Blog de Alfonso Roldán Panadero

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En las fronteras hay vida y tuve la suerte de nacer en la frontera que une el verano y el otoño, un 22 de septiembre, casi 23 de un cercano 1965. En la infancia me planteé ser torero, bombero (no bombero torero), futbolista (porque implicaba hacer muchas carreras), cura (porque se dedicaban a vagar por la vida y no sabía lo de la castidad...) Luego, me planteé ser detective privado, pero en realidad lo que me gustaba era ser actor. Por todo ello, acabé haciéndome periodista. Y ahí ando, juntando palabras. Eso sí, perplejo por la evolución o involución de esta profesión. Alfonso Mauricio Roldán Panadero

viernes, 14 de febrero de 2014

Felicidades y gracias a la vida..., desde el lago

Típica postura de simio pensante captada por Fran Lorente.
Ayer comí con el bueno de Germán Fernández, El Neutrino y llegamos a la conclusión de que el tiempo pasa volando. Concluir esto con un físico tiene su aquel, por cierto. Tal que ayer, 13 de febrero, hizo ocho años que empecé a practicar pilates. Y tal que ayer, 13 de febrero de hace cinco años comenzó su andadura esta vida desde el lago.

Evidentemente soy más del 13 de febrero que del 14 con sus líos que mezclan la oxitocina, las endorfinas, el llamado amor, con un santo y con sus intereses comerciales. Así pues, en un alarde casi onanista, he decidido felicitarme por La vida desde el lago. Esta vida a la que nunca defraudaré porque en definitiva soy yo mismo con montones de defectos y con algunas virtudes; con heterodoxia; a veces apasionado, a veces racional; sin mentiras aunque a veces exagere; ganando amistades y algunos enemigos por el hecho de escribir lo que quiero y cuando quiero. Sin un editor que me marque los  tempos.


Dicen que para que una amistad se consolide deben pasar cinco años, supongo que por esa necesidad humana de contabilizar. Yo soy de contar el tiempo por legislaturas y cinco años equivalen a una legislatura y el principio de otra, pero no sé si las relaciones humanas se pueden acotar por tiempos.

Miro mi primera y tímida entrada en plan: “para probar”. Y luego la segunda hablando de Gallardón, cuando era el tipo progre de la derecha y no el franquista de ahora; y Esperanza Aguirre, cuando era la misma lideresa ultra que es ahora. En aquellos días una vez a la semana iba a visitar a mi padre, que ya se fue como conté por aquí.

En este batiburrillo de tiempo, las redes sociales han evolucionado y se han convertido en cómplices de los blogs. Prácticamente al tiempo de nacer esta vida empecé a trastear con Twitter y facebook y después con Instagram, que ha evolucionado a un mundo repleto de alcantarillas y peligros como contaré en el futuro con el apoyo de Yolanda, colega de profesión, compañera de vida y paciente sufridora de mis insoportables vaivenes e insatisfacciones.

Sin estar preocupado por la audiencia, debo decir que he tenido cientos de miles de visitas y tengo que contar algo que para mí es inexplicable. La entrada, post o artículo más visitado con varios miles de consultas es una opinión de la triste peli Hachiko Monogatari. No lo entiendo.

En estos años las canas han tomado posiciones en mi cabeza de una forma extrema; he conocido a gente maravillosa que ha desfilado por este blog a quienes he intentado no defraudar; también a gente deplorable; he sufrido algún desengaño impensable, que para eso es desengaño con la misma raíz etimológica de engaño. En definitiva, la vida misma cuando se vive.

Claro…, imposible esta Vida desde el lago sin un mínimo de disciplina. E imposible sería a veces ilustrarlo sin las fotos de Fran Lorente. Claro, tengo que decir que a veces hay erratas garrafales que me corrige desde la oscuridad el bueno de Antonio García Cordero, que es de bien nacidos, estar agradecidos.


Seguiremos informando…, gracias a la vida:


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