Blog de Alfonso Roldán Panadero

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En las fronteras hay vida y tuve la suerte de nacer en la frontera que une el verano y el otoño, un 22 de septiembre, casi 23 de un cercano 1965. En la infancia me planteé ser torero, bombero (no bombero torero), futbolista (porque implicaba hacer muchas carreras), cura (porque se dedicaban a vagar por la vida y no sabía lo de la castidad...) Luego, me planteé ser detective privado, pero en realidad lo que me gustaba era ser actor. Por todo ello, acabé haciéndome periodista. Y ahí ando, juntando palabras. Eso sí, perplejo por la evolución o involución de esta profesión. Alfonso Mauricio Roldán Panadero

lunes, 3 de febrero de 2014

La música callejera en Madrid (I) Carmen Vela


Carmen Vela en una foto de Fran Lorente.
Desde que Ana Botella fuera concejala de Medio Ambiente ha tenido la obsesión de regular la música callejera. El 24 de agosto de 2012 se prohibía tocar música en las calle del centro de Madrid sin autorización. Desde entonces hasta agosto la situación ha sido de “alegalidad”. En verano, el Ayuntamiento organizó un casting para repartir las autorizaciones entre un colectivo heterogéneo al que difícilmente le llegan las notificaciones municipales. La Asociación de Músicos de Madrid es una plataforma que está en las redes sociales y que se creó para defender la música en las calles. En verano, representantes de esta organización reclamaron a Carmen Vela, como experta en el asunto, su participación en las negociaciones con el Ayuntamiento.


Carmen Vela ha vivido desde pequeña la música en su entorno familiar. En ese entorno infantil, con una nueva pedagogía, comenzó a estudiar música, y a ella se dedica hasta ahora. Además es licenciada en Historia, lo que le llevó a trabajar durante un par de años en un archivo histórico. Al final se pasó definitivamente a la música. Es profesora, pero además toca en el colectivo de músicos Los Jazzintos y en la banda Las Ninjazz.



Los Jazzintos nacieron en la Casa Los Jacintos de La Latina. Con este colectivo “creamos un espectáculo didáctico musical que cuenta la historia del jazz que se llama Jazz en la escuela”, explica. Con Las Ninjas toca composiciones realizadas por ella de flamenco-jazz.
Carmen, hace cuatro años, creó la Escuela El Molino con una idea alternativa de cómo se debe enseñar la música. En 2004 entra de pleno en el mundo de la música callejera al poner en marcha Las noches bárbaras, una iniciativa del Círculo de Bellas Artes que se consolida con un programa radiofónico semanal.

“Se están cargando la cultura”

Denuncia Carmen que cada vez es más complicado todo para los músicos: “Cada vez hay menos locales en los que hacer música porque las licencias son muy restrictivas. Están cerrando los locales y también nos prohíben tocar en las calles y, además, con la excusa de la crisis han desaparecido festivales musicales públicos o privados”.

Sobre músicos callejeros compara la situación con otras ciudades, como Nueva York, donde se hacen castings anuales para tocar en el Metro: “Allí sólo puedes tocar si tienes una banderola que es la autorización”. O Barcelona, donde el Ayuntamiento reparte tickets y el músico se pone a tocar por orden de llegada.

P. En 2004 comienza su relación con la música callejera a través de Las noches bárbaras del Círculo de Bellas Artes. ¿Cómo surgió esta idea?
R. Es una idea de Juan Barja, el director del Círculo. Tenía la ilusión de reunir en una gran fiesta a los músicos callejeros, que son quienes nos acompañan en nuestro ir y venir diario al trabajo, a casa o al ocio. Me encargué del trabajo de campo, y organizar aquello fue una locura por la propia idiosincrasia de los músicos. Muchos no tenían teléfono, muchos no hablaban castellano, pero salió y fue un exitazo. Acudió muchísimo público y muy dispar: jóvenes, familias con sus hijos, personas mayores…

P. Y se hizo coincidiendo con la Noche de San Juan.
R. Pensamos que era una forma de quemar hogueras. Hicimos una quema con músicos de la calle. Como el éxito fue grande, consolidamos la idea y realizamos un programa semanal en Radio Círculo, cada viernes, en el que los músicos tenían los micrófonos abiertos para que contaran sus experiencias.
Durante la charla con Carmen, pillados por Fran Lorente.

P. ¿Existe un perfil de músico callejero?
R. No existe un perfil. Es un abanico grandísimo. Hay gente que toca en la calle para sobrevivir, gente que toca por placer, gente que toca porque asegura que un músico se curte en la calle; gente que toca para probar temas, para ver la reacción de quienes se paran a escuchar. Hay mil razones para tocar en la calle. Es un mundo muy variopinto.

P. ¿Pero hay acuerdo ante la regularización de la música callejera?
R. Las opiniones también son dispares.

P. ¿Y usted que opina?
R. A priori estoy a favor de la música libre. Creo que todo el mundo puede salir a la calle a tocar. Obviamente, los músicos son los primeros que quieren tener una buena convivencia con los vecinos, comerciantes y viandantes. Esa es la ley de la calle. Ahora, si hay que regular, hágase de la mejor forma posible.

P. ¿No piensa que hay personas que más que música hacen ruido?
R. Hay muchas cosas que molestan. De todas maneras…, quienes peor tocan es que no tienen otra manera de salir adelante. En mi opinión hay que dejarles también su hueco.

P. Participó en las negociaciones con el Ayuntamiento antes del famoso casting, ¿cuáles eran sus pretensiones?
R. Dijimos al concejal que éramos contrarios al casting, que sólo el uno por ciento de las personas que tocan no pueden ser consideradas músicos. Entonces el concejal nos explicó que iban a aprobar todos, que eran mero trámite. En ese contexto conseguimos que el casting no supusiera un problema para personas inmigrantes sin papeles y que se pudieran expedir autorizaciones puntuales para músicos itinerantes, para esos músicos que vienen de otros países esporádicamente y que como viandantes nos permite escuchar música de otros países a la vuelta de la esquina. Eso también es cultura.

P. Y aceptaron el casting
R. Hubo diálogo y se aceptaron nuestras propuestas. Hicimos un llamamiento para que se presentaran todos los músicos, porque todos somos callejeros. Todo el mundo tiene derecho a salir un día a tocar en una calle, una plaza o un parque. ¿Por qué cortarnos esa posibilidad? La música callejera es de todos los músicos. Hubo unas trescientas cincuenta inscripciones incluida la mía.

P. ¿Y después?
R. Aun sin estar muy de acuerdo y con diversidad de opiniones se hizo el casting, pero, de repente, un treinta por ciento de las personas no aprobaron. Músicos buenísimos han sido considerados “no aptos” para tocar. Es algo inexplicable. No entendemos nada. Es algo inexplicable. Yo he sido “apta” y personas con mi mismo nivel, no. Ahora estamos pendientes de una reunión con el concejal para poner las cartas sobre la mesa, pedir que se rectifique y que haya una línea clara.

Y aquí os dejo a Las ninjazz en un tema compuesto por Carmen Vela:



3 comentarios :

  1. Ya se puede votar nuestra propuesta en la web del ayuntamiento. La inercia administrativa y las rutinas policiales siquen vigentes y es preciso determinar el cauce más operativo para anular esta restricción de la libertad de reunión y de expresión. Por favor, entra, vota y comparte cuanto puedas el enlace para sumar apoyos. Muchas gracias. https://decide.madrid.es/proposals/1863

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