Blog de Alfonso Roldán Panadero

Autorretrato
Mi foto
En las fronteras hay vida y tuve la suerte de nacer en la frontera que une el verano y el otoño, un 22 de septiembre, casi 23 de un cercano 1965. En la infancia me planteé ser torero, bombero (no bombero torero), futbolista (porque implicaba hacer muchas carreras), cura (porque se dedicaban a vagar por la vida y no sabía lo de la castidad...) Luego, me planteé ser detective privado, pero en realidad lo que me gustaba era ser actor. Por todo ello, acabé haciéndome periodista. Y ahí ando, juntando palabras. Eso sí, perplejo por la evolución o involución de esta profesión. Alfonso Mauricio Roldán Panadero

viernes, 14 de marzo de 2014

Risas con El crédito de Jordi Galcerán, una cuestión de confianza


A pesar del IVA brutal que va a acabar con el teatro y la cultura en general, sigue siendo el teatro un lugar para que nuestro cerebro, nuestro corazón, nuestro alma viajen a un mundo mejor. Con El crédito de Jordi Galcerán me reí, me reí y me reí. Es sano reir y salir del teatro con satisfacción.

Si alguien quiere sumergirse en una tragedia griega o en alguna tendencia vanguardista, absténgase. Pero si lo que buscas es echar un rato agradable con presentación, nudo y desenlace y ver a dos grandes actores: Carlos Hipólito y Luis Merlo, El crédito es la opción más acertada de la escena madrileña.

Todo el mundo sabe que es complicado, a día de hoy, que el banco te conceda un crédito. Pero…, quizá no sabemos que somos nosotros, los clientes quienes tenemos la sartén por el mango. Se acabó el ir asustados a las sucursales bancarias. Se acabó humillarse. Hay fórmulas, más allá de nuestros inexistentes bienes para lograr ese crédito.

El crédito es confianza y la confianza no tiene precio, no se puede valorar en euros. En El crédito hay un juego de confianzas y desconfianzas. Y ojo, a pesar de las risas. No es ejercicio baladí, al salir, cuando dejas de tararear la musiquilla, detenerse a reflexionar un poco. Pero no de esta maldita crisis, no... 

Ahí os dejo el principio.

No hay comentarios :

Publicar un comentario