocero Salvador Victoria, profetas de cómo acabó
la cosa. Miles y miles de personas de toda edad y condición reivindicando en
ambiente tranquilo y festivo. Posteriormente los reventadores y unos disturbios
tremendos que grabó Fran Lorente y os invito a ver. Unos disturbios que
comenzaron cuando todavía miles de personas estaban en la plaza de Colón, antes
de la hora de finalización del acto. Y rápidamente la reacción de los medios de
comunicación dando relevancia a la violencia.
Como
en tiempos de Franco hoy ha sido día
de ver qué decía la prensa internacional, que aquí, salvo por algunos medios
digitales es imposible saber lo que pasa salvo que estés en primera persona. Lo
de El
País, un medio serio o de calidad que se decía en la facultad de
Periodismo, ha sido gracioso: publica los datos de asistentes ofrecidos por la
policía (35.000, que es que suena a chiste malo) e ilustra el artículo con una
foto que muestra toda la plaza de Colón, Recoletos, Paseo del Prado hasta el
infinito y más allá repleto de manifestantes. O sea, que si hubiera sido una
misa de Rouco, del Papa o una concentración de la AVT o contra el aborto, ahí habría dos
o tres millones de personas, que no las había, lógicamente.
La
cosa es tan de Gila, como que hoy se
han manifestado los policías de la UIP,
vamos los antidisturbios, porque pasaron miedo. A ver, que aunque soy de
letras, 35.000 personas que dicen que
hubo (con niños, viejos, gente en silla de ruedas, incluso algunos pacíficos
manifestantes agotados de andar…), dividido entre 1.600 antidisturbios con sus
cascos, sus botas, sus chalecos, sus pelotas de goma, sus botes de humo, sus
furgonetas, tocaban a menos de 29 manifestantes por antidisturbio. Lo mismo
todo corresponde a otra hoja de ruta para comprar más material antidisturbio y
endurecer la Ley mordaza, que un centenar de personas han salido en apoyo de la UIP. Cosas del ruedo ibérico,
sin duda.
Evidentemente
estuve en la manifestación. Aquello eran riadas y riadas de gentes con banderas
y sin banderas. Mucha gente anónima. Por ahí andaba Cristina Almeida, poco sospechosa de ultra radical peligrosa, salvo
para el Tribunal de Orden Público
franquista. Y vi a mucha gente de CCOO,
claro. Y mucha gente de partidos políticos, de IU y del PCE, claro. Y
muchos socialistas anónimos y de pequeños partidos como Equo. Banderas de Andalucía, Extremadura, Asturias.. Y también
estaban gentes venidas de Euskadi, de ELA, que normalmente no va donde va
Comisiones. Y banderas de la CGT y
la CNT. Y banderas arcoíris. Y
muchas con los colores de la República de España. Eso sí, el grueso de la
manifestación estaba compuesto por madrileños y madrileñas, del foro y
aledaños. Gentes sin identidad madrileña, que es lo que tiene Madrid,
“rompeolas de todas las Españas”, que decía Machado.
Os
invito a pinchar para ver breves videos de las mujeres del carbón, de la dignidad a ritmo de batukada y de trabajadores de Coca-Cola.
Y
Madrid, el pueblo de Madrid, ha vuelto a ser acogedor para el foráneo. La
dignidad del madrileño va un poco por ahí. Acoger con brazos abiertos aunque te
pongan a pingar por cien mil tópicos. Pero…, debemos ser distintos porque no
nos tomamos a mal cuando nos critican que hablamos un mal castellano, que somos
chulos, que somos unos fachas, que tal y tal... Supongo que aguantar tres años
de bombardeos fascistas y luego el hambre, que me contaba mi madre, nos da un carácter especial.
Ayer
la cosa terminó como el rosario de la
Aurora , como aquellas manifestaciones de estudiantes del cojo manteca, con Twitter echando humo,
con periodistas jugándosela, como Kike Rincón que terminó con la cara rota. O cómo mi amigo Fran Lorente,
fotografiando y grabando una jornada histórica. Yo, que ya tengo una edad, mientras
Fran (@frlorente) se la jugaba tomé el autobús de vuelta. Y por telegram iba
viendo que parecía que estaba vivo.
Madrid
ardía literalmente y las redes sociales metafóricamente cuando me encontré en
mi TL un tweet, sorprendente para mí en aquel momento, de Esteban Umerez un joven aunque relevante abogado que trabaja en Bilbao y que estaba indignado porque en
la pancarta del acto de cierre, en vez de “Duintasuna” (dignidad en euskara),
ponía “Duitasuna”. Vamos, que faltaba un “n”. Ahí pongo la foto del tuit donde
dice: “No os hacéis una idea cuánto me toca los cojones que SISTEMÁTICAMENTE
cometáis errores ortográficos en euskara”. Yo, que vivo entre textos con erratas y señores que hacen pancartas, quise quitar hierro al asunto, que veía
que todavía le buscaba la ruina al señor que hizo la pancarta. La respuesta de
Úmerez fue contundente “no tienes ni puta idea”.
Evidentemente
no tengo ni idea de qué es no tener ni idea. Intenté disculparme por herir su
sensibilidad y dudar que todo corresponda a no sé si una conspiración algo
paranoica y ahí me quedé. Bueno. No pude enviarle un MD porque ya no me sigue,
quizá porque me reí con Ocho apellidos
vascos. Quien me conoce un poquito sabe que si aprecio a alguna tierra y a
algún pueblo es al pueblo vasco. Si por twitter me han amenazado de muerte los
voceros fascistas ha sido por decir que Otegi tiene que estar en libertad. Pero
claro, de ahí a paralizar una revolución por una errata (que no etarra), o una
falta de ortografía… Es que, con la que estaba cayendo ayer en Madrid, me
pareció hasta una falta de respeto, incluso una falta de educación. Y eso de
que los vascos son violentos, brutos y maleducados es un tópico. Os lo aseguro,
por eso no me gusta cuando lo alimentan.
Más
allá de lo sencillo que es manipular con sentimientos tribales, hay zonas
grises y muchas, muchas veces las cosas no son como parecen, ni como queremos
que parezcan. A veces las cosas son muy, muy simples. A mí me viene a la cabeza,
con esto de la “n” ausente, aquella “h” presente en la peli Arriba Hazaña, de mi adolescencia.
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