No me gusta utilizar las palabras de forma
violenta, quizá por eso me vengo reprimiendo al escribir en esta vida desde el
lago. Estoy enfadado. Es un enfado fronterizo con el asco hacia el presidente
de la Comunidad de Madrid, Ignacio González, que considera que quienes mañana
se manifiesten en Madrid después de recorrer buena parte de la península son
unos nazis. Seguro que lo que busca este tipo es precisamente eso, que sintamos
asco y más. Busca provocar a quienes más fácilmente se dejan provocar, para que
mañana sea una jornada que pueda ser denostada por todos los voceros ultras.
Esta
gente del PP hace ya mucho que no gobierna, se limitan a provocar, que el lío,
el griterío, el ruido mediático, es donde mejor se desenvuelven. Tengo un
enfado fronterizo con el asco hacia este personal. Pero también tengo tristeza,
disgusto, cuando veo cómo muchos alientan el cainismo entre quienes somos
contrarios al rumbo ultra que padecemos en este país y en Europa. Nos quieren
robar derechos y estado de bienestar y aquí nos atizamos entre nosotros, claro,
que hay mucho topo y mucho desestabilizador.
Veo
cómo sindicatos de corte nacionalista, anteponen su visión sindical corporativogeográfica a elementos
en los que estamos todos de acuerdo: defender derechos laborales y sociales
conquistados. Veo como leninistas de nuevo cuño, que no han leído a Lenin, no saben lo que son las
“condiciones objetivas”, no se preguntan “¿qué hacer?” y rechazan la unidad.
Piensan que la revolución son fuegos artificiales, no tienen ni idea de lo que
es la correlación de fuerzas. Amantes de revueltillas que no llegan ni a kale
borroka.
Las
marchas del 22 de marzo que mañana confluyen en Madrid están apoyadas por
multitud de organizaciones y plataformas. Organizaciones y plataformas cuyo
grueso está compuesto por gentes de Comisiones Obreras porque…, en el ADN de
las gentes de CCOO está el estar en todas partes, sin hegemonizar nada. En el
ADN de las gentes de CCOO están escritas palabras como solidaridad, justicia y
unidad. Por eso hay gentes de CCOO en asociaciones de vecinos, en plataformas
culturales, en plataformas reivindicativas. La marea blanca, la marea, verde,
la marea naranja…, todas las mareas no habrían sido igual sin gentes y gentes
de CCOO.
También
en el ADN de CCOO están las palabras dialogar, hablar, negociar. Y presionar
para dialogar, hablar, negociar. En CCOO sí se sabe lo qué es la correlación de
fuerzas, por eso en la llamada Transición aquí no hubo una guerra civil ni una
insurrección violenta para proclamar una República, que llegará. Las armas la
tenían los otros y habría sido un desastre mal medir los tempos.
CCOO
no es una secta. Es más, las gentes de CCOO son bastante libertarias aunque
sean las primeras y las que mejor se organizan cuando la situación lo requiere.
Las gentes de CCOO tienen criterio, de ahí la pluralidad que siempre ha
caracterizado al sindicato. Porque CCOO es eso, un sindicato de clase, un lugar
en el que se dan cita trabajadores organizados para defender sus derechos.
Desde
que las distintas marchas partieron para confluir mañana en Madrid, las gentes
de CCOO han sido las primeras en recibirlas, en prestar locales, en ofrecer
comidas. Y mañana en Madrid habrá miles de Comisiones, con pegata o sin pegata,
con bandera o sin bandera. Del Madrid, del Athletic, del Atlético, del Barça...
Ateos y cristianos. Comunistas, socialistas, socialdemócratas, ecologistas, descreídos
de los políticos actuales... Mujeres, hombres, heterosexuales, homosexuales, jóvenes,
viejos… Pero eso sí: gente luchadora que no se deja domesticar, pero por nadie;
gente que si se cae se vuelve a levantar. Por eso nos temen.
Magnífico artículo, doy fe de lo afirmado en el mismo. Mi propia experiencia en estos últimos años y la de muchos de mis compañer@s lo avalan. Un abrazo Alfon!!
ResponderEliminarUn abrazo. Una crítica así de Ronteky es más que una crítica, aunque sólo sea por el respeto debido a la experiencia y al saber hacer.
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