Enrique en una foto de Fran Lorente. |
Enrique Hernández es un asturiano de 47 años madrileñizado desde hace veinte, cuando
aprobó unas oposiciones. Ya en la capital ha trabajado en Correos, en el
Instituto Nacional de la Seguridad Social, en el INEM (ahora SEPE) y, desde
hace dos años, en FOGASA (Fondo de Garantía Salarial), donde además es delegado
de CCOO.
Enrique es una de
las treinta personas que conforman la plantilla del FOGASA en la Comunidad de
Madrid, donde la situación de la plantilla ha venido degenerando en los últimos tres años a
límites tercermundistas: “Los expedientes se acumulan, no tenemos material, ni
carpetas, los bolígrafos los tenemos que llevar de casa…, en una ocasión hubo
una inundación que se llevó por delante los expedientes”, recuerda; y destaca
que “aunque los planes del trabajo que plantea el nuevo jefe de unidad son muy
buenos, se desmoronan porque no hay forma de llevarlos a cabo en esta situación
de colapso. La plantilla está estrangulada. Estamos tardando hasta dos años en
pagar a las personas que recurren a nuestro servicio”, explica.
La situación de
FOGASA, como decíamos ayer, comenzó a ser preocupante hace tres años, pero hace un año y medio llegó
lo peor con 26.000 expedientes. Enrique, que es auxiliar, se encarga de la
atención al público por lo que convive a diario con tragedias personales, desde
gente que llega llorando porque si no se les paga, les embargan la casa y
necesitan una urgente resolución, hasta quienes son analfabetos funcionales que
no saben diferenciar la documentación. Asegura que “la gente es buena, entiende
las circunstancias. Nosotros recogemos la documentación, si hay algún error les
informamos y otro compañero instruye el expediente”.
El colapso hace que
el FOGASA no pague lo que debe y provoca que muchas empresas, muchos despachos
de abogados por ejemplo, tengan que cerrar paralizándose un sector económico.
“Es la pescadilla que se muerde la cola”, explica Enrique, que recuerda el
reciente caso de una trabajadora, cuyo despacho no puede cobrar de sus clientes
porque el FOGASA no paga a los trabajadores que atienden. Se ven abocados al cierre.
Solución: Más plantilla
Enrique tiene clara
a solución para evitar que personas enviadas al paro tarden hasta dos años en
cobrar un dinero que es suyo por derecho. Es necesario más personal, “personal
interino que formemos y tramite expedientes”. Considera que los recortes no
deberían ser problema, ya que el Gobierno puede recortar perfectamente en
asesores y cargos de libre designación. Además “está demostrado que es más cara
la externalización”.
Desde octubre, en casi cuatro meses, se han resuelto 2.500 expedientes y ahora
plantean resolver 20.000 al mes. Parece bastante inviable.
Fotografiados por @frlorente. Enrique es muy alto. |
La empresa
encargada de la “externalización” es Tragsa, que parecer servir tanto para un
roto como para un descosido. En este sentido, Enrique considera que “Tragsa
está convirtióndose en una administración paralela. Es una empresa que crea el
Estado pero con unas condiciones de estado neoliberal y que está engordada con
altos cargos.”
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