Blog de Alfonso Roldán Panadero

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En las fronteras hay vida y tuve la suerte de nacer en la frontera que une el verano y el otoño, un 22 de septiembre, casi 23 de un cercano 1965. En la infancia me planteé ser torero, bombero (no bombero torero), futbolista (porque implicaba hacer muchas carreras), cura (porque se dedicaban a vagar por la vida y no sabía lo de la castidad...) Luego, me planteé ser detective privado, pero en realidad lo que me gustaba era ser actor. Por todo ello, acabé haciéndome periodista. Y ahí ando, juntando palabras. Eso sí, perplejo por la evolución o involución de esta profesión. Alfonso Mauricio Roldán Panadero

domingo, 30 de marzo de 2014

Her: Amor 3.0


El futuro ya está, prácticamente, aquí. Her es una película fundamentalmente romántica con aroma a ciencia ficción, o mejor con alma concernista, esa reciente corriente artístico-filosófica preocupada por el futuro cercano pero sin caer en juicios de valor ni en catastrofismos, lo cual, como espectadores nos ayuda a reflexionar.
La historia nos demuestra que podemos enamorarnos a través de una relación epistolar, tener una intensa relación como la que vivió, por ejemplo, Vivaldi. La aparición de la primera fase de internet, la llamada web 1.0, también facilitó contactos, cibercontactos amorosos a través de páginas de eso, de contactos.

La llegada de la web 2.0  ha reventado las relaciones, con redes especializadas en contactar aunque sea sólo para mantener una relación ciberepistolar. Pero…, no son necesarias redes sociales especializadas en contactos, cualquier red sirve ya para mantener relaciones amorosas. Personas solitarias, personas tímidas, personas con problemas de relaciones en el mundo real…, hallan en internet un mundo donde encontrar personas con quien conversar y enamorarse.

He sido testigo presencial de amores increíbles entre usuarios de redes que de nada se conocen, que nada saben el uno del otro. Locura de amor en negro sobre blanco. Frenesí, despedidas y dolor en público.

El futuro próximo nos depara nuevas experiencias con la inteligencia artificial de los sistemas operativos y son los problemas que provocamos los humanos. Ese es el argumento de Her, un solitario escritor, Theodore, que acaba de divorciarse, se enamora de su sistema operativo, Samantha.

Algo así vi ya, menos drámatico en la serie Big Bang, cuando uno de los frikies protagonistas, el hindú Rajesh Ramayan, se enamora de una antecesora de Samantha. Se enamora de Siri, que ya está en nuestros dispositivos móviles.

Y es que…, hay algo fundamental: la voz. Puede surgir un amor basado en letras, en fotos, pero cuando aparece la voz… Con la voz la imaginación se dispara, se recibe más información. Enamorarse de un sistema operativo con quien poder hablar es acercarse al amor puro. Sin más contacto que el permanente y  adictivo contacto de cualquier amor. Pero es que.., si además se enamora de nosotros el sistema operativo… La cosa se complica. ¿Buscamos un contacto que es imposible? ¿Buscamos besos, caricias, sexo? Un sistema operativo no puede ofrecernos tacto, ni olor…

Enamorarse de un aparato puede ser algo perfecto si consideramos que la ausencia de mayores sensaciones es pureza, pero ¿nos puede defraudar también un sistema operativo? Ya me diréis.

Imprescindible esta película en los tiempos tecnológicos y de individualismos en que andamos, pero claro, hay que verla, o mejor, oírla en versión original para disfrutar del gran trabajo de Scarlett Johansson en el papel de la voz de Samantha. Y para disfrutar de éste tema musical. The Moon song, que me encanta. Estuvo nominado a los Óscar, pero ahí se quedó.

Dirección y guión: Spike Jonze
Reparto: Olivia Wilde, Amy Adams, Rooney Mara, Joaquín Phoenix, Scarlett Johansson, Chris Pratt, Portia Doubleday, Sam Jaeger, Spike Jonze, Bill Hader
País: Estados Unidos

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