
Después de ir de acá para allá y de allá para acá, paré un rato y pude comer con mi amiga
Ángela. La encontre agarrada a unos barrotes, como en la cárcel, pero no. estaba por fuera. Ángela es Ángela Bautista, que rima con periodista. Fue mi jefa hace unos… En fin, hace cuatro lustros era mi jefa. Y ahora es una de las periodistas con más experiencia, sabiduría y saber hacer de la capital, pese a quien le pese.
Ángela tiene los ojos transparentes, y la brillan. Sabe poner sonrisa de canalla y mirada de entre líneas. Siempre ha sido apasionada, por lo que a veces es capaz de echar por su boca sapos y culebras, pero jamás lleva el cuchillo escondido en la espalda. Con ella, después de una tempestad, es fácil que vuelva la calma. Salvo si la parte contraria es imbecil.
Ángela es de las personas de las que aprendí cosas cuando aún mi cabellera estaba limpia de canas. ¡Y no es que Ángela sea mayor! ¡Qué no, qué no! Ángela es de las que se remangan y echa p'alante como un Mihura. Pero luego se para y es sensible. Que yo pienso que debería retomar la costumbre de escribir poesía.
Y hoy hemos invertido un minuto en recordar que hace cuatro lustros la cosa era diferente, y que nos reíamos en el curro, y que discutíamos pero había un buen rollo invisible. Ahora la cosa es diferente. Hay más ineptos en puestos relevantes, hay pelotas insufribles, hay mindundis, trozos de madera…
En esto andaba nuestra cabeza, casi al tiempo en el que en la Asamblea de Madrid se ha armado la de San Quintín. Espe sandunguera, chula, prepotente, sin recato, ni vergüenza. Espe impertinente, caradura, estrafalaria. Espe populista y populera, gritona, marimandona. Espe caudillista, vocinglera, totalitaria y puñetera. Espeseudogolpista. Espe está ya muy tocada, huye hacia delante. Aparte de ella, no la importa nada.